La cueva

Nos encontramos ante una personalísima obra del balear Alfredo Montero, en este su segundo largometraje. Un film aterrador en todos los aspectos que, aunque esté hecha como una película del tipo cámara en mano, aporta elementos nuevos y muy interesantes, como por ejemplo el que esté rodada dentro de una cueva. Esto le da un aire claustrofóbico realmente perturbador, que te mantiene en tensión casi en toda su duración.

Asistimos de forma paulatina y muy inteligentemente explicada, a la degradación del género humano cuando se le pone en situaciones límite, no difiriendo mucho su comportamiento al de las más salvajes alimañas. Desprovistos de todo lo elemental, como pueden ser el alimento o el agua, los personajes de esta cinta reaccionan violentamente y ven a sus semejantes como sus más acérrimos enemigos, con la paradoja, de que todos estos despropósitos quedan grabados para la posteridad en una cámara de video, desgraciadamente se quedan sin cobertura en sus móviles.

Nos podemos imaginar las dificultades que comportó su filmación dentro de espacios tan reducidos. Los ángulos son imposibles y los movimientos, en ocasiones bruscos, de la cámara muy bien conseguidos. El contraste de la más profunda oscuridad con la claridad de los reflejos en las paredes y techos cuando les ilumina el flash, es realmente fascinante. Comentar que en su pre-producción, el director calculó unos 1.200 metros de pasillos transitables dentro de la cueva, usando hilo para no perderse dentro de ese laberinto rocoso. Tuvo que estudiar cada galería, cada pozo y cada roca centímetro a centímetro, anotando in situ, y ayudado por una linterna de espeleólogo, las particularidades de la misma. Resumiendo, primero fue la cueva, y luego el guión.

Cinco amigos, dos chicas y tres chicos, deciden realizar un viaje y van a parar a un bosque cercano a un escarpado acantilado. Después de algunas juergas deciden ir a bañarse. El descenso es dificultoso y en el camino encuentran una cueva. Deciden entrar a verla. Lo que pasa a partir de allí es el peor de los cuentos que nunca os han explicado. Ellos no saben que el horror está dentro de ellos mismos. Pronto se darán cuenta de ello.

Magnífica película de Alfredo Montero, la idea de la cual, y después de escuchar la explicación pertinente, surgió después de visionar The Blair Witch Project y The Descent, aunque poco tenga que ver con ellas. Comento esto porque rápidamente podemos asociarla gratuitamente a esas dos grandes cintas. Nada más lejos de la realidad. Su desarrollo a través de un excelente guión, obra también de Alfredo Montero, nos lleva a situaciones límite. Tras un principio, en el cual la relación entre los personajes y los diálogos parecen un poco forzados, sin frescura, la entrada de los cinco amigos a la cueva lo transforma todo. Se convierte entonces en algo turbador y angustioso, y en muchos momentos giraréis la cabeza para no ver lo que pasa en pantalla. Genial. Las interpretaciones son muy interesantes por su frescura. Destacaré a todos, y los nombraré uno a uno porque se lo merecen; Marcos Ortiz, Marta Castellote, Eva Garcia-Vacas, Jorge Páez y Xoel Fernández hacen unas actuaciones magníficas y no dudo, que en algunas escenas no les haría falta esforzarse mucho para conseguir reflejar en sus rostros el terror más alucinante. Destacar asimismo la fotografía, como no, también de Alfredo Montero por lo comentado anteriormente. Sombras y luces perfectamente ensambladas.

Una de las grandes sorpresas de este año, sin duda. Un film aterrador, que además tiene su broche de oro en un final apoteósico que os dejará muy mal cuerpo. Valdría la pena verla solo para apoyar el cine hecho en nuestro país, pero no le hace falta, se vale por ella misma para engrandecer un poco más el buen cine de género realizado en España.

http://www.terrorweekend.com/2012/10/la-cueva-review.html

España no está bien estamos ya acostumbrados a oir en casa, en los telediarios, en la calle y en donde sea.. Y si apenas nos sobra el dinero para comer y hay recortes hasta para papel del baño, imagínense para la industria del cine. Si España nunca ha sido una potencia cinematográfica ha sido porque gran parte de su cinematografía se basa en comedias aborregadas y dramas costumbristas de escaso presupuesto, virtud de la que en este santo país ni hay y posiblemente jamás dispondrán los realizadores dispuestos a triunfar en suelo patrio.
Así que si te llamas Alfredo Montero y aspiras a ser una nueva promesa lanzándote de cabeza a comenzar rodando cine de género en un momento en el que lo máximo de subvención que obtendría son cuatro perras gordas, qué menos que echarle imaginación al asunto (aún a la espera de confirmar definitivamente si al menos hay cierto talento o no..). Y ya que estamos en la moda importada desde Yankilandia del cine survival cámara en mano rodado con el mismo presupuesto que una compra de Navidad (o menos aún si no hay gambas..), ¿por qué no seguir la estela dejada por 'REC' y hacer de nuevo lo mismo aquí en Spain? Olé tus huevos, chaval, tú sí que vales!

'La cueva' no es una peli inolvidable ni aspira a serlo. No va a ganar ni el Oscar, ni el Goya, ni el premio TP.. Sin embargo, posee una serie de virtudes que potenciadas a su aire de realismo, la encumbran como una de las propuestas mas atrevidas y descaras del cine 'made in spanish' de este año. Cine efectista y efectivo, que en los tiempos que corren cumple con justita suficiencia para satisfacer las ganas de "marcha" del respetable.
Tras comenzar con las típicas bocanadas del humor más rancio y españolito que hay (la escena del calvito abriéndose el ojete pasará a los anales del cine, nunca mejor dicho..) pasamos a la acción en interiores con un único escenario como telón de fondo ambientado e iluminado según se quiera, recordando aquí a 'Cube' en la que Vincenzo Natali iluminaba y montaba según le parecía indicado para cada escena al único habitáculo en el que desarrollaba su historia, consiguiendo así un aire opresivo y aún más claustrofóbico que le viene como anillo al dedo para esta curiosa idea no precisamente original, pero sí fresca, aderezada además de unas estupendas interpretaciones (inquietante siempre Marcos Ortiz).

La vi en el dia del espectador así que tampoco me costó un ojo de la cara precisamente, y sin haberme marcado especialmente ni decir que me lo haya pasado en grande viéndola (no creo que sea la peli más indicada para "disfrutarla") puedo decir que sus escasos 75m valieron la pena, me agobió y me hizo pasarlo mal durante un rato en el que solo deseaba salir ya de la sala para tomar aire. Y a fe de que ese era su objetivo, mantenerte encajonado durante su escaso metraje y que cuando esta aventura finalice, notes la liberación que nos otorga el aire exterior. Misión cumplida y a otra cosa, mariposa.

·LO MEJOR: El aire opresivo y claustrofóbico que emana.

·LO PEOR: No la recordarás al día siguiente de haberla visto.

La idea es interesante, un grupo de jóvenes, que se meten a explorar una cueva y...
La película va de menos a más. Como principales aciertos mencionar los movimientos de cámara y la angustia que consigue transmitir al espectador. Como principales cosas a mejorar le falta algo de profundidad a los personajes, y el final es un tanto apresurado, además de no muy convincente.
Lo explico en el spoiler.

El entusiasmo que despertó ayer la Sección Oficial tenía que verse empañado sí o sí en Zonazine. Como dice el refrán: nada es perfecto. Tras los buenos augurios del sábado en la sección paralela, el domingo le tocaba el turno a la presentación de La cueva, film adscrito al fantástico que ya pudo verse en el Festival de Sitges y que llegaba a Málaga suscitando bastantes expectativas. Pero esta historia de cinco amigos que, durante unas vacaciones en una isla, encuentra una cueva y deciden explorarla quedando atrapados, perdidos, desorientados, en su interior ya la habíamos visto antes. Dirigida por Alfredo Montero, la cinta quiere provocar miedo a través del empleo del ya, por desgracia, muy manido punto de vista subjetivo. Y es que, a estas alturas, tras éxitos del calibre de la saga [REC] o de El proyecto de la bruja de Blair (The Blair Bitch Project) (1999), de Daniel Myrick y Eduardo Sánchez, sorprende y asusta ya muy poco una película que supedita su sensación de miedo al uso de la cámara al hombro, lo que podría servir de indicio a pensar en el agotamiento de la fórmula.

La cueva no da miedo, logra generar un clima agobiante y descorazonador, salpicado de momentos de angustia, claustrofobia e instantes aislados de tensión, pero todo ello es más producto de la confusión que genera su aparato formal que de una puesta en escena plenamente trabajada. De hecho, es tanta la dependencia que el alcance final del film tiene del empleo de la cámara subjetiva que son muchas las dudas que nos asaltan sobre si sin tal recurso la historia hubiera podido funcionar. Y la certeza llega en el epílogo, cuando se abandona lo subjetivo por un punto de vista objetivo y toda la intencionalidad enfermiza que transpiraba la película desaparece, con un final complaciente y del todo innecesario. Una lástima, porque el estudio de comportamientos al que se prestaba la premisa del film podía haber generado una película demoledora, algo que La cueva sólo consigue ser en momentos aislados.

No logro ver ni la inteligencia ni el talento que se le suponen a la película. He leido críticas que la ensalzan como si estuviéramos delante de una obra cumbre del género. No puedo estar más en desacuerdo, pero oye, para gustos los colores. Trataré de exponer los motivos por los que no comparto tal entusiasmo.
La cueva está bien rodada, eso no se puede negar; no de forma magistral, pero correcta, yo no podría hacerlo mejor, estamos de acuerdo. Técnicamente no debe ser fácil rodar en esas condiciones casi extremas: mover equipo y actores, dotar de cierta seguridad el rodaje, etc. Esa, la que a mi entender es la parte más compleja, consigue el aprobado, pero el resto, todo lo que se refiere a la historia y su evolución junto con la interpretación que de esta hacen los actores, suspende casi con muy deficiente. No sólo se trata de crear angustia y desagrado, algo que logra, se trata de envolverlos de cierta coherencia, de lograr una historia que se sostenga más allá de dos o tres episodios morbosos.
La película usa un formato que tuvo gracia las diez primeras veces, pero que dejó de tenerla hace tiempo. Hemos visto hasta la saciedad el uso del metraje encontrado para suplir carencias técnicas o de talento, usandolo como un "todo vale" con el que tratar de disimular errores.
Los protagonistas, en una formación "clásica" de tres chicos y dos chicas, no son mas que un grupo de descerebrados por encima de la media (en el peor sentido) con unos diálogos de niños de teta, o como mucho de chavales de instituto: estereotipados y absurdos. La trama no se sostiene, por más que a simple vista pueda parecer verosímil, a poco que miras con un poco de atención ves que tiene más agujeros que la propia cueva.