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Cosas de la edad

Comedia La vida del actor y premiado director de cine Guillaume Canet no puede ser mejor. Tiene todo lo que un hombre puede desear: éxito profesional, dinero y una mujer espectacular (Marion Cotillard) con la que comparte un hijo. Pero un día la joven y bella co-protagonista de una película que está filmando le dice que ya no es "rock’ n ‘roll", que es un carroza y ha descendido dramáticamente en la lista de los actores más deseados. La ... [+]
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Críticas 9
Críticas ordenadas por utilidad
2 de abril de 2018
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
El actor Guillaume Canet dirige su quinto largometraje de ficción, en una película con tono autobiográfico en donde también es el protagonista, interpretándose a él mismo, un actor que vive con su mujer en la vida real Marion Cotillard, que se prepara para un papel en la nueva película de Xavier Dolan para lo que tiene que aprender quebequés. La película es una comedia con muchos momentos en donde el público medio disfrutará por su humor sencillo, y que al mismo tiempo sabe mezclar con otras situaciones dirigidas al más cinético conocedor de la filmografía de Canet y su vida personal, con referencias a sus proyectos anteriores y las apariciones en pequeños papeles de gente relacionada con el séptimo arte en Francia u otros lugares del mundo, en donde se ríe sin complejos de sí mismo. La película logró la candidatura al mejor actor en la pasada edición de los premios César, sus tercera como intérprete en esos galardones del cine francés, siendo derrotado por Swann Arlaud en " Petit paysan ( 2017 ) ". Parece mentira que uno de los mejores actores europeos del cine actual todavía no haya sido premiado en su país, y me refiero a los César en los apartados interpretativos, ya que sí tiene un premio como director por " No se lo digas a nadie ( 2006 ) ".

La película es un claro ejemplo de cine dentro del cine, con el añadido de que la mayoría de personajes se interpretan a sí mismos manteniendo, con el mismo nombre que tienen en la vida real, y salen a relucir los miedos de los actores y actrices, cuando el paso de los años y una vez superada la barrera de los 40 surgen las incertidumbres relacionadas con la falta de papeles protagonistas, teniendo en cuenta que van surgiendo estrellas más jóvenes que ocupan tu lugar.
El guión escrito por el propio Canet en colaboración con Philippe Lefebvre, Rodolphe Lauga funciona bastante bien, logrando mantener el interés durante sus más de 2 horas de metraje, gracias a su sencillez a la hora de presentar las diferentes microhistorias, así como saber dosificar las situaciones cómicas y los momentos más dramáticos. El protagonista está en proceso de rodaje de una película, y al término de la jornada laboral se comporta como un ciudadano normal, aunque es reconocido cuando pasea por la calle o va al comprar al mercado, en donde le llaman Señor Cotillard.

Su vida privada puede dar un vuelco cuando Marion le anuncia que ha sido contratada para la nueva película de Xavier Dolan y que tiene que viajar a Canadá, y hasta que llegue ese momento ella se pasa gran parte de sus ratos libres aprendiendo quebequés, y esos momentos íntimos de pareja se ven truncados por el momento laboral de la protagonista. Al mismo tiempo la compañera de reparto de Canet en esa película es una mujer mucho más joven que él, la también actriz en la vida real Camille Rowe ( que tiene el mismo nombre en este proyecto ), y el actor comienza a tener dudas sobre su aspecto físico y al final se decide a inyectarse Botox para aparentar más joven, lo que originará unas situaciones muy interesantes. Gilles Lellouche, el actor y amigo de Canet, también se interpreta a sí mismo en este proyecto, y entre los momentos más divertidos son las escenas relacionadas con el Rock and Roll ( el título original de la película, aunque en esta ocasión me parece mejor el de la versión con la que se ha estrenado en los cines españoles ) cuando el protagonista se viste con pantalones vaqueros ajustados y toca la guitarra eléctrica.
Como curiosidad el cantante Johnny Hallyday tiene una breve aparición, precisamente en esas escenas de la parte central cuando el protagonista va vestido de roquero, cuando Guillaume Canet le va a visitar a su mansión parisina. Otro gran momento es la ensoñación cuando Marion Cotillard canta una canción de Celine Dion, y la actriz vuelve a cantar ( bastante bien ) en una de las últimas escenas de la película. El actor norteamericano Ben Foster aparece en uno de las mejores momentos de la película, interpretándose a sí mismo.

La cinta está llena de detalles y cuenta con un guión bastante sólido y unas grandes interpretaciones, sobre todo la de un Guillaume Canet en estado de gracia, que hace unas semanas estrenó su anterior trabajo como actor, " Perdido ( 2017 ) ", una película dirigida Christian Carion, en donde interpreta a un padre que tiene que asumir la labor de búsqueda en solitario de su hijo desaparecido. Marion Cotillard tiene un papel más secundario, pero está soberbia en cada una de sus apariciones. Otra curiosidad es que los hermanos Alain e Yvan Attal tienen unos papeles como productor de la película que están rodando, y este último es el director de " Una razón brillante ( 2017 ) ", estrenada el mismo día que " Cosas de la edad ". La acción de la película se desarrolla en la actualidad, y hay un momento en donde coincide con la ceremonia de entrega de premios César de 2015, en donde Guillaume Canet y Marion Cotillard estaban nominados por " La próxima vez apuntaré al corazón ( 2014 ) " y " Dos días, una noche ( 2014 ) ", y en sus conversaciones se habla de sus posibilidades de ganar el premio. Al final los dos perdieron el premio que obtuvieron Pierre Niney y Adéle Haenel. La película es convencional a nivel técnico y artístico, y el otro aspecto destacable es la labor de los técnicos de maquillaje para transformar el rostro del protagonista durante la segunda mitad.
Recomendable a los aficionados al cine francés y al público medio, ya que los primeros disfrutarán con las referencias cinéticas y los segundos por las situaciones de humor sencillas y convencionales.

LO MEJOR: La actuación de Guillaume Canet. Funciona muy bien como comedia muy variada, y dirigida a públicos muy diferentes.
LO PEOR: Algunos excesos innecesarios típicos del cine norteamericano.

Pueden leer esta crítica con imágenes y contenidos adicionales en: http://www.filmdreams.net
WILLY74
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28 de marzo de 2018
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Guillaume Canet sorprendió en 2006 con su ópera prima No se lo digas a nadie, un elaborado thriller muy bien tejido a nivel de puesta en escena como para ser su debut tras las cámaras. En ese momento, Canet ingresó en la lista de cineastas jóvenes del país galo que podían ser de referencia en los años venideros. Tras volver a convencer con la muy diferente Pequeñas mentiras sin importancia, el francés cosechó un ligero resbalón con Lazos de sangre, un film del que se esperaba mucho por trama, reparto y guion (que contaba con la colaboración del gran James Gray), pero que se quedó simplemente en una pieza interesante. Con su último trabajo, titulado Cosas de la edad (Rock’n’ Roll), Canet ha intentado realizar una autobiografía alejada de lo real, en un nuevo giro temático que quizá no haya salido tan bien como se podía esperar de su parte.

En Cosas de la edad, Guillaume Canet se retrata a sí mismo en medio de la llamada “crisis de los 40”. Durante un rodaje en el que desempeña el papel de padre de la protagonista, la joven Camille Rowe, el actor descubre que la opinión que se tiene de él no es precisamente la de un tipo apasionado, informal y lozano. Y no es de extrañar, ya que si Canet resulta demasiado melindroso en su trato con los compañeros de profesión, su carácter es todavía más plano cuando llega al hogar que comparte con la extraordinaria Marion Cotillard, a la que todo el mundo alaba por haberse introducido en el star-system de Hollywood. En esas, Canet piensa que ha llegado el momento de dar un cambio radical a su figura, tanto a nivel de comportamiento como en un sentido estético.

Como cineasta, lo que Canet plantea con Cosas de la edad es una especie de cruce de temáticas en las que se entremezclan varias crisis personales: la existencial motivada por la edad, la del intérprete que no ve evolucionar su carrera como debería y la matrimonial ante la falta de la pasión de años pasados. Sin desvelar demasiados detalles posteriores, también se introducirá otra cuestión que acabará por ser de las más importantes de la película como es la búsqueda de la aceptación por parte de los demás. Un revuelto de ideas que, unidas a la siempre difícil tarea de retratarse a uno mismo en pantalla sin que parezca que se está sucumbiendo ante el ego, no deriva en un resultado demasiado positivo. Si bien se entiende el mensaje que Canet quiere trasladar, su ejecución dista de ser notable. Además de la propia mezcolanza de ideas, la propia puesta en escena no nos termina de llevar hacia ese nuevo mundo personal que explora Canet y nos deja incluso varios momentos al borde del ridículo. Lo que en la primera parte de obra parece ser un ejercicio de reflexión acerca del terrible paso del tiempo en el mundo interpretativo, que probablemente habría redundado en un film bastante interesante aunque poco original, deviene en una segunda parte de cinta disparatada, con un contexto loable (se pueden trazar ciertos paralelismos con lo que sería una defensa de la libertad sexual) pero que termina sepultado por su propia concepción.

Sería tan ilógico castigar a Guillaume Canet por explorar nuevos terrenos como sobrevalorar Cosas de la edad esgrimiendo ese mismo motivo. La película posee muy buenas intenciones y, de base, ya supone un atractivo para el espectador el observar cómo un cineasta conocido busca retratar su propia vida (o lo que podría ser su vida). Que el protagonista de todo ello sea un tipo de cierto interés como Canet, sin embargo, tampoco basta para justificar que dicho interés se traslade a la ficción, entre otras cosas porque lo que acabamos viendo en pantalla poco se parece al propio Canet. Ni siquiera la presencia de Marion Cotillard, con un papel muy tenue para su calidad (aunque justificado, eso sí, por necesidades del guion), es un argumento de peso para reivindicar la decepcionante caricatura en la que se convierte Cosas de la edad.


Álvaro Casanova - @Alvcasanova
Crítica para Cine Maldito
Kasanovic
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2 de octubre de 2018
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
He pensado con frecuencia que la comedia francesa suele no incurrir en los excesos de algunas o muchas cometidas yanquis. Por eso me dispongo siempre a verlas con un trato de favor.
Esta de Canet me hizo pasarlo bien en toda la primera parte, en las angustias de un actor que ve cómo ya no le pueden dar papeles de joven, porque no lo es, Hasta ahí todo bien.
También se entiende que quiera hacer algo para recuperar la juventud, pero a partir de ahí a Canet se le va la olla y asistimos a situaciones cada vez más absurdas, inverosímiles y hasta desagradables.
Un caso más de algo tan corriente: un buen planteamiento pero luego...
yoparam
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1 de noviembre de 2018
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Canet, actor, director, 45 años, ha tenido una idea. O a lo mejor a sido su mujer, La Cotillard, como se dice en la película. Autoparodiarse. Dar un giro a su carrera para revitalizarla con una comedía satírica sobre la base de su propia vida personal y profesional en la que los actores se interpretan a si mismos en una realidad esperpéntica, cine dentro del cine, que aprovecha el director para hablar del amor, de la vanidad, de la profesión, del paso del tiempo...

Canet por momentos está gracioso y emotivo en una composición en general notable. En otros pasado de rosca, en un metraje quizás excesivo. Se suceden los cameos y uno no puede apartar la mirada extasiado cada vez que la cámara se posa en Marion. Con una belleza de cara lavada La Cotillard saca petroleo de cada una de las pequeñas pinceladas que Canet le otorga. Había declarado que no le gustaba hacer personajes que se parecieran a ella misma. Es igual. Lo borda.

cineziete.wordpress.com
ELZIETE
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4 de julio de 2023
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Guillaume Canet nos presenta un film divertido y dinámico en el que interpreta a una parodia exagerada de sí mismo y los que le rodean.
Naturalmente tenemos a su esposa y maravillosa actriz Marion Cotillard y a su compañero Gilles Lellouche (Que ha interpretado a Obélix junto al mismo Canet en la última aventura de Astérix).

La trama del film nos cuenta la crisis de los 40 por la que pasa Guillaume Canet en uno de sus rodajes. No lleva bien hacerse mayor y empieza a hacer tonterías de "viejoven"; chorradas que se hacen en torno a los 20 años, y que él repite pasados los 40; algo parecido a lo que Al Pacino le dice a Leonardo DiCaprio en "Érase una vez en Hollywood"; "Cuando un actor empieza a hacer de malo con frecuencia, es porque su carrera comienza a decaer"

En este caso, Guillaume no lleva bien que ya no le den papeles de joven guapo como hacía en "La Playa", "Vidocq", o en "Quiéreme si te atreves".
Lleva mal que le vean cómo una figura paternal y responsable, y ésto le llevará a pasar por una serie de cambios físicos, psíquicos y personales que lo convertirán en un personaje de lo más extremo.

No voy a mentir, la película se disfruta más si conocéis algo de cine francés, y especialmente si conocéis a la pareja protagonista.
En función de cuánto sepáis de ellos, la película os gustará más o menos.
Tiene un buen ritmo y unas interacciones dinámicas, todo lo demás...
Queda a disposición del público...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Miguel Mingorance 1138
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