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Hannah

Drama Retrato íntimo de una mujer, Hannah (Charlotte Rampling), que se tambalea entre la realidad y el rechazo tras quedarse sola después de que su marido sea encarcelado. (FILMAFFINITY)
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Críticas 7
Críticas ordenadas por utilidad
9 de mayo de 2018
12 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que hizo el marido de Hannah para acabar en prisión? esa es la pregunta que te haces cuando comienzas a ver la pelicula, la información se va mostrando con cuentagotas y desvelar la trama arruinaria toda la intriga por lo que poco a poco vas viendo como una anciana va desintegrándose viviendo una situación terrible.

La protagonista absoluta de la historia es Charlotte Rampling que con 72 años hace un papel increíble por el cual ganó el premio a la mejor actriz en el pasado festival de Venecia. Todo el foco y el peso del film está en ella, los demás personajes son irrelevantes y solo ayudan a comprender el infierno en el que se ve envuelta.

El director de "Medeas" Andrea Pallaoro dice que solo pensó en Charlotte Rampling para interpretar a Hannah desde que la vio con 14 años en la película de Luchino Visconti "La caída de los dioses" esa mirada penetrante se le quedó grabada para siempre. 

Pero más allá de la interpretación nos encontramos con una película aburrida, con interminables secuencias contemplativas que no dicen nada, silencios que se reducen al vacío personal de la protagonista pero que como espectador buscas más explicaciones y al no tenerlas se pierde mucho el interés de la trama.
Destino Arrakis.com
videorecord
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1 de junio de 2018
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
A falta de que lleguen las propuestas estivales, de que se perfilen las candidatas de los festivales otoñales y de que empiecen a llegar a las carteleras algunas de las competidoras del último Cannes, todavía quedan días para acabar de descubrir algunas de las películas de las programaciones de los festivales más importantes del año pasado. En entradas recientes, hemos estado analizando los últimos retazos de la Biennale del 2017. Ya fue el turno de Doueiri, Thornton y Haigh, y otras tantas obras pudieron descubrirse en el otoño pasado o en la reciente temporada norteamericana de premios. Y la presente, último estreno de Surtsey Films, era una propuesta con un claro atractivo en su reparto. Se trata de la película italiana Hannah, segundo trabajo de Andrea Pallaoro por el que Charlotte Rampling ganó la Copa Volpi a la mejor actriz en el festival. Una veterana y excelente actriz que, por sí sola, es un elemento suficientemente poderoso como para captar mi atención, y un argumento de venta y distribución eficaz para un sector determinado de la audiencia. Las buenas críticas y la escasa pero inquietante premisa también captaron con fuerza mi atención. No pude asistir al pase de prensa, pero la descubrí en las cómodas salas de los Cines Verdi de Madrid al poco de su estreno. Y aún sin encontrarnos ante una obra transformadora, y además difícil de recomendar, es una película netamente buena. Una película hierática y depresiva, escasa en personajes secundarios y repetitiva en sus situaciones, alargadas hasta la extenuación, pero visualmente inquietante y llena de interés y orbitante en torno a una interpretación de ensueño. Un filme sobre un personaje interpretado con brillantez.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Néstor Juez
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9 de febrero de 2019
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
En su segunda película, el realizador italiano Andrea Pallaoro se sumerge en una historia completamente intimista, contando con la notable interpretación de la actriz francesa Charlotte Rampling como principal soporte, que le valió a la actriz ganar la Copa Volpi en el Festival de Venecia.

Rampling interpreta a la Hannah del título, una mujer que acude a clases de teatro y trabaja como doméstica en la casa de una familia adinerada donde encuentra cierta conexión en con el pequeño hijo de la familia, quien padece una deficiencia visual.

Nada de esto consigue llenar el gran vacío en el que vive, su esposo ha sido encarcelado, si bien nunca se menciona el delito cometido bien se puede intuir que está relacionado con actos de pederastia, hecho por el que Hannah vive en abandono emocional, sin siquiera la contención de su único hijo, tratando de sobrellevar su reprimida existencia.

La película de Pallaoro narra el estado emocional en el que se encuentra su personaje, y consigue salir avante ante tan complicada tarea gracias al enorme talento de su actriz, quien se convierte en la principal virtud del filme.

Charlotte Rampling consigue adentrarse en lo más profundo de su personaje, y desde allí transmitir el deteriorado estado, tanto físico, pero sobre todo mental y emocional por el que atraviesa Hannah, en un relato donde lo que predomina es el silencio y las poderosas miradas que sustituyen a las palabras.

Un relato íntimo, duro, sobrio. Paolloro consigue a través de su actriz transmitir el derrumbe interno de una mujer madura gracias al inagotable talento de su protagonista.

https://tantocine.com/hannah-de-andrea-pallaoro/
Quique Mex
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15 de diciembre de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Hannah", es áspera, dura, sutil, bella, inmisericorde. Requiere de un espectador activo que imagine lo que no se dice, lo que no se cuenta. Tampoco es tan hermética como pueda parecer y su ritmo y sus silencios, su sinfonía de hechos banales, cotidianos que conforman el único y precario salvavidas en la tormenta, no agradaran al público mayoritario. Pallaoro en su segundo film apuesta por la autoría consciente de ello y acompaña a Hannah-Rampling en su particular viacrucis con marcada voluntad esteticista, abundan los espejos, las imágenes reflejadas, como si quisiera mostrar a su protagonista que dentro de su laberinto interior  puede encontrar varias "Hannahs", puede elegir luchar o morir.

La fuerzas flaquean, el golpe viene en el tramo final de una vida que ahora se desordena. La negación, la rabia, la desesperación, la impotencia..., todo bulle en el interior de una mujer que lucha por contener sus emociones, dejándolas salir de forma controlada en el taller teatral que realiza como válvula de escape hasta que no puede más. Charlot Rampling, omnipresente, nos hipnotiza y asume con brillantez su pesada carga como actriz y como personaje.  A la soledad familiar, al descubrimiento de la realidad, se le une la condena social. El director hace que empaticemos con ella, que nos pongamos en su lugar, que la ayudemos en su decisión final.

  
ELZIETE
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5 de noviembre de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Hannah” es una película durísima, áspera, inquietante, cerrada en sí misma, de difícil digestión, oscura y poliédrica, que ofrece pocas explicaciones ante el terrible dolor que expone y que requiere paciencia del espectador para ir armando el puzle ante la falta de elementos iniciales de la que parte y, desde luego, con una interpretación histórica de la veterana Charlotte Rampling, que aparece en todos los planos de la cinta y que consigue vestirla con la rugosidad desagradable que la preside.

Siguiendo la estela del más implacable Michael Haneke, los planos fijos y los fuera de campo (ojo al virtuosismo de las imágenes reflejadas en todos los espejos de la casa de su protagonista) presiden una narración deliberadamente críptica, árida, indescifrable en su primera media hora, en la que seguimos a una señora mayor que apenas se dirige la palabra con su marido al que acompaña, eso sí, cuando ingresa en prisión. Se gana la vida limpiando la casa de unos burgueses y su única afición conocida, dentro de una vida brutalmente triste y silente, es ir a clase de teatro.

Resulta obvio que ella ha caído en un absoluto ostracismo social, habiendo sido condenada por los pecados que han llevado a prisión a su cónyuge y que han supuesto que viva en la más radical soledad y en un entorno profundamente silente, lo cual la lleva a ser cada vez más arisca, más introvertida, más apartada. La interpretación de Charlotte Rampling, premiada en el Festival de Venecia de 2017, resulta antológica en un ejercicio de introspección realmente sublime donde las frases que pronuncia son escasas y todo se fía a la sabiduría de su expresividad facial.

El guión, del propio Andrea Pallaoro, es un alarde de ausencia de datos y explicaciones, capaz de fomentar un misterio que atrapa al espectador, ansioso de conocer los entresijos de la terrible tragedia que reflejan en todo momento el rostro de Charlotte Rampling y la tenebrosa fotografía desangelada y gélida de Chayse Irvin.
Sergio Berbel
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