¿Quién dice que es fácil?

Esta película tiene muchos caminos ya recorridos. El referente más claro es el anterior film de Taratuto "No sos vos soy yo". Como aquel éste que nos ocupa es una comedia con toques dramáticos puntuales en busca de acentuar la emoción, tiene a un Diego Peretti que aquí se llama Aldo pero es una continuación de aquel Javier, hasta tiene a un Luthier de por medio si antes era Mundstock ahora es Rabinovich. En definitiva que es dificil pasar por alto la falta de originalidad por más que en momentos precisos haya toques de buena comedia, que el arranque sea prometedor... No acaban de funcionar las premisas iniciales, el enamoramiento entre personalidades opuestas evoluciona de formas forzadas, se recurre a gags o bromas chocantes algo fuera de tono para levantar la moral del espectador sumido en un profundo estado de "Lo mismo me da que me da lo mismo". Carolina Peleritti tiene algo de garra pero no puede dar más de sí con la endeblez de los diálogos. Es, resumiendo, una comedia justita, señal de que hay que cambiar el chip, arriesgar más y tal vez no conformarse con buscar una historia tierna bajo en otros tiempos acertadas premisas, es decir, repitiendo fórmulas.

Como argentina debo decir que Taratuto es buen director, la anterior pelicula de él es muy buena, pero ésta no lo es tanto.
No tiene una buena historia, o al menos es muy poco creíble.
Carolina Peleritti debería seguir desfilando o continuar con programas de TV que lo hacía muy bien o dedicarse a estudiar actuación un poquito más.
La peli se salva sólo por Diego Peretti que es excelente en todo lo que hace.
A mis queridos amigos de España les recomiendo no gastar dinero en verla en cine, alquilen el DVD al menos pueden sacarlo cuando no aguanten más.
La verdad no es fácil verla, es increíble.

La historia de este film nació de una idea de Pablo Solarz (el guionista de "Historias mínimas", de Carlos Sorín) y habla de un hombre y una mujer que nunca hubieran imaginado ser tal para cual, pero que se enamoran más allá de sus diferencias.

Existe en Taratutto una capacidad para narrar con humor lo que de otro modo sería deprimente. Esta película podría ser contada como un drama pero elige apoyarse en un humor melancólico que deja intersticios para la emoción.

Interesado en trabajar desprejuiciadamente la psicología masculina, los presupuestos machistas y sus modos de disfrazar lo que en el fondo es debilidad y soledad, el director sabe transitar por delicadas zonas de riesgo, por momentos al borde de lo esperpéntico, aunque no menos que los chistes argentinos que circulan con vida propia en pasillos y sobremesas.

La película tiene agilidad desde el montaje y mucha frescura, una espontaneidad dada también por las buenas actuaciones de la dupla Peretti y Peleritti, siendo muy pintorescos también los personajes secundarios.

Para Taratutto el placer y la identificación con el espectador son esenciales. En consecuencia, tiende a desenvolverse en medio de temáticas cotidianas que no resultan muy interesantes para críticos ni festivales, pero que entretienen, emocionan y dan espacio a la reflexión.

Repiten trabajo Juan Taratuto en la dirección y Diego Peretti en el papel principal después de la éxitosa No Sos Vos, Soy Yo. Peor película esta que la otra, no deja sin embargo de ser al menos interesante. Y lo es porque en toda historia dramático-amorosa donde haya argentinos termina resultando atractiva, por lo menos a mi me lo parece. Será su acento, ese aura de derrotismo que los rodea o una infinidad de particularidades que los caracterizan. Pero atraen.
Sin embargo aquí Juan Taratuto no consigue hacer lo que pretende: que todos nos sintamos de alguna manera identificados con el personaje, cosa que sí consiguió en No Sos Vos, Soy Yo. Quizás sea porque no participa en la realización del guión (si lo hizo en la otra) o porque su sociedad con Diego Peretti no dé más de sí. El asunto es que no lo consigue. Y no solo eso sino que se nos presenta un personaje que creo que en la mayoría de los casos sacaría de quicio a cualquier persona medianamente normal. Por otra parte se descubre Carolina Peleretti, que realiza un gran papel y se termina convirtiendo en una mujer deseada a lo largo de toda la película. Lo demás, una sucesión de momentos típicamente romántico-melodramáticos que sin embargo se dejan ver. Lo dicho, interesante.

Taratuto posee tres pelis, dos son adaptadas de guiones ajenos y una sale de su propia manufactura: No sos vos, soy yo. Los métodos narrativos que tiene a su servicio son variados y las temáticas no cambian desde el enfoque aunque si pueden volverse más o menos focalizadas en situaciones particulares.

Sin duda, Mientras que No sos...encaraba una historia de lectura universal directa, ¿Quién...se ubica en la misma linea que Un novio para mi mujer: historias singulares que pueden disparar, eso sí, cuestiones que atañen a todos los hombres.
Obsesivo, meticuloso, tímido y retraído, conservador, el personaje del inigualable Peretti encarna al ciudadano promedio: su mayor logro se compara, paradójicamente, con dar sus primeros pasos como hombre que busca su territorio en la sociedad. Ser padre parece la meta ideal de todo sujeto civilizado, pero los miedos de este personaje magnifican las dificultades frente a una Peleritti sin dobleces, pero también sin rumbo. La historia posee sus gags, principalmente aprovechados desde los diálogos y el juego de palabras, pero sin dudas esta es la historia más "seria" de Taratuto: sus tonos se ubican más dentro del melodrama que de la comedia costumbrista, y eso que las pelis anteriores tenían su dosis de dramatismo. Lo que chirría en ¿Quién dice... es la aparición de historias secundarias que no vienen al caso y que dotan al argumento de tintes culebreicos de lágrima fácil.

No obstante, Taratuto es un buen director, habrá que seguirlo porque su oferta sigue siendo fresca para el espectador.