El último viaje

Precursora en cierta forma del cine de catástrofes de los años 70, ( ya saben: ese en el que se juntaba un reparto de lujo a bordo de un avión, barco,etc ... víctima de un terremoto, atentado, incendio,etc) "El último viaje" es una película más que digna que reúne los elementos imprescindibles de este súbgénero: un buen reparto, una buena introducción para que empecemos a simpatizar o detestar a alguno de los personajes, y un accidente/catástrofe imprevista y fortuita que hará que se tambalee la seguridad y tranquilidad de los protagonistas. Durante la crisis propiamente dicha se añade otro elemento imprescindible de este tipo de películas: la colaboración entre personas en principio opuestas o diferentes para salvarse. Y es que el ansia de sobrevivir es muy fuerte en el ser humano.

De todas las historias me quedo con la del camarero negro, genial como siempre ese secundario de lujo Woody Strode que solo tuvo un papel protagonista reseñable "El sargento negro" de John Ford. Su empeño, más allá del deber, en salvar a Dorothy Malone es lo mejorcito del film. No así el protagonismo de Robert Stack, actor muy limitadito.

En suma, película muy entretenida y que no defraudará a los amantes de este género de catástrofes.

He de comentar mi respeto por el señor Andrew L. Stone, por su correcto tratamiento al Departamento de Máquinas del buque. Creo que este señor, perfectamente documentado, sabe mostrar el funcionamiento del personal más olvidado de los buques en el cine de entretenimiento y documental. Aquí se les muestra como lo que son: los que ejercen el trabajo más peligroso, más penoso, más sucio, y más complicado, correspondiente a toda la ingeniería del buque. Lo hace además mostrando perfectamente el escalafón del buque, dejando ver las responsabilidades de Jefe de Máquinas, Primer Of. de Máquinas (soberbio Edmond O'Brien) , contramaestre de Máquinas. Y como siempre magnífico, George Sanders en el papel del Capitán.

El resto es entretenido sin ser destacable nada en especial.

Una película que mantiene un buen ritmo, que no pierde el tiempo en presentaciones, ni en indagar en las motivaciones ni en la personalidad de sus personajes sino que éstas, como la trepidante acción, fluyen por sí mismas, en una cinta que es verdaderamente entretenida, está muy bien realizada y destaca por unas soberbias actuaciones, en las que además de la insuperable de George Sanders -cómo un superado capitán de navío- cabe destacar las de Edmond O´Brien (Jefe de máquinas), Woody Strode (fogonero), Robert Stack (padre y marido desesperado) Dorothy Malone (mujer de éste y madre solícita, aun atrapada en su camarote, mientras los compartimentos estancos van inundándose, uno tras otro).

Y entre la devastación total, entre el sálvese quien pueda, entre la inoperancia de quien se halla al mando, unos pocos buscarán la manera de salvar a un sólo ser... con la busca denodada de una botella de acetileno, mientras el mar devora a un navío que hacía unos días había emprendido su último viaje...

Quizá, junto a "La aventura del Poseidón" (1972), sea la mejor historia de naufragios que yo haya visto en el cine. Una película pionera, que junto a "Escrito en el cielo" (1954) o "El cielo coronado" (1960), marcaría la tendencia a seguir por un género (el de catástrofes) que tan prolífico sería una década más tarde.

Oficialmente, el cine-catástrofe es un fenómeno típico de los 70 con una breve extensión en los 90, aunque Hollywood lo había abordado desde mucho antes con menor intensidad. En este caso se sigue el esquema que años más tarde sería seguido hasta la saciedad. Un naufragio es el pretexto a través del que una serie de personajes deberán revelar sus aptitudes para el heroísmo. Todo es convencional pero no tanto previsible, sobre todo con la mujer atrapada en el camarote, historia central de la película.

Andrew L. Stone (Canción de Noruega, El diabólico señor Benton) escribe y dirige este drama protagonizado por Robert Stack (Misterios sin resolver, Los intocables), Dorothy Malone (Peyton Place, Instinto básico) y George Sanders (Eva al desnudo, El libro de la selva).

Los responsables de efectos especiales de la cinta recibieron una nominación al Oscar por su gran trabajo y es que hay secuencias que no parecen estar rodadas en aquel 1960. A mí me ha gustado, siendo una de las películas de este tipo que me merece más respeto. Un 7,5.