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Twin Peaks - Episodio piloto (TV)

Intriga. Thriller. Drama La pequeña y tranquila población de Twin Peaks, en el estado de Washington, se conmociona cuando el cuerpo de la joven Laura Palmer, una conocida y guapa adolescente del pueblo, aparece con síntomas de haber sido brutalmente asesinada. El agente especial del FBI Dale Cooper es asignado al caso. (FILMAFFINITY)
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Críticas 34
Críticas ordenadas por utilidad
14 de abril de 2013
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Considerada una de las grandes Obras Maestras del cine de los noventa, el episodio piloto de Twin Peaks demostró al mundo entero el absoluto dominio de su polémico director del género de la intriga y el suspense. La obra es un compendio magistral de elementos perfectamente sincronizados y diseñados para alcanzar sus objetivos narrativos.
Todo en ella es soberbio, desde la banda sonora de Badalamenti, hasta la fotografía de García pasando por unas interpretaciones más que solventes y carismáticas. Un film imprescindible.
Lo mejor:
· El absoluto dominio del que hace gala su autor de los elementos narrativos del género del thriller y la intriga (banda sonora, fotografía, interpretaciones, diseño de personajes, ambientación...)

Lo peor:
· Te deja con demasiadas ganas de más.
· Se hace muy corta
· Que el resto de la serie no mantenga el mismo nivel.
Nota:
8'1
Max Power
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30 de mayo de 2013
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Será el café? ¿Será la coca? ¿Será la trama? Los créditos iniciales lo advierten: éste no es un guión 100% Lynch. Lo que, tratándose de una serie, se agradece. Enganchan poco los arranques atiborrados, en los que las caras anónimas de los personajes se van turnando en nuestra base de datos hasta confundirnos: ¿pero no era el jardinero, el de la Harley, que llevaba un parche en el ojo y lloraba sin cesar, el que curraba en la aserradora? Introducciones vomitadas, las llamo. Quieres sentar las bases de la historia y sólo siembras caos. Sin embargo, ésto aquí no pasa. Entre presentación y presentación, una pausa nos va poniendo en contexto; nos mete en el meollo. Hasta el cuello.

La tensión fluctúa por la pantalla mientras uno va indagando: sospecha hasta de los extras, cualquiera puede ser culpable. Una investigación que se completa con la llegada del agente Cooper, un tipo minucioso e ideal detective del FBI, que toma nota hasta de las calorías del zumo de frutas del aperitivo. Nos incita a seguir su cuento porque parece que es él quien lo escribe, pero se equivoca. Sabe mucho y no sabe nada. Entonces, ¿quién nos saca del meollo, ahora? El sheriff lo tiene claro, o eso parece. Bobby me cae mal, pero un poco mejor ahora. Aunque no, ya no, rectifico. El bombardeo de historias paralelas te hace sospechar de tus sospechas. Quieres que siga, allí por donde sea. Si te gusta la intriga, éste es tu camino, y no ha hecho más que empezar.

El sello Lynch supura desde los primeros minutos de cinta. Sabe que el espectador se dispone, cegado, a caer rendido ante sus encantos, y lo aprovecha cómo no. Una simple visita de la madre de Laura al piso de arriba nos bloquea e hipnotiza observando un ventilador que no para de girar, un encuadre sin importancia e inolvidable, que para más inri nos muestra en primer plano porque sí. Sus guiños son tremendos: desde la mujer del leño al chaval del instituto que se monta un camel walk mientras escapa del plano. Y con ésta imagen en la mente, vamos a por el siguiente: capítulo 2.
Sr Mandarina
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27 de febrero de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esto es un episodio piloto. Nada más y nada menos. Un metraje de 90 minutos (poco menos) en el que se presenta el motivo por el cual se hace la serie. Han matado a una persona y no se sabe quién ha sido. Y ya está.

¿Y ya está? No. Hay mucho más. Algo que falta en la televisión actual, y es una presentación de los personajes. Todo el episodio sirve, no para decirnos que han matado a alguien, sino para presentarnos las piezas; es decir, los personajes que serán nuestros amigos y enemigos durante la serie. Las series actuales no tienen tiempo para hacerlo, o tienen demasiado. O crean personajes planos en las comedias de situación, o nos apabullan con una lentitud soporífera (WestWorld) en la que hay capítulos y capítulos en los que nada pasa y sólo vemos la vida diaria y ordinaria de los personajes.

Aquí no. Aquí vemos como son, como sus vidas se ven tocadas por el acontecimiento y lo que esconden detrás es algo que descubriremos a lo largo de la serie.

Es cierto que ha envejecido mal. Que no ha tenido la fortuna de envejecer como muchas buenas películas de principios de los noventa. Pero esta serie marcó una época. Una gran serie. Y merece que la veamos, pues hasta con los prejuicios que acumulemos por haber pasado más de 25 años, pasa el corte esta serie. Y sobre todo, este capítulo piloto.
Calvero
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7 de enero de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lynch y Frost prefiguran en el episodio piloto toda la estructura de lo que será al menos la primera parte de la serie, haciendo pivotar alrededor del misterioso asesinato de Laura Palmer todas las vertientes narrativas, que no son escasas ni mucho menos poco interesantes. Resulta notoria la verticalidad con la que se expone el corazón argumentativo de toda la obra nada más arrancar esta: un hombre que va a pescar y que al minuto de proyección encuentra al descuido el susodicho cadáver. Alarma y agitación para este tranquilo pueblecito del noroeste americano, un sitio ideal para que Lynch despliegue sus innatas habilidades para la descripción de la Norteamérica rural.

Entonces conocemos a los habitantes: unos solemnes, otros retorcidos, los más bastante raros, algunos deliciosamente guiñolescos (impagable esa Nadine obsesionada con sus nuevas cortinas, o la entrañable demencia de Lady Leño). El factor trágico, evidente en la clave argumentativa, se ve aplacado por repentinos y sutiles momentos de humor negro hitchcockiano. Los hilos se enredan en prometedoras relaciones adúlteras y secretos inconfesables para eclosionar en unos planos finales de enorme impacto.

No sé si, como suele decirse, la serie perdió el norte hacia su ecuador, o cuando Lynch se apeó del barco allá en la lontananza del episodio 6. Lo cierto es que pocas veces un comienzo resultó tan hipnótico y cautivador. ¿La fuerza de las imágenes? Desde luego. ¿El poder de la inconmensurable partitura de Badalamenti? Qué duda cabe.

Por cierto: nunca un cadáver (incluso envuelto en plásticos y con piedrecitas y arenisca sobre la piel amoratada como este) me pareció rebosar una belleza tan insultante en una pantalla…

Notable.
Arsenevich
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30 de agosto de 2013
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
En este primer episodio Lynch ya te deja claro de qué va a ir la serie: han asesinado a Laura Palmer, una chica de familia acomodada en un pueblo grande e idílico en el que nunca pasa nada.

Lo que no te cuenta Lynch es que luego él sólo dirigiría unos pocos capítulos y el resto se lo dejaría a directores invitados.

Lo que tampoco te cuenta Lynch es que lo que en principio parecía una serie policíaca y de intriga se convertiría en una serie de fenómenos paranormales.

Lo que tampoco te dice Lynch es que los personajes irían evolucionando hasta convertirse en una caricatura de sí mismos.

Que no te engañe este primer episodio: si no te gusta el género de fantasía y temas sobrenaturales, no te va a gustar la serie. Pero si te gustan, la disfrutarás al máximo. No ha sido mi caso.
echulin
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