El buen amigo gigante

SU director no necesita ningún tipo de presentación ya que su nombre va ligado a infinidad de títulos, aunque sí podemos decir que aunque su anterior trabajo ( el puente de los espías ), nos gustó, hay que decir que el señor Steven Spielberg no está en buena forma, esto puede ser debido a desempeñar un cine tan comercial que hace rebajar la calidad de sus películas con el fin de abrir ese abanico de público, títulos como la guerra de los mundo e indiana jones ensombrecen su carrera.

En esta nueva película Spielberg, vuelve a tirar de ingenio, y nos plantea una propuesta muy fantasiosa. Una vez iniciada la película si que podemos notar en toda ella la mano del creador, esto se nota en los encuadres, planos, en la presentación de los hechos y sobretodo en su puesta en escena donde cada detalle es cuidado milimétricamente.

Como ya hemos dicho, a la película no se le puede poner muchos peros en lo que se refiere a la técnica, ya que toda la recreación a la que nos sumerge es pura fantasía que nos intenta llevar al mundo de los gigantes. Todo el mundo gigantesco, la casa del gigante y los mismísimos gigantes están hechos con un arte excepcional.

Pero en todo lo que sobresale en lo visual y técnico, le falta en su guión, el cual se queda tremendamente corta. El argumento, está lleno de las buenas intenciones pero esto a veces no es suficiente, la historia resulta banal, previsible, plana y sin demasiada emoción. Carece del gancho necesario y de la fuerza y brutalidad que podrían hacer de ella algo mas memorable. Su línea fuertemente marcada nos impide disfrutarla, su ritmo desacompasado nos lleva y nos trae. Aunque sin lugar a dudas los excesos que comete Spielberg en su recta final son los que definitivamente la hacen derrumbarse , esas dos escenas son un sin sentido de excusas para resaltar ciertos valores que ya no eran importante. Su traca final, nos puede llegar incluso a recordar a Salvar al soldado Ryan , pero en vez de bombas, manotazos de gigantes.

Su pequeña actriz, en la cuál recae buena parte del peso de la película , no logra convencernos, y afianza más la mala jugada con la que nos brindado el señor Steven.

Como conclusión podemos decir que Mi amigo el gigante, va dirigida a su público más infantil, ya que en ellos resaltarán más los valores de los que hace gala la película, pero que según va avanzando la edad del espectador los contras que nos plantean aumentan considerablemente.

Lo mejor: La imaginación que llegue teniendo Spielberg
Lo peor: Un guión un tanto desastroso
Recomendada: NO

@cineypunto

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Esta magníficamente realizada la verdad de ahí mi nota, pero no me terminó de enganchar. Mis hijas quedaron encantadas pero para mì, le falta algo.
Será por las espectativas con las que iba, tenia ganas del Spielberg aventurero, del familiar y pese a que esta bien realizada me dejó un poco frio. Tendre que revisionarla otra vez, seguro que mejora. No esta entre las mejores películas suyas, pero tampoco de las peores. Entretiene, espero poder disfrutarla mas tras segundo visionado. Un placer.

Sí, es a ti a quien me dirijo, Steven Spielberg. Yo creo que ya vale de decepcionarnos con tus últimas películas. Eres un maestro, y estás cayendo muy bajo para lo que tu talento es capaz de crear. Has demostrado ser uno de los mejores directores de la historia del cine, y sin embargo últimamente no se te notan mucho tus excepcionales aptitudes.
Es el tercer palo consecutivo que me llevo contigo, y me estás empezando a asustar. ¿Qué es lo que te pasa? ¿Te estás volviendo demasiado cómodo, quizás?
“Lincoln” fue un bodrio (para una justificación más extensa de esta opinión, véase mi crítica), y “El puente de los espías” como mucho es mediocre (ídem).
Aun así, yo he seguido confiando en ti, con tu esperada vuelta al cine fantástico después de muchos años. Desgraciadamente, me he vuelto a encontrar con una nueva metedura de pata por tu parte.
Cabe la posibilidad de que estemos ante una fiel adaptación del cuento en el que se basa, pero independientemente de eso, la película es fallida.
El enfoque está en tierra de nadie. Ni es lo suficientemente madura como para ser un cuento para adultos, ni lo bastante infantil como para que los niños puedan disfrutar demasiado.
El humor es malo, muy malo. Spielberg, lo tuyo nunca ha sido la comedia cuando la metes a la fuerza en tus películas. En el único título donde eso te quedó bien fue en “Indiana Jones y la última cruzada”, pero es que esa pertenece a un pasado lejano en el que comparado con lo que haces ahora, parece mentira que también las dirigiera la misma persona.
Aquí no tenemos nada más que aguantar las estupideces de los gigantes malos, cuya infografía deja bastante que desear, y unos supuestos momentos graciosos a base de pedos verdes. ¿Adónde vamos a parar?
El gigante protagonista, con más orejas que Carlos de Inglaterra, me cae mal. Lo siento, pero no puedo evitarlo. El supuesto buen rollo que tiene con la niña, y los buenos sentimientos que tiene que transmitir, quedan eclipsados por su tremenda estupidez. Su forma de hablar es insoportable, con su lentitud y sus cambios de palabras. Además, el personaje digitalizado me resulta muy chocante a la vista, con esa mezcla de hiperrealismo en el rostro, y al mismo tiempo un tratamiento informático tan grande que no queda creíble en pantalla. ¿Por qué no han maquillado un poco al actor y luego le han agrandado como en la saga de los anillos de Peter Jackson? Pues nada, todo a base de ordenador, y queda como si fuera un mero dibujo animado bastante feo y que contrasta muchísimo con la imagen real. Muy mal.
Pero el problema de raíz de la película es que es esencialmente aburrida. ¿Pasa algo realmente interesante? ¿Hay alguna escena que permanezca en la memoria? ¿Algún momento verdaderamente emocionante en cualquier sentido? Me temo que no. Es de las que te hacen mirar el reloj.
Pasa poco tiempo hasta que la niña descubre al gigante, pero luego es un mareo de perdiz desde el principio hasta el final. Sueños fatuos, gigantes malos, cháchara insustancial, sentimentalismo barato y superficial, y un tramo final donde la vergüenza ajena llega a su extremo en la parte de la reina de Inglaterra. Este segmento es surrealista, absurdo, aburrido (más si cabe que la primera mitad), y donde tratan de hacernos reír sin conseguirlo, lo cual es patético.
Hay que agregar a todo eso un ritmo lento y una duración excesiva. ¿Dónde ha quedado el sabor del buen cine de Spielberg, cuando salíamos del cine totalmente satisfechos y con la decisión clara de comprar la película y verla cientos de veces?
“Mi amigo el gigante” es mediocre o directamente mala tal cual, pero lo es aún más siendo de quien es. Fui benevolente con “El puente”, pero esta vez no te voy a aprobar, Steven.
Salvaría la interpretación de la niña, la banda sonora de un viejo conocido, algún momento (demasiado breve) de magistral juego de cámara, y muy poco más. Pero por muy bien que nos adornen la historia, por muy bien contada que esté, no hay nada que rascar, y ni siquiera la (perdida) magia de Spielberg es capaz de camuflar con su técnica narrativa un argumento vacío e insulso.
No funciona ni como comedia ni como fantasía, ni como cine familiar ni como infantil. Quizás este director ha vuelto a hacer la película que le ha dado la gana a él, sin contar con hacer algo que pueda gustar a un gran número de espectadores.
Creo que deberías elegir mejor tus futuros proyectos, habida cuenta de la edad que tienes. No conviene desperdiciar tu arte, gastando tiempo en hacer productos como este, cuando puedes hacer cosas muchísimo mejor.
Sin haber visto “1941” ni “Loca evasión”, esta es para mí tu tercera peor película, después de “Amistad” y “Lincoln”.
Veremos a ver qué nos traes con la anunciada “Ready player one”, que habiendo leído el libro creo que es una adaptación realmente complicada. Miedo me das con la decadencia que te estoy notando. Veremos.

Steven Spielberg es, sin lugar a dudas, uno de los directores fundamentales de los últimas cuatro décadas, capaz de dirigir obras maestras como “El diablo sobre ruedas” (1971), “Tiburón” (1975) o “La lista de Schindler” (1993), pero también títulos tan ñoños como “Para siempre” (1989) o “Hook” (1991).
Su nueva película, “Mi amigo el gigante”, es un auténtico derroche de fantasía, en el que se aúna la animación “motion capture” y los actores de carne y hueso. Aunque no es una fidedigna adaptación del cuento de Roal Dahl (“Charlie y la fábrica de chocolate”, “Matilda”) en el que está inspirado sí que comparte con el original una denodada apuesta por la imaginación. Y ahí reside su grandeza.
El grandullón, que se trastabillea al hablar, se dedica a insuflar de sueños a los humanos, habitantes de la ciudad más cercana a la Tierra de los Gigantes, como Spielberg, cual niño grande, alimenta los sueños de sus espectadores. Desde el pionero del cine Georges Méliès a Jim Henson, pasando por Ray Harryhausen, todos han envuelto al espectador en un mundo imaginario que le haga olvidar por unos instantes sus rutinarias existencias. Spielberg consigue lo propio con “Mi amigo el gigante”. Desde la escena nocturna del principio a la visita de los gigantes mefistofélicos a la guarida de nuestro protagonista, el filme de Spielberg destila magia cinematográfica. Tampoco le falta sentido del humor como demuestra la secuencia del banquete pantagruélico en el palacio de Buckingham con “popotroques” incluidos.
“Mi amigo el gigante” es además una celebración de la diferencia. Muestra como dos personas, totalmente antagónicas, pueden trabar una amistad pura. En este sentido, destaca el guion de Melissa Matheson, artífice del texto de la mítica “E.T” (1982), y que se ha convertido en su testamento fílmico, ya que feneció el año pasado. Fascina la recreación digital de Mark Rylance como gigante y resulta muy convincente la presencia de la niña Ruby Barnhill. Sin olvidar la siempre eficaz partitura del incombustible John Williams. El mensaje de “Mi amigo el gigante” es diáfano: no permitas que te arrebaten tus sueños.

Creo que es evidente que Spielberg es ya uno de los grandes cineastas de la historia del cine. Todos sus films son un acontecimiento cinematográfico, y sabe transmitir como nadie el lenguaje de la épica, la emoción y el entretenimiento a la gran pantalla.

Todo lo anteriormente dicho es lo que le falta a este film, ya que "Mi amigo el gigante" no sólo no entretiene, sino que carece de épica, y los escasos rescoldos de emoción que parecen querer abrirse paso en algunos momentos de la película, resultan ineficaces.

En ningún momento conecté con un film del cineasta con el que más he conectado emocionalmente en la últimas décadas, todo se mueve en una especie de batiburrillo ligero, que incluso cuesta seguir y que en mi opinión, no conseguirá enganchar ni a niños ni a adultos.

Lo dicho, una gran decepción, posiblemente la película de Spielberg que menos me gusta.