Los USA en zona rusa (TV)

Estamos ante su comedia más infravalorada y absolutamente desconocida por el gran público a la que hemos accedido siempre solo los más fervientes radicales allenianos. Infravalorada incluso quizás hasta por él mismo que decidió adaptar su obra de teatro primigenia a un telefilm. Para mí, paradójicamente, una de sus mejores comedias.

Cuando los grandes genios del humor tocan el tema de la Guerra Fría dejan enormes obras maestras tan ácidas como desternillantes. Lo que “Uno, dos, tres” es a Billy Wilder, lo es “Los USA en zona rusa (Don´t drink the water)” para Woody Allen. La adaptación a formato televisivo de una vieja obra de teatro del genio neoyorquino es una catarata continua de carcajadas que se enraíza directamente con su estilo primigenio, el de “Toma el dinero y corre”, “Bananas”, “El dormilón” o “La última noche de Boris Grushenko”.

La historia del hijo del Embajador de los USA en una ciudad soviética, un desastre consumado, que se queda al frente de la misma por ausencia por viaje de su padre, mientras que una revolución estalla en la calle y una familia norteamericana de turistas tienen que refugiarse en dicha embajada, es el arranque colosal para un despliegue de chistes sin fin, a cual más divertido y ocurrente, situaciones surrealistas y personajes cómicamente inolvidables.

Carcajada tras carcajada, la historia de espías (ruinosos donde los haya) se va desplegando, y a la fiesta se suman un sacerdote con demasiada afición a los trucos de magia a pesar de ser un absoluto negado para ello, un sultán con todo su harén que llegan invitados a la embajada para algún turbio negocio, nace el amor entre la hija turista y el hijo del embajador dando lugar a situaciones pintorescas…

Con un plantel de actores y actrices, como siempre en el cine de Woody Allen, espectacular, por supuesto se reserva para él mismo el personaje del padre de familia turista, el más hipocondríaco, nervioso, miedoso e hilarante de todos ellos. Woody Allen en su propia salsa. Lo mejor que le puede pasar a la comedia.

“Los USA en zona rusa” es un maravilloso y adictivamente divertido despropósito donde resulta inevitable una carcajada al menos por cada minuto de su metraje. Una lección magistral de cómo hacer una comedia inmortal. Pocas veces me he reído con más con Woody Allen salvo, por supuesto, con “Misterioso asesinato en Manhattan”.

Entretenidísimo sainete basado en una obra de teatro escrita por Woody Allen a finales de los 60 (la mayor parte de la trama se desarrolla entre los muros de la embajada), producida para televisión y que tuvo una anterior y pobre versión cinematográfica titulada “Los Usa en zona rusa”.
Tomando como eje las tensas relaciones entre americanos y comunistas de detrás del telón de acero y contando con un buen elenco actoral, magníficamente capacitados para la comedia (a destacar el entrañable Michael J. Fox y el bueno de Dom DeLuise, sin obviar por supuesto a un descacharrante Woody Allen, autentico rey de la función junto a Michael J. Fox) y conteniendo unos divertidísimos e inteligentes diálogos que recuerdan al gran Woody Allen de sus primeros tiempos (en cuanto al ritmo desenfrenado de los diálogos y los certeros cañonazos de humor gamberro), nos encontramos ante una autentica y escondida joya de lo que, yo al menos; no sabía de su existencia y que te recomiendo te busques la vida para hacerte con ella si todavía no la has visto.
Absolutamente recomendable.

Por cortesía de TCM, puede verse por fin el telefilm de Woody que había inspirado la repelente Los USA en zona rusa, gran esfuerzo de imaginación en el apartado titulación hispana. Verborreica y algo histérica, su mayor virtud es permitirnos a los fans apuntarla en la lista de "vistas", al lado de excentricidades como El rey Lear, de Godard, o Cachitos picantes.

Remake de su propia obra. Esta película está basada en la primera obra hecha para Broadway de Woody Allen, y en 1969 se hizo adaptación al cine (época más lógica y normal sobre este tipo de sátira), pero Allen insatisfecho por el resultado, hizo este remake (bastantes años más tarde). Aunque también, es raro que se hiciera directamente para TV y no para cine.

Bueno, para empezar, se agradecer ver a un Michael J. Fox en su época mejor, donde hace un buen papel, aunque a veces no sabe donde meterse dentro de esta historia. No está tan cuidada como en otras películas de Allen, ya que a veces los personajes van un poco perdidos.

El principio promote, buen humor, del típico de Allen, pero al final se queda en algo muy disipado.

Qué grata sorpresa al ver esta película, y la verdad que no se porque la tenía tan reservada sin saber que me encontraba con una buena comedia de Allen.

De primeras se nota que estamos ante algo que no es el clásico cine de Allen aunque trate de las mismas hitorias y del mismo sentido del humor, pero deja atrás sus grandes avenidas para desarrollar toda la historia en un edificio, esto le quita frescura a la historia pero se equilibra todo con un guión muy divertido, todas las escenas resultan divertidas y graciosas, son pocos los momentos en los que la acción pierde fuerza.

Es curioso que esté considerada como una obra secundaria y para muchos, algo desconocida, hay que ser muy amante del cine de Allen para haberla encontrado y me alegra mucho porque he descubierto algo fresco y genial, una obra realmente entretenida y divertida.

Al mismo tiempo es curiosa la elección de los actores, Michael J. Fox y la querida Blossom...algo diferente pero acertados.