El hombre quieto

Reconocido film de J. Ford, con J. Wayne interpretando a un hombre que decide volver a su tierra, Irlanda. Allí se enamora de una joven y debe lidiar por las diferencias culturales con alguna gente del pueblo.
Alguna vez elogié la capacidad del director para referirse a la bondad humana: aquí creo que se pasa de rosca. Es que hace un film a primeras luces con encanto, simpático, con humor, sobre la base de personajes muy limitados, casi niños, tal vez para reflejar aspectos primarios de los seres humanos. Esto sin contar que contiene secuencias innecesarias, y un transfondo pro-americano, que se explica atento a que poco antes de su estreno había finalizado la 2º Guerra Mundial. Igualmente, aceptable.

Soy cinéfilo y escritor de novelas, las cuales muestran una cierta influencia cinematográfica. Filmaffinitty es un punto de referencia para todo aficionado al cine, que desea saber si una película merece o no la pena, a pesar de que opiniones las hay como estrellas en el firmamento. De buena a mala, o simplemente pasable, la película que nos ocupa merece el calificativo de: PASABLE.
No hace falta decir el lugar que ocupa John Ford en la historia del séptimo arte. Esta es una obra que en forma de epítome aglutina el mundo de Ford y sus personales tics. Se ha hablado mucho de la narrativa de Ford, de sus hermosos encuadres, del halo que desprenden sus personajes, etc. Todo esto y mucho más está en "El hombre tranquilo", en el que Ford revive y mima lo referente a su Irlanda a través de una historia romántica con toques cómicos, y en las que su trío protagonista está a la altura de las circunstancias, ofreciendo unas buenas interpretaciones en medio de un paisaje bucólico muy bien fotografiado y arropado con la pegadiza música de Víctor Young.
"El hombre tranquilo" es una película que he ido viendo a lo largo de los años. Pero hete aquí que estamos en el siglo XXI y he de ser consecuente con ello y analítico conmigo mismo a la hora de comentar este filme en la actualidad. Alguna vez he llegado a comentar que habría que enjuiciar las películas en varios apartados y con ellos obtener una valoración final. Temas como su valor en cuanto a Historia del Cine, Técnica cinematográfica, Narrativa, Fotografía, etc. Y, por supuesto, su Capacidad de distracción, Envejecimiento, etc. Esto último nos lleva a contrastar la película con los espectadores del 2022, e incluso los del futuro. Creo que estos verán el presente filme con aburrimiento, como algo infantil, amén de pasado de moda y perteneciente a las antípodas del cine, poco más o menos. Por supuesto seguirá gustando a las personas mayores y a las de la anterior generación, más cercanos a Ford. ¿Quiere esto decir que el cine de este gran realizador está ya envejeciendo? Pues sí, ya que sus ideales son ya casi de otro mundo.
Siendo franco, y a pesar de todos sus valores, los personajes de Ford son bastante elementales y simples en la mayoría de los casos, y sus impulsos obedecen a esta misma premisa. Es la visión de un soñador de una época, el cual retrata lo que le es vital y familiar acorde al mundo que ha conocido, o pretende conocer. El machismo es algo implícito en su obra, así como en su vida personal. Que las mujeres no salen muy bien paradas en algunas de sus obras, es harto probado, tal y como vemos en la presente y en "La taberna del irlandés". Y muy especial y vergonzosamente en otra de John Wayne: "El gran MacLintock". A tal efecto se argumenta que el realizador está retratando las supuestas costumbres de ciertas épocas; pero aun así, en un mundo de hombres y mujeres, ciertas exposiciones degradantes con cualquiera de los dos géneros deberían evitarse. En este sentido me pregunto, qué sentirían las mujeres de aquellas épocas, o incluso las espectadoras de aquellos años en los que se estrenaron los filmes mencionados. Es fácil suponer que en un mundo de hombres, críticos de cine incluidos, la película fuera para ellos un regocijo y una obra maestra, no así para muchas mujeres.
Hay otros temas en la obra de Ford que han quedado obsoletos, tales como el mundo de los sentimientos, los cuales son un catálogo de simpleza, y siempre con el hombre dominando a unas mujeres, que precisamente los aman y admiran por este hecho. Esto hoy día es una perspectiva infantil y un tanto ensoñada. Lo mismo acontece con las peleas que tanto gustan a Ford, y que también quedan infantilizadas por cuanto los protagonistas pueden zurrarse de lo lindo a puño desnudo sin apenas dejar huellas visibles en sus rostros. Son como las peleas de los dibujos animados.
Por todo lo expuesto -y me dejo muchas cosas-, siendo capaz de ver por fin esta insigne obra de Ford, libre ya de prejuicios e ideas preconcebidas, le otorgo un cinco como equilibrio en un computo de diez. Metáfora de bondades y estulticias.

Si en una película catalogada en el género de "drama, comedia, romance", el drama no existe, la comedia no te hace reír en ningún momento, y el romance apenas te despierta alguna emoción, mal asunto.

Ante unas críticas tan excelentes, estaba yo entusiasmado y preparado para ver un peliculón, pero lo que vi fue un telefilm de sobremesa, simplón y más largo que un día sin pan (¿no se podría haber contado todo eso en la mitad de tiempo?). Al ver la primera escena, ya empezó a entrarme un mal presentimiento, que por desgracia se fue confirmando lento pero seguro. Poco a poco, mis párpados empezaron a pesarme más, y cuando ya pasaban más tiempo cerrados que abiertos, me fui a acostarme (calculo que sería sobre la hora y 20 minutos de película), que uno duerme mejor en posición horizontal que en vertical. Dormí como un tronco.

Al día siguiente terminé de verla. Con mucho, lo mejor de la película es la belleza de los paisajes, y la ídem salvaje de la pelirroja Maureen O'Hara. ¿Esto es todo para esta "impresionante" súper-producción-megachachi-peliculón? Ah bueno sí, la banda sonora también está bastante bien.

Muestra lo que una mujer....puede llegar a transtornar a un hombre....Muy buena en su género. Quizá exceso de tradicionalismo...y de defensa de la volencia como símbolo de virilidad...aunque en el fondo...sea en parte así. Hay que verla y guardarla en la parte de la retina del buen cine.

La película recrea, cincuenta años antes de la primera entrega de El Señor de los Anillos y de los posteriores Hobbits, el ambiente y las gentes de la famosa Comarca. La idiosincracia de los habitantes de las verdes tierras queda reflejada gráficamente en la cinta del director ese que le gusta a todo el mundo. Sus paisajes, sus lindas casitas, sus moradores alegres, borrachines, cantores, reñiores y un pelín chapados a la antigua con las chicas, forman un notable fresco del mundo de Tolkien sin servirse del argumento dramático de la saga literaria. Es ahí donde quizás falle el film, al quedarse en una sucesión de anécdotas y travesuras sin más hilo conductor que el consabido recurso de utilizar al extranjero para ver la comunidad a través de sus ojos. Extranjero que por cierto vuelve a su tierra natal tras haber estado en EEUU matando indios a troche y moche, sin embargo ningún hobbit le saca el tema.
Los amantes de esta obra dicen que se puede respirar el aroma de la comarca viendo esta película. Pero claro, esto también sólo es válido para quienes ya hubiesen estado allí y sepan cómo huele tal lugar, quiero decir que si un habitante de La Comarca te echa el aliento, aunque sea a cámara, no lo hueles.
Que el cine no huela, no se sabe si es una desventaja o una suerte. Lo que si es cierto es que si las películas oliesen algunas nos harían vomitar.