Buscando a Nemo

Quería suspender a Nemo, con todo el prejuicio del que soy capaz de desplegar quería dejar la nota por debajo del cinco. Siempre me parecen pretenciosos los dibujos animados yanquis... y me he vuelto a equivocar. Lo he pasado bien, me he reído muchísimo y sólo puedo quitarme el sombrero y reconocer que vale mucho la pena. Pese a meterle mano con toda la mala leche que tengo no puedo hacer otra cosa rendirme, no puedo ponerle un dos o un tres porque no sería justo conmigo mismo... y es que resulta que simplemente es muy buena.

El éxito que ha alcanzado "Buscando a Nemo" va más allá de una cinta de animación, se trata de todo un documental en el que los menores aprenden muchos detalles de diversas especies marinas, porque las cosas como son, la apariencia de todos pone muy fácil la personalidad que tienen en la película, los creadores luego sólo tuvieron que darles nombre y papel, el resto es como si ya estuviera escrito.

De todos modos es muy difícil conseguir que, para los adultos, algunos personajes no llegaran a resultar reiterativos y sobre todo que propusiera un final sin demasiado frenesí, la energía que se desprende en el tramo definitivo de la búsqueda es adecuada, eso termina de ponerla como una buena película con buenos detalles sobre la vida acuática, pero me parece demasiado elevarla a una obra de arte.

Otra película a recordar de la factoría Píxar, pese a que a mí me resulta obviamente inferior a joyas como "Toy story", "Shrek" o "Monstruos S.A." y no veo en ella la imprescindible obra maestra que se ha dicho.
Sigue la línea de sus predecesoras, ofreciendo cine de animación, presuntamente infantil, pero directamente recomendable para adultos y, por supuesto, para abultos (y hay tantos...).Combinando inteligencia, humor, sentido visual, aventuras y épica, borrando la blandenguería facilona y anquilosada (no diré anacrónica) de los últimos títulos de Disney, esta película es otro magnífico ejemplo de divertimento y narración cinematográfica: se centra en la búsqueda de un padre hacia su rebelde hijo Nemo, un pez payaso que tras ser atrapado por un buceador acaba en el acuario de un dentista, acompañado de un grupo de pintorescos compañeros. El padre será ayudado en su búsqueda por un pez amnésico en el corto plazo.
Es un film colorista, vivaz, alegre, pero con tensión dramática y sentido de la aventura, apoyo a conceptos como la solidaridad (aquí oceánica) y la unidad. O sea, un film didáctico pero nada pedante, ilustrativo pero nada ñoño.

Es de lo mejor por algo muy simple: El mensaje.
No me dejé apantallar por la animación hecha con una computadora, eso es lo de menos. Lo más notable es la serie de mensajes que los padres de familia recibimos a lo largo del filme. Desde perder a un miembro importante de la familia hasta vencer los temores que te acechan al ver crecer a tus hijos. Y desde luego las enseñanzas que los niños reciben si ponen atención a los hechos que acompañan al pequeño Nemo. Mi hijo tenía dos años y medio cuando la vio, y entendió el por qué de la obediencia.
Buscando a Nemo es un poema familiar donde experimentas varias emociones, tanto gratas como tristes. Qué bueno que los tiburones no son presentados como los típicos montruos carnívoros, sino como unos seres que - a su modo- buscan superar un hábito. Una película digna de formar parte del acervo familiar.

En realidad no sé como me demoré tanto en ver esta película.

Y es que "Finding Nemo", dentro de su enfoque infantil, es una producción redonda por donde se le mire: el aspecto (un 3D cuidado hasta el mínimo detalle, que hace palidecer incluso a producciones más recientes, como "Madagascar"), el planteamiento (con el viejo cuento del viaje del héroe vuelto a contar, sólo que esta vez no viaja el héroe, sino su padre), el manejo de las situaciones (equilibrio perfecto entre la comedia y el drama), personajes inolvidables (más humanos que los propios humanos; empezando por el dúo conformado por Marlin, el pez payaso sin sentido del humor, y Dory, la pez cirujano con problemas de memoria, que siguen una tradición que se remonta hasta Laurel y Hardy), gags hilarantes (sin ser tontos; en este rubro Dory se roba la película), guiños para los cinéfilos más avisados (de Kubrick, Hitchcock, e incluso de la misma Pixar), y una moraleja final presentada de manera sensible, felizmente (no con el sentimentalismo exagerado de otras producciones).

Mención especial para el exquisito ending, "Beyond the Sea", una pieza de aroma jazzístico a cargo de Robbie Williams.

En fin, Nemo tiene todo para convertirse en un nuevo clásico. Pensar que Disney necesitó a Pixar para producir uno...