El molino negro

El molino negro es una de las más flojas películas del gran Don Siegel. Está protagonizada por el casi siempre acertado Michael Caine, bien secundado por actores de la talla de John Vernon, Donald Pleasence o Joss Ackland. La película cuenta la historia de un agente secreto cuyo hijo es secuestrado por traficantes a cambio de una suculenta suma de dinero que debe ser pagada en diamantes. Caine interpreta con la típica flema británica a dicho agente, que enseguida entiende que su gobierno no va a ceder al chantaje y que si quiere recuperar a su vástago tendrá que ser él mismo el que actúe para liberarlo. La trama se enreda cuando los secuestradores pretenden hacer creer a las autoridades que ha sido el propio Caine el que ha secuestrado a su hijo para cobrar el suculento rescate y fugarse con una atractiva mujer.

La película no está mal y se ve con agrado, pero teniendo en cuenta de quien es me esperaba bastante más. El argumento se vuelve a veces algo confuso y el final me decepcionó. Es de esa clase de tramas en las que hay un traidor que no sabes quién es hasta el último momento pero cuando éste se conoce defrauda.

Hay varios pelis de molinos que son la noche y el día. La noche ya sabéis de quién es. Enviado especial tiene dicho molino. El molino bueno es de Don Siegel y no está muy valorada. Con más motivo para ser una gran peli. Michael Caine es un padre que han secuestrado a su retoño. Él podría pasar por un profesional de causas arriesgadas. Y en su camino logrará las más altas cotas de superación en busca de su hijo. Pasará por encima de todo y todos y ¿lo logrará?. Es un profesional.

236/03(02/07/09) Entretenido thriller de un director dotado para más, que en este caso parece realizado de forma rutinaria, sin alarde alguno, donde lo más destacable es el trabajo del gran Michael Caine que está soberbio en la encarnación del espía flemático inglés que sufre por dentro y que está dispuesto a todo por recuperar a su hijo. El argumento es más simple que el mecanismo del cerebro de Yola Berrocal, un niño es secuestrado y su padre, un agente secreto, John Tarrant (Michael Caine) hará todo lo posible por rescatarlo, mientras se verá en el centro de una trama de espías. La cinta está imbuida del aura del thriller setentero que la hace anclada en un tiempo marcado. Recomendable a los amantes del thriller y seguidores de Michael Caine. Fuerza y honor!!!

La más británica de las producciones de Don Siegel es una buena trama de espionaje, un thriller de ritmo perfecto, claridad narrativa y estilo clásico – y, ojo, sin utilizar zooms, perniciosa costumbre del cine de los 70- en la que destaca el buen trabajo, muy contenido, de Michael Caine como flemático espía cuyo hijo ha sido secuestrado para someterle a una extorsión.

La película no tiene mayor trascendencia, bendita sea, que la de llevar a cabo con digna competencia un modesto producto, entretenido y con buenas persecuciones, que completa el muy destacado catálogo de la filmografía del gran Don Siegel.

Creo que se trata de una película bastante infravalorada, pese a contar con una historia de lo más atractiva y que en su conjunto, vista cuando acaba, todo cobra más valor. Posiblemente la ausencia de grandes escenas de acción y un mayor despliegue del entretenimiento facilón hicieran que en su momento no pudiera competir con lo que la rodeaba. Sin embargo, creo que "El molino negro" se desarrolla según su línea de producción y todo funciona según la lógica de una película inglesa de cabo a rabo, con su pausa, su flema, su seriedad y en definitiva su lógica. Por supuesto, al que le gusten más los espectáculos tipo fuegos artificiales será poca cosa ver la astucia de Michael Caine, jamás será posible disfrutar de su comportamiento. No, aquí no hay patadas voladoras ni metralletas al hombro.

Por el contrario, la fascinación cinéfila aquí llega de acuerdo a una trama muy razonable, con incógnitas que poco a poco vamos adivinando y siempre a través del juego de unos malos cuyos movimientos nos irán sorprendiendo. Las motivaciones de Caine ya las conocemos, de la de los malos podemos intuir alguna cosa, pero es todo un misterio. Por suerte, con paciencia, al espectador siempre le llega el gran momento de resolver el rompecabezas.

Los gustos, claro, siempre es cuestión de gustos.

En parte existe una diferencia enorme entre el cine inglés y el estadounidense. Una película así hecha en el otro lado del charco no se hubiera resuelto de la misma manera. Personalidad diferente, otras maneras, posiblemente otra educación y otra moral. El caso es que "El molino negro" se encuentra injustamente infravalorada.