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Harry el ejecutor

Acción Tercera entrega de las andanzas del controvertido y duro policía de San Francisco, Harry Callahan, de nuevo interpretado por Clint Eastwood. Esta vez, se enfrenta a un grupo de sádicos terroristas que se hacen llamar 'Acción Revolucionaria del Pueblo' y que tratan de dominar la ciudad. Callahan y su nueva ayudante, Kate Moore, deberán rescatar al alcalde, a quien los terroristas han secuestrado. (FILMAFFINITY)
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Críticas 38
Críticas ordenadas por utilidad
11 de septiembre de 2008
44 de 52 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todas las películas de la saga de Harry el sucio tienen en común la incorporación de algún protagonista que rompe con lo visto o de alguna manera pretende exonerar al personaje de algunas de sus aportaciones lingüísticas que le reportaron críticas desde su origen. Supongo que por eso mismo la primera entrega es por sí misma una obra maestra que sus sucesoras (especialmente la segunda y esta tercera parte) no lograron ni de lejos. Y es que si en la segunda parte se le otorgó un carácter más condescendiente con la ley y su forma de interpretarla, por aquello de que se le acusaba de fascista, en esta nueva entrega es su supuesta faceta machista haciendo entrar a la mujer en el universo de Harry, eso sí de una manera áspera y vulgar, convirtiendo en una especie de telefilm de segunda clase este tercer y flojo acto. Este es el principal problema de las continuaciones, su escasa personalidad para mantener la dignidad del personaje tal y como fue creado en lugar de disculpar su forma de actuar, ya que tanto para bien como para mal los personajes son como son y para mantener su credibilidad debería de respetarse los principios que rigen su moral, que no tiene porqué ser necesariamente inmaculada. Si a esto le añades una pésima actriz como Tyne Daly, cuyo papel en lugar de enardecer la labor policial de la mujer, más bien la ridiculiza construyendo un papel estereotipado en el que se conoce tan bien la reacción inicial de Harry como la final. Para terminar se remata con una puesta en escena de serial televisivo a la que se le nota una alarmante falta de medios y en la que el Inspector se enfrentará a un grupete de colgados que de la manera más absurda e increíble se supone pondrán a la ciudad en jaque, algo así como en “Invasión USA” pero sin Chuck Norris, o sea un lamentable guión que la convierte en la peor de las cinco películas y sobretodo la hace indigna de la saga. La conclusión es que de no ser por el poderío que destila la saga (sobretodo Clint Eastwood), este film se merecería una puntuación mucho más baja.
Jonesy
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15 de enero de 2006
24 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con Clint Eastwood convertido en toda una estrella del celuloide, especialmente del cine de acción, se intentó nuevamente dar cabida al rudo policía de San Francisco Harry Callaghan, esta vez en lucha con una peligrosa organización terrorista, y acompañado de un compañero inusual, una temperamental y concienzuda mujer policía, encarnada por la televisiva Tyne Daly, hija del también televisivo James Daly, (Centro médico), cuya relación con el policía será bastante turbia.
Eficaz desde el punto de vista de acción, es sin embargo, algo desigual en la realización de los personajes principales, demasiado poco explorados en relación a las anteriores entregas.
Nuevamente entretendrá y hará las delicias de los seguidores más acérrimos del rudo y pétreo policía.
Paco
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6 de marzo de 2008
18 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y es que ya no la dirigen igual...

Estas tres primeras "partes" sobre el inspector Harry Callahan deberían de haber estado dirigidas por Don Siegel, porque sin duda ninguna ha superado a Harry el sucio. Esta como bien han dicho es la más rara, es el Harry más estúpido y cabreado, pues ni se "enamora" esta vez, la intensidad y profundidad de los "malos" no está muy logrado que digamos, algunas escenas son bastante flojas, el final es el más "fantástico" que hemos podido ver, ya no se escapan frases memorables que podamos recordar, pero sin embargo hay otras cuantas situaciones que hacen soportar a esta tercera entrega, y claro, sigue estando Clint Eastwood...
Dusty Rivers
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27 de agosto de 2006
12 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por supuesto este film está a años luz de Harry el Sucio ( genial trabajo de Don Siegel) . También es inferior a Harry el fuerte, pero es terriblemente entretenida. Cine de acción sin coartadas intelectuales ni dramáticas. En cierto modo es un precedente del cine "de colegas " de los 80 (Arma letal, Límite 48 horas).
Harry sigue tan borde y desagradable como siempre, bueno, quizás algo más domesticado, en la película más festiva de la serie.
La siguiente entrega, Impacto súbito , dirigida por el propio Eastwood, no tiene nada que ver con ésta, resulta la más turbia y extraña de la serie.
tarkin
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19 de junio de 2017
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las piernas de una rubia ramera se tostan al Sol esperando a unas presas para desgajar. De esta manera tan sucia, desenfadada y casi "grindhouse" empieza otra aventura del implacable, irreverente y poco ortodoxo Harry Callahan, figura anacrónica de la justicia, cazador deambulante que se cura con la acción y la violencia.

Pero los tiempos cambian, y con ellos también los héroes. "Magnum Force" vino a significar la respuesta visual del sr. Eastwood al aluvión de demoledoras críticas que tanto éste como su álter-ego, el inspector de San Francisco, se habían llevado (ambos siendo tachados de fascistas y racistas), capitaneadas por la "prestigiosa" periodista del New Yorker Pauline Kael; aquel segundo intento creaba con astucia la distancia con la original de Siegel poniendo a Callahan en la difícil situación de enfrentarse contra unos policías erigidos en jueces y verdugos, impersonales retratos-robot del propio protagonista según los críticos.
Había pasado un año cuando los estudiantes S.W. Schurr y Gail M. Hickman escribieron un borrador donde incluían al inspector en una nueva aventura; según se cuenta, éste último fue al restaurante de Eastwood en Carmel para ofrecerle el guión, el cual aceptó un socio del local. El actor/director decidió unir esa historia a otra que había concebido Silliphant, contando con la ayuda de su habitual colaborador Riesner; este intento de mezclar varios dudosos argumentos en uno (a Harry le asignan una agente asiático-americana y se enfrenta a un grupo revolucionario) daría como resultado "The Enforcer" en 1.976, el opus 3 de la saga.

Eastwood pensó ponerse tras la cámara pero dejó ese honor a otro antiguo compañero, James Fargo, uno de sus asistentes de dirección (quien también realizaría "Duro de Pelar"), aunque esto no impidió al actor tomar todas las decisiones que hicieron falta. Mientras Callahan se las tiene que ver con un montón de peligros en la agitada San Francisco, unos chiflados "revolucionarios" roban una gran cantidad de explosivos y más tarde secuestran al alcalde de la ciudad; entre tanto el inspector seguirá sufriendo los tormentos de sus superiores, quienes le asignan una compañera para que le ayude en la investigación.
Si "El Fuerte" venía a disipar las acusaciones de fascista sobre Eastwood, esta 3.ª pretende lograrlo con las de machista (curioso, teniendo en cuenta con qué escena se inicia), dejando que una fémina de fuerte carácter afronte el riesgo junto a él, sustituyéndose así la carne vieja (DiGiorgio) por la nueva (Moore) y extirpando, una vez más, otra de las características del protagonista, hombre intolerante y arcaico ("No siente favoritismo por nadie, odia a todo el mundo", se decía en la primera). En la estrafalaria entrevista a los candidatos, la desagradable subsecretaria del alcalde, un entero reflejo de Kael, anuncia "El personal de este departamento debe actuar en la línea del siglo en que vivimos". Las críticas han vencido, definitivamente.

De apariencia vulnerable y pánfila (a raíz de la pésima capacidad interpretativa de Tyne Daly, conocida por sus personajes reivindicativos), sin verdadera personalidad y con un "voy a morir al final" escrito en la frente con letras grandes, el elemento decorativo que es en realidad Moore protagoniza el cara a cara más flojo de Eastwood con una mujer, situación a la que se ha enfrentado mejor en otros títulos ("El Seductor", "Escalofrío en la Noche", sus encuentros con Sondra Locke...). Aparte de esto se proponen otros dos importantes cambios en nuestro sufrido policía:
El primero servirá para revocar las críticas de racismo (Harry hará tratos con un militante negro encarnado, para más inri, por el mismo actor al que apuntaba con su 44 en la primera entrega). El segundo será la innecesaria necesidad de darle un enfoque humorístico al protagonista, lo que se nos revela desde el inicio en el atraco a la licorería ("Es mi mejor chaqueta", responde torpemente a los maleantes, y se hace una burla directa a "Brannigan", de John Wayne) o esa secuencia en la que un borracho finge un ataque cardíaco en un restaurante; cada situación será de este modo afrontada desde la comedia más grotesca y abochornante. Nunca hubo un Callahan menos Callahan, y todo para supuestamente contribuir a la humanización del personaje (perdiendo con ello su vitalidad, dureza y locura neurótica).

Es bien sabido que Eastwood siempre intentó destruir su imagen de Harry metiéndose en la piel de otros agentes (el alcohólico Shockley, el depravado Block, el fanfarrón Pulovski), lo que lleva a pensar que la película hubiese funcionado mejor con el actor interpretando a otro policía, y no a su mítico Callahan. Pero "The Enforcer" tiene algo a su favor, y es el de resultar emocionante de principio a fin, dejando a un lado el aspecto psicológico y centrándose en la acción, el entretenimiento y la ligereza cómica (a veces tediosa), cuya inverosímil trama alcanza su clímax de forma espectacular, nada menos que en "La Roca" (visitada más tarde por Eastwood en "Fuga de Alcatraz").
Por tanto es preferible dejarse llevar por la diversión y ese toque "buddy movie" junto a la pareja Callahan/Moore e intentar no pensar en la bufonesca alusión a la América post-Vietnam y la cada vez mayor degeneración del protagonista, quien está acompañado de los buenos John Crawford, Harry Guardino y John Mitchum, éstos dos por última vez en la saga, y Albert Popwell y Bradford Dillman, quienes repetirían en "Impacto Súbito". Fargo demuestra oficio en su rol de director y el público se rinde ante el film, que supera en cinco veces su presupuesto.

No obstante, "The Enforcer" es largamente fallida y perezosa, con momentos que rozan el absurdo (a destacar el del prostíbulo), la peor entrega de las aventuras del policía tras la muy infame 5.ª parte.
Habría que esperar siete largos años para que la saga se reactivara, recuperando algo de su crudeza y dignidad, esta vez con el propio Eastwood tanto delante como detrás de la cámara...
Chris Jiménez
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