High Fidelity (Serie de TV)

Se podría decir sin ánimo a equivocarse que esta serie nos descubre lo importante que pueden llegar a ser los secundarios. Pese al correcto trabajo de su actriz protagonista, ya nada resulta igual prescindiendo de sus dos acompañantes: sostienen, potencian y dan un sentido enorme al conjunto. Un descubrimiento sin paliativos. La Banda Sonora , como no iba a ser menos, es para disfrutar hasta el infinito y mas allá.

Es una buena serie, adapta de el argumento de la película y el libro a unas nuevas circunstancias, es decir 2020 y al cambio de género y sexualidad de los protagonistas, sin tener un discurso político forzado.

La serie empieza muy bien, presenta buenos personajes y buenas historias a corto y largo plazo. Desgraciadamente en los 4 últimos capítulos empiezan a suceder cosas que dejan de ser interesantes, se vuelve dramática y se da importancia a personajes que como secundarios son brillantes pero como protagonistas se quedan muy planos.

A ver. No leí el libro y vi la película High Fidelity cuando se estrenó. No me generó nada muy movilizante en particular. Solo recuerdo que el personaje de Cusack me parecía un estúpido pero no mucho más.

Me gustan las series centradas en poco personajes y que exploran sus personalidades. Es decir, espero un buen guión y personajes verosímiles: en este caso, cumple con todo. Se entiende que le pasa a cada uno, por qué reaccionan como lo hacen y qué los vincula y que no.

Me pareció un gran acierto no cambiarle el nombre al personaje, Rob, y que el mismo sea interpretado por una chica, Zoe. También me resulta maravilloso que la tienda de discos que funcionaba en el 2000 ahora esté casi en bancarrota y sea un lugar dónde solo van snobs y mega eruditos. Son dos guiños interesantes al público.

La angustia existencial de treintañeros que saben que son adultos pero no sienten (ni quieren) serlo es muy proyectable. Nos expresa un mundo donde los mandatos sociales se fueron relajando y lo que se suponía que debía ser una vida se encuentra desarmado: la crisis en torno al ¿y entonces qué? se plasma claramente y creo que es uno de los mejores aciertos.

Los personajes principales tienen química y actúan maravillosamente. Zoe también.
Quizá lo que más ruido me generó fue elegirla justamente a ella, tan hermosa, para representar una mujer bastante fracasada en el amor pero que se contradice con las múltiples posibilidades de hombres que encuentra en cada capítulo porque, obviamente, es demasiado hermosa.
Es decir: si bien Zoe y su actuación es brillante, falla un poco el verosímil en que su protagonista es una fracasada en sus relaciones. Todos vivimos en este mundo y sabemos que los niveles de heteronormatividad que tengamos facilitan mucho la vinculación con otros (sobre todo masculinos).

Tal vez si la protagonista hubiese sido Da Vine, cuya actuación también resulta excelente, el verosímil de lo que se quería contar hubiese funcionado mejor.

Lamentablemente sabemos que el mundo es de quién cumple las prerrogativas heteronormativas que nos impone el patriarcado a las mujeres. Que la protagonista sea justamente una mujer que expresa toda esa heteronormatividad genera que nos parezca un poco falseada la sensación de desilusión existencial vincular con los varones que expresa el personaje de Zoe.

Como sea, buen guión, hermosas actuaciones y una reversión inteligente.

*Libros, discos, pelis, eso es lo que importa

¿Es necesario hacer un remake de cualquier cosa relevante de los pasados 50 años? Puede que no pero creo que en este caso no va a levantar muchas ampollas.

High Fidelity es un remake que se adapta a los tiempos modernos para presentarnos casi la misma historia que la película del 2000. La serie mantiene el tono, la ruptura de la cuarta pared y la protagonista como narradora. Así que podríamos decir que mantiene la esencia de la película a la perfección.

La serie también cuenta la tienda de vinilos aunque se ha actualizado a los tiempos y en vez de ser una tienda con éxito como la película ahora es un sitio donde solo van algunos sibaritas melómanos. Y hace exactamente lo mismo con el resto de los elementos. los protagonistas ya no son dos hombres blancos heteros sino que son un chico homosexual y una chica afroamericana. Todo mucho más realista si estamos hablando del S.XXI.

*El Rob de Cusack y la Rob de Kravitz

La película Alta Fidelidad nos mostraba una ruptura dolorosa desde del punto de vista de un hombre hetero blanco cis, por eso creo que la serie ha hecho un acierto al querer alejarse totalmente. La protagonista, Rob, se aleja al ser una chica afroamericana y bisexual. En ese aspecto creo que el giro inicial que tiene High Fidelity es lo que toca para los tiempos en los que vivimos. Ya es hora de contar las mismas historias desde otros puntos de vista.

Zoë Kravitz es perfecta para el papel. Parece que casi no interprete (seguramente porque aporta mucho de su propia personalidad al personaje) con sus outfits modernos y sus tatuajes hace que nos creamos al personaje, ya que podría ser perfectamente una chica joven moderna que vive en Nueva York. Y no solo es perfecta para el papel, es que además es un guiño a su madre, que era una de las ex del Rob de John Cusack en la película.

Como actualización está muy bien, pero ahí viene mi primer palo a la serie. No funciona. Creo que actualizar al personaje por fuera está muy bien, pero ¿y por dentro? Al final el personaje de Kravitz sigue siendo el mismo personaje que el Rob de Cusack. Es un personaje triste, depresivo y cenizo. Eso al menos en la primera parte de la serie porque en la segunda aún intentan que baje más a los infiernos y nos caiga aún peor. Me parece bien hacer un remake, pero creo que era precisamente aquí donde deberían haber innovado.

*¿Funciona el remake en forma de serie?

Perfectamente. High Fidelity está muy bien estructurada. Dedicarle un episodio a cada ruptura parece lo más lógico y si a su vez lo mezclas con la nueva trama que te da la serie hace que sea una serie de lo más adictiva.

Lo que no me funciona es que «los ex» sean tan parecidos. Creo que aquí es donde deberían de haber innovado. Ya no es que se hayan querido fijar en el físico de los personajes de la película, es que repiten las mismas escenas creándote una sensación de deja vu como espectador totalmente innecesaria. Ese para mi es el gran error de High Fidelity.

*Conclusión

High Fidelity es un remake necesario en los tiempos que corren. Zoë Kravitz enamora y la Nueva York que nos presentan las creadoras enamora como debería hacerlo cualquier producto en esta ciudad. Si bien la serie es muy adictiva no acaba de atreverse a separarse más de la película. Innova en muchas cosas pero demasiado poco en otras. Está claro que todo esto lo digo porque conozco bien la película original pero creo que la serie es perfecta para alguien que la desconozca.

Puede que por eso Hulu no haya renovado la serie para una segunda temporada. Esperemos que alguna plataforma de streaming la adopte porque la historia empezaba a ponerse interesante justo al final.

Escrito por Daniel Buron

Imagino que todos los que hemos visto la serie, anteriormente hemos leído el libro y posteriormente hemos visto la película. Para los que no... Creo que no hay ejemplo más claro de "Es mucho mejor el libro que la película, pero lo es más todavía si lo comparamos con esta serie". Y es que si ya es complicado extrapolar una ficción literaria a la gran pantalla, más lo es si cabe hacerlo a la pequeña pantalla.

Esta serie es una muestra de que por mucho que Hornby, su creador, se ponga detrás del guion también, no significa que el resultado de adaptación vaya a ser igual de idóneo. [Actualmente desvinculado del proyecto]. Principalmente porque en esta ocasión el universo que se narra en la novela está dedicado a un nicho muy concreto: el esnobismo musical. Y ese esnobismo es precisamente aquello de lo que pretende huir la serie.

Este es el principal fallo de planteamiento, que se queda a medias.
Además, la manera en la que se sueltan a estos nuevos personajes dentro de este universo no es la más adecuada, no solo porque la idiosincrasia americana es muy distinta al planteamiento británico inicial, sino porque para más inri, a lo largo de los diez capítulos que conforman esta primera temporada un aura de hipsterismo parece sobrevolar el ambiente y termina por no ser del todo creíble. Precisamente está falta de credibilidad es lo que más chirría, situaciones muy estrambóticas pero a la vez planas con una tónica general muy estática, y al final la sensación con la que te quedas es de que se ha cogido con pinzas y está mal sujeto.

En definitiva si vas a hacer un reboot hay ciertas pautas que no te puedes saltar a la ligera por mucho que quieras ser moderno y huir de estereotipos porque al final empiezan a surgir lagunas y el resultado se enfanga dejando un mar sin horizonte a la vista.