Vías y vidas

Esta película llama la atención, en primer lugar, por estar dirigida por la hija de Clint Eastwood, uno de los más grandes directores de cine en activo. ¿Habrá heredado los genes de su padre en este aspecto?
Hay que recordar que cuando Clint Eastwood comenzó en la dirección cinematográfica ya llevaba a sus espaldas una notable carrera, como actor, en el mundo del cine, habiendo trabajado a las ordenes de directores como Sergio Leone y Don Siegel… Y aún así, pese a comenzar con la notable “Escalofrío en la Noche”, el verdadero genio de Clint tal y como lo conocemos hoy no surgió hasta bastantes años después, ya que mayormente se dedicó a hacer películas poco ambiciosas (aunque todas son buenas) como “Licencia para Matar”, “Ruta Suicida”, “Bronco Billy” o “Firefox”… En cambio, su hija Alison, tras una pequeña carrera como actriz de tercera, parece que no se ha andado con rodeos y ha comenzado dirigiendo un guión de drama intimista con el que la mayoría de directores debutantes se hubieran quedado en un telefilm barato… Pero no ha sido el caso. No sabemos si habrá sido aconsejada por su padre pero la película le ha quedado bastante bien, y ha dirigido con buen pulso este drama en el que un accidente bastante desgraciado cambiará las vidas de las personas implicadas de una manera que seguro no se esperaban.
La película ha pasado sin hacer mucho ruido, pero por lo general quienes la han visto se han llevado unas sensaciones bastante buenas… Esperemos que no sea casualidad y que la Allison Eastwood tenga oportunidad de volvernos a brindar películas notables como esta.

Cuando allá por 1997 muchos descubrimos que Clint Eastwood tenía una hija y que apuntaba para actriz gracias a "Medianoche en el jardín del bien y del mal" casi todos daban por hecho que iba a seguir en ascenso. Pero lo cierto es que no fue así y trabajó para televisión y en producciones menores que no llegaron nunca a España. Por eso, que, ahora, diez años después nos la encontramos trás las cámaras nos sorprende. "Rails and ties" de pronta aparición directamente a videoclubes es un producto digno, correcto, un melodrama potente, aceptable que en cambio no acaba de despuntar. Por lo pronto no tenemos muchos de esos defectos de cierto cine lacrimal o de tensión postiza, tenemos diálogos, escenas sobrias que la separan paulatinamente de entrar en la esfera del telefilm maldito. Con su hermano, Kyle, de músico, tal vez y junto a las canciones, demasiado presente, como intentando tapar endebleces de otro género o como no confiando en el poder de la palabra, y con una Marcia Gay Harden en una buena interpretación consiguiendo que la volvamos a adorar trás su odioso (no por su trabajo sino por la definición del personaje) de "La niebla".

¿Lacrimógena en exceso?……….Pero bonita.
¿Drama de sobremesa?…………Ya quisiera Antena 3.
¿Bacon está excelente?.................Pues como siempre, es de los mejores.
¿La Gay Harden llora mucho?....De eso se trata, joder está muy enferma y sensiblera.
¿La directora no es como papa?...Si quiero ver a papa, me pongo una peli de papa.
¿Qué le faltaba experiencia?........Si ha mamado en una de las mejores escuelas, sí, papa.
¿Qué la música es mala?..............Imposible es de su hermano Kyle Eastwood (Invictus).
Todo esto y mucho más nos esperan en este film, que trata de un loco de los trenes (Bacon) que vive por y para su trabaja, teniéndose que mudar constantemente de lugar, ni con la grave enfermedad de su esposa (Gay Harden) deja de llevar trenes, una relación deteriorada a raíz de la misma.
Un trágico accidente hace que quede suspendido de empleo para su investigación, así conoce a un niño que es una de las victimas del accidente y empiezan a entablar amistad, gracias a la insistencia de su mujer, que siempre se encuentra sola y puede ejercer de madre, una deuda pendiente que la amarga y deprime.
Aunque como he comentado es lacrimógena pero es bonita, vas viendo con la grandísima actuación de Bacon, El 70% de la película está amargado va transformando en una felicidad que hacía tiempo no sentía.
Recomendable, siempre y cuando no esperes ver nada que hizo su padre, es un drama bien llevado y te emocionará con la historia que nos regala la guionista Micky Levy.
Para mi Alison pasa con nota, no tiene que volver en Septiembre.

En contra de toda teoría evolucionista: la magia y el genio no son algo heredable. Y por ello no podemos buscar en Alison reminiscencias del inmaculado halo de su padre. No podemos buscar similitudes ni paralelismos aún cuando diez años después de su aparición en "Medianoche en el jardín del bien y del mal", reaparezca -ésta vez trás las cámaras- con parte del reparto que el genio de su padre usara en "Mistyc River".

No se pueden vender argucias baratas rodeadas de sentimentalismo buscando la lágrima fácil en una historia que no engancha. No podemos mezclar un suicidio en las vías del tren con un maquinista loco de dolor ante la inminente muerte de su mujer. No se puede mezclar a base de moralina el resurgir de una ilusión en un hogar que no creía en las segundas oportunidades.

Es cierto que Alison logra -al menos en mi caso- la lágrima, pero de una manera terriblemente reprobable; con muy poca clase y fallos de novata. Es también reprobable el uso que, en su película, hace la de música; solapando carencias de guión y silencios nada perturbadores.

Esperemos que los próximos trabajos de la directora gocen de calidad, guión y escuela; tres cosas que de momento hemos echado de menos en éste trabajo. Y si no... siempre puedes pedirle consejo a papá.

Es posible que la película no vaya mucho más allá de un melodrama bien urdido; pero a mi me hizo despertar algunos sentimientos dormidos:
Durante años, me dediqué a bloquear el dolor; con lo que no contaba es que también lo hice con otras emociones. Los acontecimientos cambiaron el día que comencé a necesitar compartir mi vida; ese instante donde la soledad ya no resulta soportable... Ahora desearía volver a no sentir, alejándome de esa mendicidad que supone la búsqueda del afecto.

En "Raíles y Lazos" suceden solo pequeñas cosas, que nunca son importantes, pero al final, te das cuenta que son las que de verdad importan.
No me resulta complicado sentir afinidad con las emociones del niño, que precisa un vínculo y lo genera, con quien mejor puede entender ese sufrimiento.

Buenas actuaciones, sin sorpresas, deslizando la trama por carreteras fuertemente transitadas.
Correcta.