Azulado (The Blue Umbrella) (C)

Pixar es uno de los pocos estudios que sigue tratando al espectador con cuidado, con mimo, incluyendo ya de forma histórica un cortometraje que precede a sus nuevas películas. En el caso de Monstruos University (Dan Scanlon) el acompañamiento es este The Blue Umbrella, una pieza de apenas seis minutos dirigida por Saschka Unseld, diseñador de fondos de la compañía en filmes como Toy Story 3 o Brave, pero antes que todo esto, un realizador que había hecho incursiones en el vídeo-arte (Strasse der Spezialisten, 2004) y en cortos con vocación narrativa (Engel Zu Fuss, 2007). Fichado por Pixar, fue él el responsable de crear el que podríamos considerar "El viejo molino" del siglo XXI, en cuanto a ambición y posibilidades que abre para la compañía.

"The Blue Umbrella" es más una demostración técnica que un cortometraje propiamente dicho, aunque desde luego también cuenta una historia (un poco cursi, para qué negarlo) y su visionado supone todo un placer. Así, se cuenta la historia de cómo dos paraguas de personas diferentes se cruzan y se enamoran, a pesar de la distancia y las adversidades. Si bien lo que cuenta es muy sencillo, recordando además al reciente ganador del Oscar "Paperman", aquí lo verdaderamente importante es la forma: la animación fotorrealista, los efectos de luz orgánicos y las físicas del agua y los impactos. "The Blue Umbrella" sirve como ejemplo de que la animación es el medio que más facilidades otorga al creador a la hora de crear imágenes y situaciones, siendo prácticamente imposible distinguir de animación CGi o fotogramas reales en según qué momentos. Esta tecnología fue utilizada en la película que acompaña al corto, de hecho, y se nota para bien. Un buen trabajo que brilla en el apartado técnico y cumple en todo lo demás. Como siempre en los cortos de Pixar, por otra parte. No fallan.

Una maravilla de cortometraje. Un trabajo realista en cada gota de lluvia y cada desperfecto en los detalles de una calle cualquiera, que se rompe con la simpleza de dos caras minimalistas dibujadas sobre dos paraguas. De nuevo el amor irrumpe en la sala y junto a él, el azar, la diferencia, lo inesperado, la ilusión y la alegría de recordarnos que Pixar sigue pisando fuerte en la innovación de sus trabajos. Una delicia de cortometraje, adorable y simbólico.

Con este corto parece que han hecho un poco como hiciera James Cameron con Avatar: estética y visualmente el cortometraje es muy bueno. Me ha gustado mucho. Pero el guión... falla.
Ya no sólo porque es un poco a lo que estamos acostumbrados a ver con Disney, sino porque a mí me ha recordado inevitablemente "Historia de dos sombreros", convirtiendo este cortometraje en una copia de otra historia de la misma factoría.
Aun así, dado que son 6 minutos y pico, lo recomendaría, por el solo hecho de ver las gotas de lluvia caer.

Después de haber realizado en los últimos años unos cortos de animación tan buenos, este se queda corto si lo comparamos con Día y noche o La Luna. Pese a eso la historia, cuenta con la originalidad de no estar rodada en animación, sino en un sistema totalmente diferente que mezcla imágenes en movimiento con imágenes reales. Lo mejor es la banda sonora y por supuesto la ternura que producen esos paraguas.

Si existe o no una debacle imaginativa en el seno de Pixar, es un debate inútil que queda sepultado bajo las bondades de pequeñas joyas como el corto que acompaña a "Monstruos University".

"The Blue Umbrella" es la enésima maravilla en forma de corto que nos regala Saschka Unseld para deleitar nuestros sentidos y nuestro corazón. Arropado y bien cubierto por una animación de una calidad asombrosa, que impresiona por su realismo, estos seis minutos de magia, componen un mosaico en el que las calles de una ciudad cualquiera, toman las riendas del universo particular de dos paragüas, para modelar sus destinos. "The Blue Umbrella" es un homenaje a las grandes urbes, sedes de sueños y esperanzas. Junglas de asfalto con vida propia que esculpen con el cincel de sus aceras las vidas de millones de personas. Nuestro hogar, pese a quien le pese; un hogar vivo que nos modela al compás de sus calles y al discurrir de sus gentes.

El cine tiene esa cualidad, la de modelar universos hasta convertirlos en hermosos. La capacidad de narrar historias universales sin necesidad de usar a voz, aprovechando tan solo el marco que nuestras retinas ofrecen. Pixar saben administrar esos recursos con mano de delicado orfebre... este corto, lo demuestra.