Visiones de un asesinato

Una enfermera que vive recluida cuidando a su madre enferma tiene una extraña experiencia al recibir en quirófano a una joven que ha sido brutalmente apuñalada. Le parece ver que la chica le habla ("Él me quería") y acto seguido se electrocuta con el desfibrilador. Cuando despierta, nadie cree que pudiera oir nada, pues todos certifican que la muchacha llegó muerta al hospital. Pero la enfermera cree que no fue asesinada por un simple atracador y tiene visiones para demostrarlo, de modo que inicia una investigación por su cuenta, contando con la complicidad del detective que se encarga del caso.

La película tiene una buena fotografía (muy tétrica y oscura), crea un ambiente más o menos tenso y la protagonista carga sobre los hombros de manera aceptable todo el peso del metraje (porque el resto de personajes son más bien esbozos). Buenos cimientos que ayudan a que te enganches a la película, por eso le doy el 3, pero que hubieran necesitado que de la mitad del filme en adelante te dieran algo diferente a lo que te ofrecen, porque cuando empieza vislumbrarse el desenlace (spoiler) te quedas con una cara de tonto que no te la aguantas.

No la recomiendo. Es un caldo con buena apariencia, que te entretiene la vista, pero que cuando lo pruebas te percatas de que el hueso que han utilizado para darle sabor es de plástico.

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Cuando se mezclan tantas cosas, historias, visiones, realidades e imaginaciones, pues yo me pierdo.

No sé como empezar a hablar de la película, lo primero debería ser que la protagonista me ha puesto muy burro. ¿Qué mejor que un comentario cinéfilo para empezar?.

La verdad es que te deja extrañado a lo largo de toda la película, realmente te metes en una historia y te encuentras perdido muy perdido. Y esa es la intención, o mejor dicho, si esa es la intención está conseguida, por lo menos conmigo.

"spoiler 1"

Está conseguido el estado de aturdimiento.

"spoiler 2"

Si te quieres comer la cabeza un rato, te vale la película.

Y sino, siempre puedes disfrutar de la rubia, que tiene un algo que te hace estar muy atento.

Mediocre telefim que entre sus logros cuenta con saber mantener la intriga hasta el final, y además si ésto en realidad tampoco es gran cosa (si el género es intriga, al menos esto no debe fallar en demasía.. guardar la intriga), se suma a un desconcertante a la par que sorpresivo desenlace (que suma puntos pero vamos..). En realidad la película es bastante mala. Se trata de una copia de cualquier telefilm, es decir, sigue patrones bien consabidos para el público telefilmesco, a base de lo típico que se puede ver en películas de este prototipo (mucho flashback, protagonista que se come la pantalla en sentido de que el metraje lo ocupa ella casi todo el tiempo, investigación de un asesinato... vamos lo que hoy en día es un modelo a seguir de este tipo de films) solo que sacan un desenlace que a mi parecer es en cierto modo sensato, aunque a un servidor le gusta otro tipo de finales (spoiler).

Por otro lado, disponemos de unas actuaciones por general reguleras, aunque en verdad la película va a juego con el nivel de las intepretaciones que no son del todo malas, pero que en cierto modo dejan frío al espectador. Quizás el suspense en cierto modo está medianamente conseguido, solo que al final creo que hacen un poco trampa.
El argumento quizás sea demasiado visto, aunque debo confesar que empatizas con la protagonista, quieres descubrir quién es el asesino del meollo, y en general para ser un telefilm da lo que se espera de ella esto es:
- La ves hasta el final, sin pensar que has perdido el tiempo.
- Te haces un lío con tanto flshback, personaje al que se le acusa y desenlace que aunque sorprendente, en cierta medida malo.
- interpretaciones regulares, pero no muy malas.
- Y poquito más, guión flojucho, argumento visto, ... vamos lo típico para este tipo de películas.

Producto creado para su explotación en televisión con un limitado y poco original argumento, en el que una mujer tiene sueños con lo que parece ser un crimen.

No presenta verdaderos retos para la psique humana y el desarrollo de la trama resulta endeble y predecible.

Tiene un comiendo que va directo al grano, presentando las visiones que tiene la protagonista que hacen que de comienzo una investigación policial.

Una premisa inicial que parece atractiva, pero que resulta insostenible e ilógica, ya que cuesta creer que la policía haga caso de la primera persona que aparece diciendo que ha tenido un sueño perturbador.

El relato discurre con ligereza y va presentando personajes secundarios que intentan desviar la atención del verdadero problema, pero que en realidad tienen el efecto contrario, ya que para los habituales del género de suspense, pasan a convertirse en los principales sospechosos. Razón por la cual, todo lo que van desvelando las ensoñaciones de la protagonista carezcan de un ápice de sorpresa.

Las interpretaciones del reparto se puede decir que son discretas y donde no destaca nada, ni nadie. Tienen la misma vida que el material del decorado.

El romance que surge entre los protagonistas se ve venir de lejos, al tiempo que se hace necesario, puesto que el hilo de la investigación policial pierde interés prematuramente.

El estilo visual de las visiones resulta pobre y en muchos aspectos ridículo, haciendo mención especial a esa playa por donde se pasea un individuo vestido de negro con una niña en brazos que parece Caperucita.

La forma de desarrollar la investigación apoyándose casi exclusivamente en las visiones de la protagonista, hace que todos los misterios se resuelvan a base de sueños, que resultan confusos y tramposos.

Después de largas y numerosas visiones, llega el momento de dar sentido a todo y los responsables de la película, optan por el modo precipitado y fácil. Por arte de magia uno de los protagonistas da con la clave del caso y le falta decir: Eureka!

En resumidas cuentas no deja de ser un telefilm de cuatro de la tarde, para el consumo de público poco exigente, que quiera conciliar el sueño con facilidad, para despertar justo en la resolución del caso.

Inquietante película, con un inicio que recuerda un poco a la inocente Caperucita Roja pero en plan de terror.

Nos encontramos con Anna Lisa, una médium bastante atractiva que sueña recurrentemente con una “Caperucita Roja” y un enigmático individuo vestido de negro que parece un gangster de novela negra.

Los escenarios son preciosos, nos muestran la belleza de Malta. Es una película sin fingimientos ni parafernalia, parecen propios de la serie del famoso comisario Montalbano.

Parece haber una conexión entre una niña secuestrada y los sueños de la médium, lo que deja en la película un sabor a intriga que no desfallece en ningún momento. Está bien el aporte de una ciega a bastante siniestra que se cuela en el sueño de nuestra protagonista principal. El gangster de novela negra, aparece de cuando en cuando, en formato onírico, enterrando a “Caperucita Roja” en una playa, por rocambolesco que pueda parecer esto.

Entra en acción el detective Harry, que acaba enamorándose de la médium, y juntos, tratan de elucidar el significado de estos sueños y el paradero de la niña secuestrada.

Me gusta cómo se ha recreado esa mazmorra grotesca, sórdida, que aparece bien avanzado ya el metraje, con un ambiente muy gótico.

Una sesión de hipnosis, muy apropiado esto, esclarecerá bastantes cosas sobre el caso que investiga el detective enamoriscado.

También está interesante y aprieta las cuerdas de nuestra alma la angustiosa historia de Marina, amiga de la médium, que sufre malos tratos por parte de su pareja. Éste tipo rudo se lleva todas las papeletas como sospechoso de la trama, pero a veces, el verdadero culpable no es el más evidente. Una película intensa, que no pierde el hilo ni la emoción, en definitiva, recomendable.

VÍCTOR VIRGÓS. ESCRITOR
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