Pesadilla diabólica

Una buena oferta de terror psicológico muy en la onda de “The Shining” o “The Amityville Horror”, mucho menos conocida pero igual de contundente en su sugerencia sin casi mostrar sangre ni vísceras.

Es una oferta que propone una atmósfera opresiva de trastorno mental, donde lo paranormal está apenas trazado con sutileza y sin exageraciones mediante insinuaciones y sin casi nada de exhibiciones.

La historia nos presenta una experiencia inquietante donde una familia deberá pasar unas vacaciones en una casona en la que comenzarán a experimentar extraños fenómenos. (hay que tener en cuenta que no es la típica película de casas embrujadas, ya que se sugiere horror sin casi mostrar nada raro y es allí donde la película adquiere sobriedad y realismo).

Las interpretaciones son sólidas y muy convincentes, tanto Karen Black como Oliver Reed dando vida a ese matrimonio que experimentará el horror psicológico en estado puro al ir perdiendo el control de sí mismos por los efectos malignos de la casona donde han decidido ir a pasar unos días.
También hay que mencionar a Bette Davis, quien acompaña con un correcto papel secundario y le da un toque de distinción al filme con su siempre categórica aportación artística.

Por lo demás cabe mencionar que:

* No hay grandes despliegues de efectos especiales ya que no es una cinta muy pirotécnica, sino más bien es una oferta aplomada sin grandes atractivos visuales.

* Pero sí tiene gran injerencia el tema escenográfico: la casona y las locaciones aledañas son uno de los elementos más destacados para generar intriga y sobresalto dentro de una cinta que despliega terror con cautela pero con contundencia desde la atmósfera de perturbación que irradia.

Tengo que decir, en primer lugar, que jamás había oido hablar de esta película hasta que me encontré una reseña en un libro recientemente publicado sobre casa encantadas, y me ha sorprendido gratamente. Aunque el guión ahora parece poco original, hay que tener en cuenta que la película es de 1976, cuando no se había rodado ni Ammityville ni nada parecido.
Un film de terror gótico sobre casa maldita, bien ambientado e interpretado, con un final sorprendente y que se puede considerar hoy en día un clásico del cine de terror.

Ben y Marian Rolf (Oliver Reed y Karen Black), un matrimonio de San Francisco y su hijo de 13 años acuden a ver una mansión que han visto se alquila en el campo y tras conocer a los propietarios de la misma que resultan ser dos maduros e inquietantes hermanos, Arnold (Burgess Meredith) y Rof (Eileen Heckart) y recelar de los tan solo 900 dólares que les piden por los meses de Julio y Agosto les preguntan que donde está el truco y los hermanos le contestan que tan solo tienen que dejar una bandeja con comida a la puerta y cuando la vean vacía recogerla, de una habitación del piso superior donde habita una anciana que no se deja ver ya que pasa todo el día dormida y que si aceptan ese pequeño inconveniente la mansión es suya.
A pesar de los recelos del marido y ante la ilusión de la mujer por alquilarla, llaman por teléfono y confirman que aceptan, tras lo cual quedan para un día y una hora, dándose la circunstancia de que cuando llegan los hermanos no están y encuentran una nota pegada en la puerta en la que dice que se han tenido que marchar y que la disfruten, cosa que hacen los tres en compañía de la tía Elizabeth (Bette Davis) que se ha sumado a las vacaciones.
A partir de aquí y con la familia instalada en la casa y debido a los extraños comportamientos, tanto del marido como de la mujer, que vemos claramente influenciados por algo que no sabemos lo que es y que sentimos como una amenaza siniestra de una casa que parece tener vida y que ejerce algún tipo de malévola energía que los hace comportarse como extraños entre sí y tener comportamientos agresivos, tenemos una entretenida y absorbente trama que podríamos definir como una cruce de “Terror en Amityville 1979” y “El resplandor 1980” (de hecho Stephen King reconoció conocer y haber leído la novela de Robert Marasco en la que se basa la película), eso sí rodada años antes de las mismas.
Las estrellas de la función son Oliver Reed y Karen Black en el papel del matrimonio a los que la casa posee de vez en cuando y tanto Bette Davis como en menor medida Burgess Meredith se limitan a aportar su imponente presencia.
Medalla de oro en Sitges 1977 a su director, el artesano Dan Curtis (realizador de la magnífica,”The Kansas City Massacre 1975”) y de plata a Karen Black y Burgess Meredith (a este ultimo imagino que por reconocimiento a su carrera), asi como el “Golden Scroll” en los premios del mismo año de la Academy of Science Fiction, Fantasy & Horror Films, USA.
Como curiosidad reseñar que la mansión en la que está rodado el film es la misma que también pudimos ver en “Phantasm 1979” de Don Coscarelli (es curioso que aparte de la casa también tenga en común con esta que nos ocupa, el personaje del siniestro conductor del coche fúnebre).

Inscrita en el subgénero de casas encantadas, Curtis aprovecha sabiamente sus pocos medios para conseguir un máximo de resultados en una estimulante puesta en escena. Pues uno de sus grandes aciertos es la recreación de una atmósfera decadente que, poco a poco, va apoderándose de la historia, contundentemente efectiva y sin miramientos ni efectismo de ningún tipo, en el que todo lo que se dice se sugiere realmente.

Por lo que se refiere al aspecto visual, la película ofrece una gama de colores desvaídos y ocres, los cuales, a la vez que subrayan el componente terrorífico de la historia, le otorgan un tono solemne. Conviene señalar también la excelente banda sonora de Bob Cubert. Por otro lado, los solventes actores son de primera fila: Oliver Reed, Karen Black, Bette Davis o Burgess Meredith. Y para rematar tiene un desenlace final sencillamente brutal.

La película que nos atañe formaba parte de un ciclo personal de la década de los 70's que pensaba visionar durante el fin de semana. En realidad esta fue la que abrió dicho ciclo con un único objetivo, ver una película que nos dejara indiferentes para introducirnos en esa fantástica atmosfera neblinosa del terror de los 70's.

Cual fue nuestra sorpresa al encontrarnos con semejante film. Las ideas que nos presentaba se sucedían unas a otras con celeridad, planos curiosos, enfoques originales, secuencias angustiosas... en resumen, un compendio de imágenes que nos hacían centrar nuestra atención en la, cada vez, mas lenta trama. Por que una cosa hay que aclarar, la secuencia de situaciones que hacen evolucionar la acción de la película es muy lenta, lo cual no es en detrimento de la cinta, ya que durante este lento visionado la tensión del espectador no hace mas que aumentar hasta llegar al culmen del desenlace del film que, seguramente, superará la mayoría de las expectativas.

Otro de los aspectos que destacan de este film es la inclusión de aspectos o secuencias que rememoraran en el espectador películas como el resplandor o terror en Amityville, ambas posteriores a esta filmación.

En resumen, es una película que no pasara desapercibida, que sabe mantenerte absorto intentado vislumbrar algún detalle terrorífico y donde la tensión no cesara de aumentar hasta el culmen de la película que aportara un toque y final apropiado que no dejara indiferente a nadie.