La vida de un gángster

El prolífico director Roger Corman dirigió esta película en el año 1958 (junto con otras 6 más, claro que el año anterior, 1957, dirigió 9), basada en una novela de un escritor de novelas pulp y el guión de Steve Fisher, famoso por ser guionista de "La mujer del lago", dirigida por Robert Montgomery.
Es curioso que su inicio (y algunas de sus partes) sea muy parecido a "Bajos fondos", que Samuel Fuller dirigió 2 años después: Un adolescente que se mete muy pronto en la delincuencia y que, ya adulto, acaba con sus huesos en la cárcel, de donde sale con aspiraciones de ser un gran jefe mafioso. A partir de su primer asesinato, Joe Sante, su protagonista (un Steve Cochran que el año anterior había estado por Italia protagonizando quizás su mejor papel a las órdenes de M. Antonioni en "El grito") inicia una escalada de extorsión y amenazas a empresarios. Sus padres y una amiga del barrio, Teresa (una desconocida actriz, Lita Milan, que posteriormente haría "El zurdo" de Arthur Penn, y ahí finalizaría su carrera como, con sólo 11 films) , quieren que vuelva al redil familiar, tenga un empleo legal y busque una chica para casarse, pero él no acepta ese mundo, desea ser rico, independiente, vestir con trajes caros, ir a salones de baile, tener un despacho bien decorado y dinero para tabaco (en todas las escenas en que aparece, sale encendiendo un cigarro, fumándolo o apagándolo, mientras que el jefe mafioso, por contraste, fuma puros, un gran Robert Strauss, con un personaje lleno de ironía).
La película se sigue con meridiano interés con muchos diálogos yse nota que fue realizada con la rapidez y sencillez típica de los films de Corman: Muchos interiores (sobre todo el despacho del protagonista) y al fondo, dibujados, rascacielos; muy pocos exteriores, los justos para mostrarnos una típica persecución en coche a través de las calles.
Sorprenden dos aspectos de su casting: los padres de Joe Sante son demasiados mayores (parecen los abuelos del protagonista) y muy religiosos, al igual que Teresa, la amiga del barrio, que extrañamente evoluciona desde un ascetismo en vestuario y la religión como base de su filosofía de la vida (incluso aparece en el despacho de Cochran con una Biblia en la mano para rogarle que rece y vuelva a Dios y a la iglesia) hasta ser la "amiga" que convive con el protagonista, le enciende los cigarrillos y presume con vestidos suntuosos y escotados.
Una película de cine negro que cae en los tópicos del género, pero que aporta algunas dignas novedades.

Peli de cine negro de Roger Corman que, aunque se supone que en esta manejo algo más de presupuesto que en otras, sigue teniendo aspecto de bajo coste. Es una más o menos convencional historia de auge y caída de un gangster, pero que aporta algunos momentos interesantes. Steve Cochran ya no estaba en sus mejores años, pero seguía teniendo bastante carisma y creo que, una vez más, demuestra que pudo ser mucho más conocido de lo que fue. La película es un tanto rutinaria y sorprende poco, pero se deja ver, sobre todo para fans del negro y/o de Cochran.

Entretenida película de genuino género negro, a cargo de Roger Corman.

Es por ello una cinta hecha con cariño, rodada en poco tiempo y con no mucho dinero, norma de la casa Corman.
Pero se sigue sin dificultad, tiene ritmo y buenas interpretaciones.

Se mantiene el interés en todo momento y gusta por su clasicismo y su evidente falta de ambición, aunque es una cinta seria, sin concesiones, narrando una historia dura y con buenas escenas de acción y diálogos fluidos.
Es cierto que no resulta demasiado profunda en el estudio psicológico de algunos personajes y en ciertos detalles como que el paso del tiempo no haga mella en el físico de la pareja protagonista, no así en el hermano de ella. Pero al final deja un poso a cine realizado de forma amena y muy distraído.
Está bien en su modestia.

Como curiosidad, comentar que tiene un pequeño papel el actor Frank Wolff, que más tarde, en Italia, consiguió llevar una no larga pero excelente carrera.

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El prolífico Roger Corman no sólo se desenvolvió en los presupuestos B especializándose en las cintas de terror y fantástico sino que también incursionó en algún otro género, algún western, cine negro ( La matanza del día de San Valentín) e incluso con algún seco drama (El intruso), muy recomendables.

Esta película nos va a narrar el ascenso y caída de un gángster, inmigrante italiano, desde que aprende los bagajes de su oficio en su niñez, ejerciendo de recadista para sus convecinos corredores de apuestas, hasta su llegada a la cumbre de los negocios sucios.
Atendiendo al argumento en sí mismo, nada nuevo bajo el sol. Esta historia ha sido plasmada en innumerables ocasiones en el cine. En "El padrino, sin ir más lejos o en "Erase una vez en América" o "Uno de los nuestros", por mencionar ejemplos famosos y más recientes que tocan el mismo tema.
La religiosidad de su familia. La vergüenza, no sin cierta resignación, con que asumen la profesión del hijo. El extraño código de honor por el cual se rige el muchacho (Steve Cochran), que se mostrará muy escrupuloso para con su madre y su novia, pero mostrará una frialdad implacable en la ejecución de sus asuntos. La determinación fría de proseguir su ascenso caiga quien caiga. La traición vista como un asunto irremediable, cuando el poder está en juego, pero inaceptable cuando no hay nada que ganar. He ahí la ligera cuerda moral en la que se balancean estos seres que matan de manera impersonal y que aman de manera casi profesional.
La película no nos contará nada que no hayamos visto ya pero Corman sabe narrarlo con nervio y con concisión, 87 minutos en la vida de este gángster que, como veremos, dan para mucho sin necesidad de plantarnos en las tres horas y media que las cintas de este tipo requieren en la actualidad.
Los actores interpretan muy bien sus respectivos papeles, acompañados de algunas buenas escenas dramáticas e incluso algún momento hot se cuela por allí, bien acompasado por la música de jazz con la que se adorna este film.
Una película funcional, al fin, pero bien ejecutada que va a mantener nuestra atención sin que decaiga y con un final verdaderamente muy logrado. Muy disfrutable.