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Puerta de las lilas

Drama Un vagabundo se encapricha de una hermosa joven que tiene serios problemas con un gángster. (FILMAFFINITY)
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Críticas 7
Críticas ordenadas por utilidad
12 de diciembre de 2008
13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antepenúltimo largometraje de René Clair (1898-1981). El guión, de René Clair y Jean Aurel, se basa en la novela “La grande ceinture” (1956), de René Fallet. Se rueda en los Estudios de Boulogne-Billancourt (Hauts-de-Seine, Francia). Gana el premio Bodil al mejor film europeo y es nominado a un Oscar (film de habla no inglesa). Producido por René Clair para Filmsonor, Cinetel, CECA y Rizzoli Film, se estrena el 20-IX-1957 (Italia).

La acción dramática tiene lugar durante unos 15 días, a mediados de los años 50, en la barriada popular parisina de Puerta de las lilas, llamada así por su proximidad a esta puerta de las antiguas murallas de la ciudad. Juju (Brasseur), poco aficionado al trabajo y borrachín, sólo halla la comprensión y el respeto que le guardan su amigo “el artista” (Brassens) y la joven María (Carrel), hija del propietario del bar de la localidad. Juju y “el artista” acogen en la casa de éste a Pierre Barbier (Vidal), fugitivo de la policía. “El artista” es una persona taciturna y un buen cantante de baladas que compone él mismo. Juju es bonachón, simple, ingenuo y de buen corazón.

El film suma crimen, drama, comedia y romance. Elabora con habilidad y cierto la descripción psicológica de los personajes principales. Los sitúa en un ambiente popular modesto, al que no ha llegado todavía la televisión ni la prosperidad económica de los años 60. Llaman la atención los decorados y escenarios por su artificiosidad, que contrasta mucho con los presupuestos de naturalidad, espontaneidad y realismo del movimiento de la “nouvelle vague”, a punto de iniciar su recorrido.

El film contiene un extenso y cálido elogio de la inocencia y de la infancia, tan admirada por Clair. Las muestra asociadas a una alegría festiva y tumultuosa y a juegos basados en la imaginación y la fantasía. Con la ayuda de los niños construye una de las escenas más entrañables del film: lectura del relato de unos actos delictivos y la huida del autor, mientas a través de las cristaleras del bar se ve cómo los chicos de la calle imitan los hechos en sus juegos. Junto al retrato de la infancia, el realizador sitúa al personaje principal, un hombre ingenuo, infantil, de luces limitadas y de gran corazón. A diferencia de lo que es habitual, este personaje no se mueve por egoísmo, codicia o intereses personales, sino por el afán de ser útil a los demás.

Se trata, además, el enfrentamiento secular entre el bien y el mal, la bondad y el interés propio, la generosidad y el egoísmo. Esboza las relaciones que se dan entre frustraciones personales y adicciones. Añade unas acotaciones sobre la violencia, que se asocia al mal cuando se presenta en términos ofensivos, pero que no es ajena al bien cuanto éste se ve obligado a defender la vida o la integridad propias o la de seres queridos.

(Sigue en el spoiler sin desvelar partes del argumento)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Miquel
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29 de enero de 2009
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos ante una bonita película realizada por René Clair once años después de su regreso a Francia tras su estancia en Hollywood. De cine lo sabía ya todo, y las claves del suyo estaban perfectamente presentadas en público: habilidad para la dirección de los actores, un olfato especial para describir ambientes populares, para contar historias con un pie en el documental costumbrista y otro en una descripción poética de la realidad.

En esta ocasión nos cuenta una historia procedente de la novela “La grande ceinture”, de René Fallet y todavía se puede ver con interés, aunque hay momentos que han ido perdiendo fuerza por el camino. Lo mejor, la escena en la que unos niños juegan a lo que exactamente están describiendo los mayores en un bar cercano. No es solo una referencia anecdótica: A Clair le interesó siempre el mundo infantil y el ángulo de visión que desde allí se tiene del mundo de los mayores.

Los actores responden muy bien a los que el director les pide. Pierre Brasseur da vida al protagonista de la película, una especie de vagabundo con excelente corazón y que, sin embargo, es francamente increíble. Es especialmente interesante la participación de Georges Brassens que entonces contaba con treinta y seis años: canta bien y actúa regular.

La película fue nominada al Oscar a la mejor película de habla no inglesa, galardón que no consiguió. Es bella por su fotografía y su mensaje profundo. Es tal vez insuficiente por su excesiva ingenuidad.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Paco Ortega
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16 de abril de 2011
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
118/08(10/04/11) Interesante y agradable cinta gala realizada por el excelente René Clair. En un barrio de la periferia, Puerta de las Lilas, un pedigüeño guitarrista (correcto Georges Brassens), junto a su amigo, un borrachín, vago, pero bonachón Juju (gran Pierre Brassseur) refugian en la casa del primero a Barbier (buen Henri Vidal), un ladrón que acaba de cometer un atraco y la policía busca denodadamente. Entre Juju y Barbier se establece poco a poco una gran amistad, Juju se siente útil, pero Barbier enamora a una muchacha, Maria (buena Dany Carrel), la hija del dueño de un bar, de la que secretamente Juju está enamorado. Es una agridulce comedia que comienza como una comedia graciosa con personajes muy bien marcados y poco a poco deriva en un romántico melodrama. Clair imprime a su narración un aire optimista y alegre, cercano en muchas ocasiones al slapstick del cine mudo, hay algunas escenas muy divertidas, asimismo hay un clima optimista donde la fuerza de la amistad es uno de los pilares, la verdadera amistad, el verdadero amor. Nos habla también del poderoso encanto del mal, de cómo nos seduce lo que está al otro lado de la ley. Pierre Brasseur compone a un infeliz tipo, dotándolo de alma, transmite sentimientos, nos llega su amor platónico, un amor que sabe no puede alcanzar, empatizamos con su dolor. Como hándicap está su tono demasiado pueril, se hunde en ocasiones en situaciones demasiado cándidas que han hecho que el tiempo no la tratara bien, pero como es un film con grandes pretensiones se puede perdonar. Recomendable a los que gusten de pasar un rato ameno con una comedia simpática. Fuerza y honor!!!
TOM REGAN
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5 de marzo de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las mejores películas de Clair, la historia de un vagabundo que se encapricha con una joven de su barrio que tiene serios problemas con un gángster... Clair lleva con excelente pulso la historia y los personajes, incluido el gángster, ayudando a solidificar un entorno tangible, poroso, gustoso de ver, pero también dramático y de suspense. El vagabundo Jujú (espléndido Brasseur) pervive en la memoria. El empleo del grupo de niños es inteligentísimo, prácticamente óptimo (magistral la secuencia rodada desde el interior del bar con los niños "jugando" en la calle). Excelente película, única intervención en el cine del famoso chansoneur Georges Brassens (aquí, el colega, el artista, que ayuda a Jujú).
kafka
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23 de abril de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 1944, cuando la Segunda Guerra Mundial todavía se hallaba en un punto álgido, el joven René Fallet (1927-1983) -quien aún no cumplía los 17 años- se ofreció como voluntario en la Resistencia francesa, pues, vivía muy dolido con el hecho de que su padre hubiese sido puesto preso por tan solo haber cantado, “La Internacional”, en las calles de Villeneuve y que, su hermana Marie, también hubiese sido detenida por escribir, en algunas paredes, mensajes antifascistas. En respuesta a esto, René dirigió una carta al mariscal Petain abogando por la liberación de sus parientes y, ¡sorprendentemente, su petición fue atendida de manera positiva! Fue este hecho, sin duda, el que lo convenció de El Poder de la Palabra… y pronto tendríamos en, René Fallet, a otro notable representante de esa, ‘Littérature Prolétarienne’ (Literatura Proletaria) que suele llegarnos al corazón.

En la posguerra, Fallet se consagra a la escritura de poesía y a la crítica social y literaria, y al tiempo realiza diversos viajes, en uno de los cuales conoce al celebrado compositor y cantante, Georges Brassens, con quien tuvo una sólida amistad que duraría hasta su muerte. También llegarían sus populares novelas, entre las que sobresalieron, “Banlieue sud-est” (1947), “La Grande Ceinture” (1956), “Le Braconnier de Dieu” (1973), “La Soupe aux Choux” (1980) … y también los reconocimientos, incluido el Premio de Roman Populiste por sus tres primeras publicaciones.

Historia de una suerte de vagabundo para quien, comer, beber y dormir son sus únicas preocupaciones… hasta que se ve en la situación de proteger y cuidar a un donjuanesco delincuente a quien las autoridades buscan con celeridad, “La Grande Ceinture”, fue la novela que, el propio, René Clair, adaptaría, y luego convertiría en otra de esas impecables comedias dramáticas, sobriamente enmarcada en el realismo poético del cine francés de aquellos años.

Jujú, personaje magistralmente interpretado por Pierre Brasseur, se va a convertir en una suerte de diamante al que, cuando se le limpian las asperezas y se da forma a su interior, se llega a descubrir a un ser de enorme valor, de esos que se guardan en el alma para siempre. No es sino ver en detalle su relación con la dulce Maria (Dany Carrel), para comprender la capacidad de reserva, entrega y respeto de que es capaz este hombre que, para niños y mayorcitos, no es más que el hazmerreír de cada día.

También, muy loable su relación con L’Artist (Georges Brassens), el intérprete de guitarra que consigue ver, un poco más allá, los potentes valores del simpático Jujú… y ni qué decir que, hay individuos que nunca verán más que del ombligo tres centímetros para dentro, pues, todo lo que vivirá con ese trío de aleccionadores y sensibles personajes, no le servirá para nada o ¿qué dirá, Pierre Barbier?

Con una preciosa ambientación en Estudio, y con un puñado de actores impecables, <<PUERTA DE LAS LILAS>>, es la clase de película que puede acercarnos al maravilloso brillo de la existencia.

Título para Latinoamérica: PUERTA DE LILAS
Luis Guillermo Cardona
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