Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Luis Guillermo Cardona:
9
Drama Un vagabundo se encapricha de una hermosa joven que tiene serios problemas con un gángster. (FILMAFFINITY)
23 de abril de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 1944, cuando la Segunda Guerra Mundial todavía se hallaba en un punto álgido, el joven René Fallet (1927-1983) -quien aún no cumplía los 17 años- se ofreció como voluntario en la Resistencia francesa, pues, vivía muy dolido con el hecho de que su padre hubiese sido puesto preso por tan solo haber cantado, “La Internacional”, en las calles de Villeneuve y que, su hermana Marie, también hubiese sido detenida por escribir, en algunas paredes, mensajes antifascistas. En respuesta a esto, René dirigió una carta al mariscal Petain abogando por la liberación de sus parientes y, ¡sorprendentemente, su petición fue atendida de manera positiva! Fue este hecho, sin duda, el que lo convenció de El Poder de la Palabra… y pronto tendríamos en, René Fallet, a otro notable representante de esa, ‘Littérature Prolétarienne’ (Literatura Proletaria) que suele llegarnos al corazón.

En la posguerra, Fallet se consagra a la escritura de poesía y a la crítica social y literaria, y al tiempo realiza diversos viajes, en uno de los cuales conoce al celebrado compositor y cantante, Georges Brassens, con quien tuvo una sólida amistad que duraría hasta su muerte. También llegarían sus populares novelas, entre las que sobresalieron, “Banlieue sud-est” (1947), “La Grande Ceinture” (1956), “Le Braconnier de Dieu” (1973), “La Soupe aux Choux” (1980) … y también los reconocimientos, incluido el Premio de Roman Populiste por sus tres primeras publicaciones.

Historia de una suerte de vagabundo para quien, comer, beber y dormir son sus únicas preocupaciones… hasta que se ve en la situación de proteger y cuidar a un donjuanesco delincuente a quien las autoridades buscan con celeridad, “La Grande Ceinture”, fue la novela que, el propio, René Clair, adaptaría, y luego convertiría en otra de esas impecables comedias dramáticas, sobriamente enmarcada en el realismo poético del cine francés de aquellos años.

Jujú, personaje magistralmente interpretado por Pierre Brasseur, se va a convertir en una suerte de diamante al que, cuando se le limpian las asperezas y se da forma a su interior, se llega a descubrir a un ser de enorme valor, de esos que se guardan en el alma para siempre. No es sino ver en detalle su relación con la dulce Maria (Dany Carrel), para comprender la capacidad de reserva, entrega y respeto de que es capaz este hombre que, para niños y mayorcitos, no es más que el hazmerreír de cada día.

También, muy loable su relación con L’Artist (Georges Brassens), el intérprete de guitarra que consigue ver, un poco más allá, los potentes valores del simpático Jujú… y ni qué decir que, hay individuos que nunca verán más que del ombligo tres centímetros para dentro, pues, todo lo que vivirá con ese trío de aleccionadores y sensibles personajes, no le servirá para nada o ¿qué dirá, Pierre Barbier?

Con una preciosa ambientación en Estudio, y con un puñado de actores impecables, <<PUERTA DE LAS LILAS>>, es la clase de película que puede acercarnos al maravilloso brillo de la existencia.

Título para Latinoamérica: PUERTA DE LILAS
Luis Guillermo Cardona
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow