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Mi desconfiada esposa

Romance. Comedia Gregory Peck es un periodista deportivo y Lauren Bacall, una diseñadora de moda de éxito. A pesar de que pertenecen a mundos muy distintos, tras una breve y apasionada relación se casan. Poco después de la boda, la convivencia provocará conflictos que ponen de manifiesto las enormes diferencias que existen entre ellos. Divertida comedia romántica de la Metro que se benefició de un reparto estelar, de un simpático guión -ganador del ... [+]
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Críticas 23
Críticas ordenadas por utilidad
21 de agosto de 2010
31 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y todo aficionado al cine debería conocer a Maxie. Maxie fue boxeador. Es verdad que está algo sonado. Tiene una peculiaridad a la hora de dormir; bah, tampoco tiene importancia, como no vamos a dormir a su lado...
Ahora va a proteger a Mike Hagen de la mafia que controla el mundo del Boxeo.
La mujer de Mike ni por casualidad conoce el mundo en el que se mueve su marido. Lo aborrece, es normal. No comprende porque los de las primeras filas se ponen a leer el periódico si han ido a ver un combate...
Ella, la esposa de Mike, tiene un amigo muy bailarín que le pone de los nervios al sufrido marido. Matrimonio con profesiones contrarias a más no poder. Incompatibilidad de gustos. Pero se quieren.
En fin... De todo. Simpatía, buen hacer... El Oscar da crédito con toda la razón.

Mi extraordinaria (y desconfiada) esposa. Una acción impecable que nos hará contemplar la película como una auténtica delicia. Una delicia inofensiva. Un humor exento de situaciones escabrosas. Un tesoro escondido en el tiempo para disfrutar. Un reparto extraordinario que brilla permanentemente. Mujeres hermosas y auténticos galanes.

Bueno ... Maxie no es un auténtico galán, pero se le quiere.
floïd blue
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11 de agosto de 2009
28 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Logradísima comedia romántica que seguramente va a sorprender a más de uno. Y es que los acontecimientos se van sucediendo vertiginosamente a ritmo de pasos de baile, elegantes desfiles de moda, puñetazos dentro y fuera del ring, y noticias periodísticas sin decaer en ningún momento.

Hay que destacar, sin la menor duda, a todo el elenco de actores, con una pareja protagonista en estado de gracia y unos secundarios brillantes, con mención especial para Schaughnessy, en su papel de boxeador-guardaespaldas completamente zumbado que al grito de "me mira mal", se encarga de repartir estopa a diestro y siniestro. Hasta el perro que aparece en la parte final resulta gracioso.

A nadie le puede extrañar, por lo tanto, que esta película consiguiera el Óscar al mejor guión original, pues estamos ante una historia que evita los tópicos habituales del género y nos hace pasar un rato ciertamente agradable y divertido, con frases y situaciones hilarantes, y que hay día de hoy no ha perdido la menor frescura.
Hrundi_Bakshi
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16 de noviembre de 2008
22 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comedia realizada por Vincente Minnelli, es su largometraje núm. 22. El guión, de George Wells, desarrolla un argumento de Helen Rose. Se rueda en escenarios reales de Beverly Hills (Beverly Hills Hotel and Bungalows) y San Francisco (Delfinarium) y en platós de MGM Studios (Hollywood). Gana un Oscar (guión original). Producido por Dore Schary y Helen Rose para MGM, se estrena el 16-V-1957 (NYC).

La acción dramática tiene lugar durante el verano de 1956 a lo largo de unas pocas semanas. El prólogo se desarrolla en LA y San Francisco (CA), el epílogo en Boston y la acción principal en NYC (NC). Mike Hagen (Peck), cronista deportivo de un periódico neoyorquino, se ha trasladado a LA para cubrir la información de un importante torneo de golf. Allí conoce a la diseñadora de modas, Marilla Brown (Bacall). Se enamoran a primera vista y se casan precipitadamente, antes de su regreso a NY. Mike es testarudo, severo, desordenado y franco. Ella es sofisticada, de gustos refinados, elegante, suspicaz y fogosa. Los amigos de él son abiertos, sinceros, primarios y toscos. Los amigos de ella son refinados, aficionados al arte, elegantes y poco sinceros.

El film suma comedia de costumbres y romance. Añade en medida limitada números musicales y de baile. El guión se escribe pensando que el papel protagonista correspondería a Grace Kelly en la que hubiera sido su última intervención en cine. El galán iba a ser James Stewart y la modelo-bailarina, Cyd Charisse. La dirección se ofrece en primera instancia a Joshua Logan (“Picnic”, 1955). Minnelli, Bacall y Peck cumplen con brillantez. Sólo se echa en falta la intervención de Cyd Charisse. Es una de las pocas comedias protagonizadas por Gregory Peck.

La película basa su humor en el choque entre dos mundos diferentes y en muchos aspectos contrapuestos, como lo son el del deporte y el de la moda. El primero es rudo, primario, espontáneo y sincero. El segundo es sofisticado, sutil, sensible, delicado y un tanto estrafalario. El choque entre los dos mundos tiene lugar a través de la cultura que inspira los dos ambientes sociales a los que pertenecen Marilla y Mike y a través de sus manifestaciones, contactos, aficiones y proyectos. A un nivel más cercado, los choques se producen en múltiples ocasiones de la vida diaria que comparten Marilla y Mike. Las fuerzas centrífugas que rodean a la pareja se ven condicionadas por la constatación de ambos de que el amor que les une no permite vivir a ninguno de los dos sin la compañía del otro. Minnelli se esfuerza por mantenerse neutral entre los dos mundos que retrata, aunque su idiosincrasia personal le inclina claramente a favor de uno de ellos: el del arte, la música, el baile y la moda. La acción deriva hacia un enfrentamiento clásico entre un hombre y una mujer, si bien en este caso Minnelli los sitúa inteligentemente en pie de igualdad.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Miquel
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29 de abril de 2012
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
76/04(06/04/12) Magnífica comedia romántica de Vincente Minnelli que posee un guión sobresaliente, rebosante de situaciones divertidas, chispeantes, unos protagonistas en estado de gracia y unos secundarios que fortalecen el relato, con un evidente aire a musical. Cuenta como una pareja de Nueva York de gustos y trabajos antagónicos, ella Marilla (gran Lauren Bacall), una sofisticada diseñadora de moda, él Mike Hagen (gran Gregory Peck), periodista deportivo, se conocen en una fiesta en Los Ángeles, se enamoran, casan y luego llega la realidad de dos mundos opuestos que chocan continuamente y donde se mezcla un caso de acoso con un mafioso de por medio. Con este manido argumento se desarrolla una comedia ingeniosa, muy divertida, muy fresca y rebosante de momentos carcajeantes, con giros de guión estupendos, con recursos agudos, empezando por el principio en que vemos los efectos de una resaca, o cuando Marilla descubre quien es la mujer de la foto rota, como se ven superpuestos los trozos sobre ella, ingenioso, con una inteligente utilización de la voz en off, donde el contraste de modos de ver el mundo hacen manar ríos de risas, y es que el mejor elemento de una buena película debe ser un buen guión y aquí George Wells se sale con un trabajo que ganó el Oscar, un relato de enredos, de batalla de sexos, de contrastes de sociedad, donde el antes mencionado uso de la voz en off, de forma original, no es un personaje si no cinco los que se alternan para darnos su singular punto de vista sobre lo que ocurre, los dos protagonistas, un director teatral, Zachary Wilde (buen Tom Helmore), una sexy corista Lori Shannon (buena Dolores Gray) y un boxeador sonado, Maxi Stultz (robaescenas Mickey Shaugnessy), derivando esto en sonrisas mil. (Continua en Spoiler sin Spoilers)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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17 de julio de 2014
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al cineasta se le asocia siempre al musical, pero no es menos cierto que realizó excelentes melodramas y, también grandes comedias como “Designing woman”. Una obra de ritmo alado, divertida y desenfadada de celos y malentendidos, dentro de un estilo donde el diseño elegante y el color brillan a gran altura, en la que tampoco falta la música y la coreografía tan cercana al universo del cineasta. El director que convertía plácidamente en películas personales todos los compromisos que caían en sus manos gracias a aquello a lo que décadas atrás, cuando existía cierta preocupación por el lenguaje, se dio en llamar “puesta en escena”.

El punto de partida toma a una pareja formada por un cronista deportivo especializado en boxeo, Mike Hagen (Gregory Peck) algo torpe y desordenado, con una diseñadora de modas, Marilla (Lauren Bacall) hija de una familia acaudalada, culta y sofisticada. Por las diferencias sociales podrían parecer a primera vista incompatibles y condenados al fracaso, pero ellos se empeñan en que no sea así, aunque a costa de las concesiones y la renuncia o derrota de uno de ellos. “Mi desconfiada esposa” consiste en una sucesión de escaramuzas de la pareja, en ocasiones de sabor agridulce, que van preparando, lógicamente, un grandioso final. Cada uno se desenvuelve en unos ambientes distintos, tanto de amigos como de decorados, Mike aceptará sin presentar batalla abandonar su piso de soltero para vivir el mundo de su esposa, de tonos suaves, verde pastel del lujoso apartamento que Marilla domina con sus rojos vestidos y abrigos.

Los gags son ingeniosos y divertidos pero siempre elegantes y de buen gusto, es la colisión de dos formas de vivir la vida tan antagónicas que provocan la hilaridad en la mayoría de las situaciones. Minnelli no plantea una guerra de sexos (era demasiado pudoroso y poco comprometido para eso), sino una guerra de ambientes, de decorados que acaba proponiendo la confrontación activa de una visión dual de la existencia: la violencia del mundo de Mike (con ese ex boxeador zumbado y los mafiosos que le persiguen), frente al refinamiento del mundo de la alta costura y las fiestas de sociedad de Marilla.

Puede que la película no sea memorable pero todo está expresado con gracia y convicción, una comedia con dos mundos divergentes, donde intentan convivir las partidas de poker y las reuniones sociales y artísticas, los secundarios bordan sus papeles, la fotografía en Cinemascope y Metrocolor son apabullantes. Y todo con el toque personal de un gran Vincente Minelli que en esa época formaba junto a Judy Garland uno de los matrimonios más célebres de Hollywood.
Antonio Morales
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