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Just 6.5

Thriller. Acción. Drama En Irán, la pena por posesión de drogas es la misma tanto si llevas 30g como 50kg: la pena de muerte. En estas condiciones, los narcotraficantes no tienen reparos en jugar a lo grande y la venta de crack se ha disparado. Como resultado, 6,5 millones de personas son toxicómanos. Después de varios años de seguir la pista al narcotraficante Nasser K. Samad, un policía persistente y expeditivo consigue por fin echarle el guante. Aunque ... [+]
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Críticas 14
Críticas ordenadas por utilidad
24 de junio de 2022
16 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Narcotráfico como problema universal

Hasta el año 2017 en Irán se penaba con la muerte cualquier delito relacionado con el tráfico de drogas. Esto es así que el título original de La ley de Teherán y su traducción al inglés quiere decir "Solo 6,5" haciendo referencia al número de toxicómanos residentes en Irán y las condiciones de pobreza y desigualdad que disparan esta problemática.

Problemática acentuada con la pena capital hasta hace bien poco relacionada con los delitos de drogas. Ya que si el resultado era la muerte, ¿Qué más da traficar con menudeo y para consumo particular que hacerlo por todo lo alto?.

*Thriller policiaco, cánones clásicos

La ley de Teherán no es una película que resulte innovadora al acercarse al género del thriller. De hecho, sus planteamientos son bastante clásicos y normativos al respecto. Situaciones que hemos podido ver en numerosas ocasiones en el cine policiaco de cualquier país o nacionalidad.

Pero esto no quiere decir que sea una historia típica o tópica. Simplemente, se mueve en los aspectos clásicos del género policiaco. Teniendo además un muy importante aspecto de denuncia social. Por un lado, nos muestra la represión de la teocracia iraní, donde poco importa la rehabilitación o cuestiones como la presunción de inocencia y un juicio justo. Por otro, se nos muestra a los policías completamente saturados, con medios insuficientes y muchas veces desbordados por el propio tráfico de droga. El propio protagonista se debate entre cumplir con su deber como agente de la ley o volcarse con su familia y olvidar todo el asunto.

*El narcotráfico como vehículo de movilidad social

La ley de Teherán también incide en aspectos como la movilidad social. La situación realmente precaria de esa enorme masa de adictos a la droga hace que el menudeo y el tráfico constante sea uno de los elementos clave a la hora de poder acceder a dinero que de otra forma no lo tendrían.

La ley de Teherán es cruda en mostrarnos situaciones de familias en serio riesgo de exclusión. Donde el tráfico de droga supone una fuente de ingresos adicionales. Contrata mucho los entornos de las familias menos pudientes, que recordarán a los de España de hace 50 años, frente a los entornos más suntuosos de los traficantes.

Entre medias, esta lucha policial se presenta como el mito de Sísifo. Una tarea interminable e inalcanzable que resulta cada vez más y más tediosa. En un momento dado de la película, el protagonista afirma que cuándo él entró en la policía había un millón de personas adictas a la droga. Ahora se encontraba en la ya citada cifra de 6,5 millones de adictos. Uno de los personajes le replica que sin su trabajo serían muchos más. Pero el protagonista sabe que las medidas draconianas poco aportan y que lo que se necesitan son medidas de calado social.

*Conclusión

Un más que interesante thriller policial sobre un problema universal. Es interesante ver la perspectiva de esta problemática desde un país más autoritario que el nuestro y cómo afronta este problema. Además, en el ámbito cinematográfico resulta una película entretenida y que no pierde el ritmo. Sin tener grandes secuencias de acción, tiene una trama que mantiene la tensión y es constante.

Escrito por Juan Carandell Rojo
Cinemagavia
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8 de junio de 2022
15 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de la reforma legal en Irán de enero de 2018, ser “pillado” con 30 gramos o 300 kilos de cualquier estupefaciente, conllevaba indistintamente la pena de muerte. Actualmente, Irán tiene una de las tasas de adicción más altas del planeta. Como sugiere el título en su versión original (Just 6’5), hay aproximadamente 6,5 millones de adictos en el país. La ley de Teherán, el segundo trabajo de Saeed Roustayi expone la impactante verdad del creciente problema de adicción en el país y ofrece una mirada mordaz que rara vez se muestra en el cine de Oriente Medio en forma de thriller.

La ley de Teherán, un thriller trepidante.

La historia de La ley de Teherán sigue a un grupo de agentes de la unidad de antinarcóticos en Teherán. Este equipo se encarga de perseguir a los pequeños traficantes de drogas de la ciudad para dar con el paradero de uno de los mayores narcos del país: Nasser Khakhad (Navid Mohammadzadeh). El jefe del operativo, Samad (Payman Maadi), lleva muchos años intentando dar con Khakhad. Cuando por fin consiguen atraparlo y parecía estar todo hecho, el narco tratará de evitar la condena a toda costa y comenzará un proceso judicial con el que nadie contaba.
Ya desde su arranque, la película de Roustayi nos atrapa para jamás soltarnos. A pesar de no ser una película de acción trepidante, La ley de Teherán es muy consciente de las cartas con las que juega, y se nota que su director ha sabido muy bien qué hacer con ellas. Una cinta policiaca rompedora que además se ha convertido en todo un éxito en su país natal.

Un leve retrato de la sociedad iraní
La cinta tiene un guion maravilloso: para transmitir la tensión que se respira dentro del departamento de policía, Roustayi envuelve La ley de Teherán con diálogos demoledores, en su mayoría entregados a través de muchas discusiones sobrecogedoras. Los monólogos largos y emotivos acentúan aún más la angustia de cada personaje, y todos y cada uno de los actores hacen un trabajo magistral, en especial sus protagonistas. Payman Maadi y Navid Mohammadzadeh están a un nivel estratosférico dotando a la película de un carisma arrollador. No solo la producción en sí está a un altísimo nivel, si no que todo lo que la acompaña la ayuda a encontrar un sitio entre un amplísimo abanico de cintas policiales con una trama que quizás parecía demasiado vista, pero que se convierte en algo novedoso.

Otro de los puntos que más destacamos de la cinta, por supuesto, es su procedencia. El cine iraní está en un gran momento y La ley de Teherán no es más que otra prueba de la calidad de las películas que se llegan a producir en otros rincones del mundo más allá de Europa o Estados Unidos. Además, Irán sirve como escenario para una historia que se presta a mostrar el lado más realista de una sociedad que muy pocos conocen. No solo se pone sobre la mesa algunos temas que están sacudiendo al país como es el caso de las adicciones, sino que también seremos testigos de hasta dónde llega la precariedad en su capital, viendo cosas tan rompedoras como el desarrollo de los procesos penales, cuestionando las condiciones sociales del país y su base burocrática.

En definitiva…

La ley de Teherán no solo expone la impactante verdad del creciente problema con la drogadicción en Irán, sino que también actúa como un sutil reflejo de la sociedad del país y de cómo funciona su sistema. El nivel de producción o la construcción del guion y sus personajes, así como la exoticidad que presenta al desarrollarse en esta región del planeta, hacen del filme un thriller policiaco impecable, al nivel de las mejores producciones hollywoodienses, pero con un toque muy particular. Una película impactante, tensa y sumamente emocionante.
DonJon
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23 de junio de 2022
13 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el panorama actual, donde cada semana se estrenan un puñado de películas comerciales producidas por plataformas como Netflix, Prime Video o HBO Max y las salas de cine consiguen volver a la normalidad únicamente a través de nuevas entregas de grandes franquicias, el cine fuera de estos esquemas parece relegado al olvido y la marginación. Ya no solo en taquilla, es que cuando lo introducen entre las novedades de alguna plataforma este se ve opacado por películas archiconocidas que vuelven al catálogo o la nueva entrega de la saga romántica de turno con una base de espectadores fuerte. Lo que está claro es que cuando llegue a alguna plataforma 'La ley de Teherán' apenas nadie le hará caso, y su estreno en cines será algo completamente anecdótico. No me gusta hacer de adivino, pero la dinámica de la taquilla española es la que es desde hace meses, y no creo que eso cambie de repente este fin de semana. Más allá de ser injusto, es una lástima que mucha gente se vaya a perder una de las mejores películas de acción de 2022 únicamente por no tener una gran campaña de marketing detrás o por no ser una marca.

El primer contacto con la película es extraño. Evidentemente, hay prejuicios. El cine iraní no es uno de los más populares, y mucho menos si hablamos de thrillers o cine de acción. A la película no le hacen falta más de 5 minutos para tirar esa (posible) barrera al suelo y atraparte de lleno en su vertiginosa trama de policías contra el mundo de la droga y sus consecuencias. Ambientada en una Irán absolutamente destrozada por culpa del crack, con más de 6,5 millones de personas siendo toxicómanas, en la película seguiremos los pasos de una brigada que está persiguiendo a Nasser K. Samad, una de las personas que más culpa tienen de haber llegado a esta situación, el capo de la droga. Los primeros minutos son una forma excelente de romper esa barrera mencionada anteriormente gracias a la redada que tiene lugar en un barrio conflictivo donde hay mucho tráfico y consumo de drogas, mostrándonos el estado de Irán y la actitud de una policía ya habituada a encontrarse cualquier cosa. Aquí no solo te das cuenta de esto sino también del gran trabajo de fotografía y dirección por parte de Houman Behmanesh y Saeed Roustayi, consiguiendo hacer que una película de 3 millones de dólares luzca mejor que otras producciones mucho más caras.

A nivel técnico no es que estemos ante una película de gran escala, pero tiene mérito la forma en la que han aprovechado los recursos que tenían para entregar una producción tan sólida en lo audiovisual. Todas las escenas de acción son agobiantes, muy físicas, y dejando de lado alguna que se nota demasiado americanizada, todas tienen alguna particularidad que las hacen interesantes. La película te mete de lleno en esta espiral autodestructiva por parte de ambos bandos, con una policía sin escrúpulos y unos criminales más humanos de lo que parece en un principio. La manera que tiene de jugar con las expectativas del espectador ante unos personajes tan estereotipados como estos es sorprendente, y esto es gracias a un guion (por parte del propio director de la película, Saeed Roustayi) que siempre va más allá de lo que esperas. Sus protagonistas son un buen ejemplo. Las interpretaciones de Payman Maadi y Navid Mohammadzadeh son fantásticas, dando vida a personajes muy humanos tanto para bien como para mal. El primero es un jefe de policía con una moralidad discutible pero que necesita capturar al segundo sea como sea, mientras que el segundo es un villano al que nunca justifican pero con el que te hacen empatizar, algo muy poco habitual. Sus más de dos horas de duración están justificadas ya solo por el desarrollo de estos personajes, más propio de una serie por todos sus matices que de una película.

El film cuenta con muchas más virtudes, entre las que destacaría una parte final muy emocionante, con una conclusión redonda para el discurso que quiere hacer llegar el director al espectador. No solo funciona como un thriller, es una muestra algo dura sobre la situación actual de Irán y veremos como retratan al sistema judicial, penal y policial que hay en ese país. Lo que más me falla es el poco partido que le saca a unos personajes secundarios que son planteados de forma interesante pero al ser una película tan centrada en dos personajes en concreto, quedan un poco de lado. Aún así puedo decir que son pegas que le pone uno después de analizar la película buscando algo que criticar, porque estamos ante una producción bastante redonda y que deja la impresión de haber visto una muy buena película, muy completa. Todo aquel que tenga la oportunidad de ir al cine a verla, que no falte a la cita, y a malas siempre quedarán las plataformas de streaming como segunda oportunidad, pero no es una película para ser ignorada.
Sacri94
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30 de junio de 2022
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando uno piensa en Irán no se le vienen a la cabeza las imágenes de toxicómanos destrozados por el crack en ciudades occidentales como Los Ángeles o Filadelfia. Uno se imagina una sociedad casi medieval e inocente, así como fuertemente influenciada por la religión y con una escasa permisividad en asuntos como las drogas o el alcohol. Sin embargo seis millones de personas son toxicómanos por el crack, la heroína y la metanfetamina y malviven en barriadas marginales sobre todo en la capital Teherán.

El director iraní Saeed Roustayi compone un magnífico relato con este argumento que no solo se queda en la lucha del estado contra la droga por medios policiales e importantes penas judiciales que suponen incluso la muerte, sino que se mete también en la piel de traficantes y consumidores dejándonos encariñarnos con los personajes y sus malas decisiones.

La película empieza con mucho brío en la persecución policial de un pequeño traficante en la línea de otras muchas películas occidentales y la investigación que les llevará hasta el capo mas importante de la droga, para luego posar la cámara sobres sus hombros y ver la historia desde el otro lado lado de la barrera.

Sugerente película que nos deja claro que para hacer buen cine solo es necesaria una interesante historia, buen guion y solventes interpretaciones.
kawenzotz
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30 de junio de 2022
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
La ley de Teherán es el tipo de película que no hubiera ido a ver de motu proprio. Lo que el tema y las reseñas me prometían era un film ciertamente exótico por su autoría iraní, pero un film de acción en definitiva, que no son precisamente mis favoritos.
Bastaron las primeras escenas para diluir mis prejuicios. Esta obra es muy diferente a una película de acción al uso. Y esa es, en mi opinión, su primera virtud. Un film sobre narcotráfico donde no aparece ni una escena sangrienta, ni un tiroteo,.. realmente es meritorio. El de la violencia es un recurso fácil (y desagradable) que esta obra no necesita para mostrarnos la dureza del mundo de la droga y sus terribles consecuencias. La diferencias con el cine norteamericano es notable. Es fácil imaginar el producto que con la misma temática se elaboraría en las factoría de Hollywood. Este film no es una copia, es algo muy distinto.
Si la ausencia de violencia gratuita no resta dramatismo alguno, al contrario, lo mismo se puede decir sobre la tensión dramática. El film nos atrapa desde el principio y nos mantiene en vilo durante toda la cinta, desde las electrizantes escenas de la persecución inicial hasta las finales. Un claro ejemplo de que la inteligencia y la sensibilidad en el cine suplen con creces los trucos efectistas.
Otro acierto es su enfoque multipolar. No sólo la perspectiva de la policía, de la ley, es tenida en cuenta. También escuchamos las voces de los delincuentes, tanto la de los pequeños traficantes y sus familias, las mulas, o la del capo que es coprotagonista de la película. El dolor de las víctimas, los drogadictos también se nos muestra. Pero ellos no necesitan palabras. Basta con esas patéticas escenas en que aparecen enfermos, hacinados, como zombies que han perdido su dignidad humana. Ningún discurso condenatorio puede ser más desolador que esas imágenes.
Así la obra carece de moralina, pero, por eso mismo, transmite un mensaje moral muy potente. El enfoque es tan poco maniqueo que el director consigue que el capo antagonista del comisario llegue a conmovernos: su sincera preocupación por el chico preso, sus “razones” ante el juez cuando rememora una infancia pobre y triste, el amor por su familia, la dignidad desesperada con la que rechaza su implicación en la muerte de un niño,… No es un monstruo, es un ser humano que ha sufrido y tomado decisiones equivocadas. Lo que ocurre es que las consecuencias de éstas si son monstruosas. Se lo recuerda y nos lo recuerda el comisario cuando le insta a dirigir la mirada a esos hombres y mujeres destrozados y a tener presente que esas vidas deshechas son responsabilidad suya.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Maria
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