Paula

Un año después que Gilda al señor Glenn Ford se la quiere meter otra titi. Y tiene alguna similitud con El cartero siempre llama dos o tres veces y Perdición. Eso es lo que hubiera querido que fuese a Richard Wallace. Deberían decirle al camionero Glen Ford que conduzca mejor. La rubia del bar está rubia igual que Lana Turner. El garito de Paula está mejor que el garito de Lana. Y por momentos la rubia Paula está mejor que la rubia Turner. Y en eso que llega la policía en busca del camionero. Y hay más momentos que parece que Paula está mejor que Lana. Si una mujer te paga la fianza lo mejor que puedes hacer es tragar saliva. Y a pesar del inicio no parece que vea El cartero siempre llama dos veces ni Perdición. Increible pero cierto que Janis Carter no haya tenido una larga y brillante carrera en el cine. Paula no pasa de ser una peli agradable sin pretensiones de grandeza. Y se nota en que las manos de Richard no son las grandes manos de los genios de cine negro. Y no se puede olvidar la llave inglesa igual que en Perdición.

Paula constituye otra agradable sorpresa dentro del subgénero de películas con mujeres fatales como telón de fondo. Está narrada con interés por su director, Richard Wallace, sin grandes sorpresas pero con la precisión y contención adecuada.

Es un título que tiene muchos puntos de contacto con la posterior Tension de John Berry (un guión más elaborado y mejor galería de secundarios) aunque no llegue a su nivel de calidad. En ambas, hay un asesinato de por medio, el encubrimiento del mismo, el chantaje por parte de la Femme Fatale y la posterior investigación policial. La diferencia la marcan los caracteres de las mujeres fatales: En Paula, la actriz Janis Carter es una rubia bella, seductora, cerebral y calculadora que actúa con mucha precaución y atando todos los cabos. Sin embargo, en Tension, la actriz Audrey Totter es más perversa y manipuladora, capaz de engatusar a cualquiera con su erotismo e insolencia. Son dos ejemplos estupendos de prototipos de mujeres fatales dentro del cine negro pero con distintos matices.

Conviene recordar también otras grandes Femmes Fatales del cine negro que conducían a la perdición a los hombres y, sin las cuales, este género no sería lo mismo: Barbara Stanwick en Perdición; Joan Bennett en Perversidad; Rita Hayworth en Gilda; Yvonne de Carlo en El abrazo de la muerte; Gloria Grahame en Deseos humanos y esa cautivadora Marie Windsor en películas como La fuerza del destino, Testigo accidental y Atraco perfecto.

Un hombre llega a la ciudad atropelladamente, y atropelladamente se lo lleva la rubia al Hotel. La rubia es Paula y trabaja en La Paloma, bar que regenta un calvo mal encarado que sirve whisky de garrafa y esconde un garito de apuestas.

Así que Glenn Ford es Mike Lambert, ingeniero de minas, y la rubia será su mina. Con esta introducción nos encontramos otra muestra más del cine negro de antes, con una intriga cierta y un estupendo giro que, además, no se ha debido a ningún volantazo en una curva peligrosa. Una película para disfrutar con un ritmo vertiginoso en el que Paula nos seduce, y nos dejamos seducir aunque vemos en ella más que a una femme fatale, a una femme molto fatale.

Recién salido de Gilda, Glenn Ford se embarcó en otro noir, esta vez a las órdenes del sólido Richard Wallace, uno de esos directores a los que urge revisar y reivindicar cuanto antes. En Paula, Ford es un ingeniero de minas algo propenso al alcohol que cae en las redes tejidas por la sinuosa femme fatale del título (injustamente desaprovechada Janis Carter), quien en connivencia con su amante (el siempre eficaz Barry Sullivan) pretende quedarse una buena cantidad de dinero fingiendo la muerte de éste. Pero los acontecimientos dan un giro inesperado... Escrita por Ben Maddow, la trama podría ser el hermano pobre de Perdición, ya lo hemos visto muchas veces, el pringado que queda atrapado en las curvas y volúmenes de una señorita de buen ver que le arrastra a la perdición. No hay, pues, nada nuevo bajo el sol, pero está contado con solvencia, excelente fotografía en B/N cortesía del mago Burnett Guffey y un eficaz plantel de actores, que se disparan diálogos restallantes sin casi tomar aire para respirar. Paula (Framed) es un título que había quedado enterrado bajo el aluvión de cine que nos cae encima a diario, pero el DVD ha acudido al rescate y nos ha permitido degustar una pequeña joya. Una muestra más de un cine que ya no se hace, pero del que beben muchas cintas actuales.

En el café La Paloma trabaja, Paula Craig, una rubia de esas que, al uno verla, siente enseguida que está en el lugar equivocado. Cuando, Michael Lambert, la conoce, de inmediato piensa lo mismo… y más sorprendido se siente cuando ella le paga una fianza en el tribunal de justicia; luego le paga el hotel a donde lo lleva a pasar la borrachera… y además le deja un grueso billete para que sostenga el día. Lambert, es un ingeniero de minas que ha llegado al pueblo en busca de trabajo, pero, Paula tiene para él otros planes asociada con el vicepresidente del banco, Stephen Price.

Así comienza esta cautivante trama de cine-negro, en la que el amor y la ambición tendrán que vérselas para ver cual ocupa el lugar más prominente en el corazón y en la vida de Paula y de Lambert. El juego es bastante llamativo y a medida que conocemos a cada uno de los personajes los sentimos tan cercanos que resulta bien difícil juzgarlos y, más difícil aún, llegar a condenarlos.

El guion, muy sólidamente escrito por, Ben Maddow, basado en una historia de John Patrick, está lleno de giros bien interesantes que demuestran que estamos ante dos seres que no solo se atraen por sus aspectos físicos sino también por su inteligencia. A Paula la seduce, primero, la ambición que despierta en ella, el vice-presidente bancario; y a Michael, lo atrae la bella rubia, pero tiene bien claro que su objetivo es trabajar honradamente. Cuando conoce al minero, Jeff Cunningham, para él surge la esperanza y para ella…

Richard Wallace, fue sobre todo un director de serie B. Formado como proyeccionista y editor, había dirigido algunos cortos para, Mack Sennett y Hal Roach, y con el paso de los años comenzó a ser conocido por largometrajes como: “The Wife Takes a Flyer” (1942), en la que dirigió a Joan Bennett y Franchot Tone; “The Fallen Sparrow”, que protagonizaron John Garfield y Maureen O’Hara… y sobre todo por, <<PAULA>>, película que bien puede considerarse representativa del film-noir americano.

Glenn Ford, es el joven entrampado que la tendrá difícil para escapar de la red en la que ha caído; Janis Carter, es la rubia coqueta e incendiaria que mueve los hilos a su antojo; y Barry Sullivan, es el hombre sin escrúpulos y sin límites en su ambición. Con ellos, un filme austero, pero, de una solidez narrativa que nos deja bastante satisfechos.