Robin Hood, el magnífico

Peli hecha para la tele sobre el legendario héroe Robin Hood de Loksley. A mí personalmente este personaje me ha parecido uno de los más nobles y románticos de todos los tiempos, siempre al servicio del débil, aquí encarnado por un Patrick Bergin más convincente que normalmente pero con una lady Marian protagonizada por Uma que parece una flipada de la vida, pero a mí qué quieres que te diga Uma me gusta como lo hace. Tras el tomate éste, el resto del reparto no es gran cosa, pero sí que vale la pena la historia. A media luz la peli ofrece un entretenimiento de tener en cuenta y dentro de su cutre guión es resultona. Coreografías destacables a veces.

En cuanto a las premisas fácticas, remito a la síntesis del portal. Desde otro ángulo, puede decirse que el film tiene dinamismo, algunas notas de humor -parodiando la atribuida actitud "alegre" del líder sajón- y un reparto en general bastante carismático. No es una versión netamente atada a la versión más clásica del relato, como la visible en "Robin de los bosques" con el protagonismo del célebre Error Flynn (1938) pero así y todo despierta su interés, como la aparición de Marion vestida de soldado no reconocida en un primer momento por el héroe. Hay otros detalles originales propios de la filmación que la distinguen de otras similares, pero narrarlos equivaldría a quitarle parte de su atractivo al disminuir su sorpresa. Por supuesto, algunas alusiones al contexto histórico están presentes, como la conflictividad entre los normandos y los sajones, éstos últimos oprimidos con fuertes tributos por Juan sin Tierra, el hermano del dueño trono provisionalmente abandonado por Ricardo I Plantagenet, en razón de su participación en las Cruzadas. En conjunto se la puede considerar bastante amena.

La encuentro mas natural que la de Kevin Costner, hasta los decorados no parecen decorados y sorprende lo creíbles de algunas interpretaciones sin tener que recurrir a actores de primera fila. No es que la de Costner sea peor pero esta otra la espera uno mucho mas serie B y me resulta muy entretenida y convincente.

Al principio parece que va a ser más seca o prosaica, más creíble o cercana, brotes verdes, pero al de poco es exactamente lo mismo de siempre, apenas Uma sirve como agarradero, el resto aburre por previsible, convencional o maniqueo, además de desvaído y anodino, funcionarial, pobre, burocrático, protocolario.
El bueno, un alfeñique, muy plano, sin gracia; el malo, y tonto erre que erre, careto chulo; el codicioso pragmático, tiene un poco de salero, me recordó a Rupert Everett; y el tirano fiero, vale, una reinona. Más ella como atractiva convidada de piedra que pone algo de luz a tanta grisura.
Tópicos en voz baja, pero al fin y al cabo los mismo hechos y protagonistas en sucesión anunciada, inercia rutinaria. Nada.

A lo largo de la historia del cine, sobre todo en época reciente, de vez en cuando se ha dado un año donde "casualmente" se estrenaron dos películas de temática similar o parecida. En este caso en 1991 vieron la luz dos de Robin Hood; una made in Hollywood protagonizada por Kevin Costner y otra inglesa (aunque producida por John McTiernan) liderada por el irlandés Patrick Bergin. Lógicamente triunfó la primera.

"Robin Hood: El magnífico" resulta innovadora pues apostó por algo que se impuso algunos años después, esto es, por el realismo desmitificador y la supuesta fidelidad histórica en películas basadas en relatos y leyendas medievales (por ejemplo, "El rey Arturo" de 2004). Así, aquí se habla mucho del conflicto entre sajones y normandos en el siglo XII, no hay brujas de por medio ni prólogo en las Cruzadas, pero tampoco hay nadie llamado Locksley o Guy de Gisbourne ni aparece el sheriff de Nothingham. Sí tenemos a Little John, Will Scarlet o el fraile Tuck, pero "Robin Hood" ahora es un tal Robert Hode (!), un noble sajón amigo del barón Roger Daguerre (!!) y que se enemista con un caballero normando, Miles de Folcanet (!!!).

Una vez que se hace el esfuerzo de tomarse en serio el relato y olvidarse del mito, la película no está mal del todo, pues cuenta con algunos detalles de fidelidad histórica y escenas costumbristas, además de un diseño de producción aceptable y unos hermosos paisajes. Bergin no está mal, pese a su oscuro cabello y su bigote y perilla de mosquetero, o Jürgen Prochnow (Uma Thurman era demasiado joven e intrascendente). Pero se queda a medio gas, y la verdad que estuvo lejos de atraparme y francamente me empezó a dar igual lo que pasase en la película. Para echar el rato.