Espejito espejito

Monté al tren y al sentarme en el asiento, ví que había una película con pinta de acabar de empezar. Pensé que sería el típico bodrio que te encasquetan en trenes y aviones: alguna cutre-comedia de Adam Sandler y su troupe, a lo mejor alguna comedia romántica de saldo, quizá una de esas pelis raras que no se sabe de dónde han salido donde los personajes no hacen sino hablar y hablar, siempre en planos medios y donde no ocurre nunca nada durante una hora y tres cuartos... Pero entonces apareció la primera escena en el bosque, donde unos enanos en zancos asaltaban a un noble y su lacayo en medio de piruetas circenses coreografiadas con gracia y energía. Y fue ahí que conecté los auriculares.

¿Qué era esto?

Pues esto es el cuento de Blancanieves contado con humor, desparpajo, mucha fantasía, estética barroca y ganas de juguetear con los personajes. Y los actores se prestan a ello: Julia Roberts roba la función con su autoparódica interpretación de una Reina "malvada" que en realidad produce más simpatía que nada, con su ácida personalidad y sarcástico sentido del humor. Lily Collins no tiene sus tablas ni su carisma, pero también le echa humor al asunto y compone a una Blancanieves mucho menos ñoña y con más iniciativa y humor del habitual. Sí, tiene las cejas gruesas, como muchos usuarios de Filmaffinity se han apresurado a dictaminar, y eso no la hace dejar de ser guapa, de hecho la distingue de las guapas-fotocopiadas-de-Hollywood. En fin, es el precio que hay que pagar cuando uno comete la osadía de no someterse completamente al canon estético de turno. ¿Qué será lo próximo, una negra que no se blanquee la piel para parecer lo más clara posible y no ahuyentar mucho al target comercial blanco suburbano? La película, en una de las escenas más inspiradas y socarronas, hace precisamente una crítica bastante divertida a la esclavitud y la tortura que supone mantenerse bella: el "tratamiento", con bótox cortesía de escorpiones incluída.

En fin, los que conozcan a Tarsem Singh ya sabrán de su gusto estético por el barroquismo estético y a fantasía visual, y aquí sigue en su línea, aunque sin llegar a los extremos de La Celda, que si bien fue también bastante vapuleada por la crítica en su momento, era asombrosa desde el punto de vista visual. Ahora que Tim Burton parece haber perdido un poco el brillo y no sorprende tanto como solía, me parece que este hombre también merece ser reinvidicado como un narrador de gran potencia visual.

Si te puedes tomar el cuento con humor y te dejas llevar por la fantasía y el humor burlón pero nunca condescendiente con la fuente original, dale una oportunidad a esta peli, que la merece.

La leyenda de Blancanieves ha sido tratada por el cine en múltiples ocasiones. El mito forjado por los hermanos Grimm tiene su mayor explotación en la mítica película realizada por la compañía Disney y dirigida por David Hand, una película de animación que cautivó a miles de generaciones, desde su estreno en el año 1937.

Curiosamente en el año 2012, se realizaron tres adaptaciones de la obra infantil a la gran pantalla, una, la que nos ocupa es Blancanieves Mirror Mirror, la otra con la que comparte nacionalidad (obviamente norteamericana) es Blancanieves y la leyenda del cazador, mientras que la última es Blancanieves a secas y está realizada en España y dirigida por el ganador del premio Goya, Pablo Berger. Aunque la palabra curiosidad tampoco es exactamente la que define a la situación. A las últimas producciones comerciales de Hollywood que buscan un target tan concreto como estas películas, las ideas que abarcan mundos de fantasías se les empiezan a escasear en la cabeza. No es extraño que la explotación de mitos tan clásicos y antiguos sea una moda que parece no acabar nunca y que ha tenido el 2012 como un año bastante sintomático. Tampoco es curiosidad que la actriz escogida para realizar uno de los papeles más importantes (el de bruja malvada) sea Julia Roberts, que tiene un pase garantizado entre el público adulto que acompaña a los más jóvenes a ver este tipo de producciones.

El caso es que Mirror Mirror es una película ciertamente deficiente. Le faltan bastantes kilogramos de sal a la propuesta presentada por Tarsem Singh. Y la insulsez es la que tapiza toda la película, desde la presentación animada y con voz en off de Julia Roberts, hasta los títulos de crédito. La historia ha sido modificada en muchas partes para tratar de darle un aire fresco a la trama, cosa que hace que muchas veces se pierdan momentos mágicos (como la famosa escena de la manzana) aunque no es exactamente este el motivo por el cual la película fracasa de manera estrepitosa.

Todo luce muy brillante, pero falta algo de la antigua magia que si existía en las películas Disney. En gran parte esto se lo debemos a los efectos espaciales. Recordemos que la mítica película de David Hand estaba realizada hace más de cincuenta años, y sin embargo su ambientación animada sigue convenciendo hoy en día si uno se dedica a revisionarla. Eso no sucede ni remotamente con una película estrenada en pleno 2012, cosa que es bastante indicativa de que algo está fallando. Mientras la película clásica de Disney optaba por los dibujos realizados a mano (en un trabajo que podríamos calificar como totalmente meticuloso y exhaustivo) la película de Singh opta por la recreación de espacios imaginarios mediante la creación por ordenador. El problema es que en muchas partes a la película se la intuye falsa.

Desde los paisajes magníficos que pretenden impactar la sugestión del espectador hasta el bosque nevado donde habitan los siete enanitos. Hagamos un alto en este sentido porque con que uno se fije un poco en la nieve hecha por ordenador se dará cuenta de que no da en ningún momento ninguna sensación de veracidad. Lo mismo ocurre con muchos otros aspectos como la ciudad donde habita la población o alguno de los otros parajes por donde discurre la acción. La única parte donde la película se antoja creíble es en algunos momentos en los que se muestra la recreación del castillo donde habita el personaje de Julia Roberts, donde los directores de diseño se han fijado en la moda francesa de los últimos años del siglo XVIII para reconstruir un palacio bastante apañado en el que la corte del rey Luís XVI parece haber resucitado. También hay que decir que es en esta ubicación donde el director puede administrar los mejores momentos de la película, en los que destaca la personalidad de Julia Roberts (quien nos lo iba a decir que ella resultaría de lo mejor de la película) y sus toques de humor en los que la actriz puede destapar de manera bastante efectiva su vis cómica (basada en un humor caduco pero en ocasiones efectivo) y algún que otro dialogo inspirado. Por otra parte ya la película fue nominada a los Oscars en el apartado de mejor diseño de vestuario, así que no se puede decir que no haya tenido los reconocimientos de la academia en este aspecto.

El mayor problema de la película es que más allá de estos destellos de belleza (fría e insulsa, todo hay que decirlo) el film es bastante deficiente. La trama intenta realizar algunas modificaciones en la historia original con tal de modernizarse, pero las ocasiones en que estos cambios funcionan son contadas. De tal manera que el espectador puede llegar a ver como en un intento por crear comicidad se convierte al príncipe en un perro faldero (literalmente hablando). No ayuda por otra parte que la pareja principal (el príncipe y Blancanieves) sean por otra parte unos actores que apenas consiguen aportar algo a la película. En especial hace daño la elección de la actriz de Lilly Collins para el personaje principal, ya que resulta poco menos que desesperante observar sus movimientos como la mítica princesa para la película. En conclusión una fábula fallida que dejará frío a más de uno, por muy amante de la fantasía que sea.

Llevaba yo tiempo esperando esta adaptación-perversión del cuento de Blancanieves, sobre todo por ver a mi Julia Roberta haciendo de malvada madrastra. Pues bien, ha sido un COITUS INTERRUPTUS en toda regla.

Julia está fantástica, pero es que creo que a estas alturas no creo que tenga que convencer a nadie que es una estupenda actriz(a pesar de estrella).
La película funciona mientras ella es protagonista. Mientras su papel es el de una madurita en celo, con actitud de estar de vuelta de todo y un sentido del humor y una ironía que arranca sonrisas a cada frase y sabiendo dar una contención de agradecer en un personaje tan excesivo. La película aburre cuando toman el relevo la "jodía" blancanieves (a la que nunca entendí por qué narices no la arrancaban el corazón) y el buenorro-guaperas del príncipe, y nuestra Julia se convierte en una mala patética de opereta de 3ª, como si los guionistas se hubiesen olvidado de ella.
Blanca-cejas es tan políticamente correcta con este rollo de la igualdad mal entendida que dan ganas de cortarse las venas a mordiscos...y de depilarla un poco las cejas. Él, con más plumas que un gallinero industrial: gracioso al principio, irritante en un papel que se torna ridículo y no sabe cómo salvar (una lástima después de verle tan bien dirigido en J EDGAR de la mano de Clint Eastwood haciendo de amante de DiCaprio-que ya hay que tener estómago-).
Cosas buenas: alguna tiene:
-que casi todo lo que se ve está ahí y no es un alarde de efectos digitales de esos gratuitos que se hacen tan sólo porque se puede.Muy de agradecer
-El sentido del humor cargado de ironía
-Que sea una comedia que no se toma en serio a sí misma.
-las bromas sobre el descamisamiento continuo del príncipe
- El diseño de producción importado de BOLLYWOOD
- Julia Roberta.
- NATHAN LANE
En resumen: divertida, entretenida, original....la primera media hora, pero después la película va muriendo a marchas forzadas hasta convertirse en una agonía interminable...rematada con una muerte horrorosa y cruel que es el numero musical tipo bollywood que se marca blanca-cejas. os dejo el enlace al video clip, auqnue aquí al menos la voz la pone Soraya Arnelas, que canta bastante mejor:

Si os queréis quedar con un mínimo buen sabor de boca...salid corriendo en cuanto la malvada madrastra Julia muere...y soñad con que algún día también blanca-cejas morirá, de vieja, o de sosa.

Estamos ante otra película hecha en los últimos tiempos sobre Blancanieves, pero aquí en un tono que quiere ser tan desefandado que roza la parodia.
Tarsem Singh se mete en camisa de once varas intentando que la enchufadísima hija de Papy Collins, Lily Collins nos robe el corazón con su nobleza y su ¿Belleza? ¿Qué me he perdido algo?
A lo que iba, con interpretaciones demasiado malas para un reparto tan bueno, sobresale una cascada Julia Roberts con menos gracia que el Fari chupando limones, y un príncipe que te entran ganas de meterle un susto para que espabile. Peli llena de tópicos me gustó mucho menos que la de "Blancanieves y la leyenda del Cazador", en la que de un modo serio abordan el cuento. Llena de edulcorante, Mirror, Mirror te transportará al país del azúcar, donde serás muy (in)feliz.

¿Que queréis que os diga? Yo me lo he pasado fenomenal durante la hora y media que dura esta película. Seamos razonables, no me esperaba nada digno de Oscar al mejor guión, pero después de haber visto "Maléfica" y sus mil maneras de dar patadas a la historia original, me conformaba con que fuera entretenida y no estropeara demasiado el cuento. Y para mí ha cumplido.

De sobra es conocida mi adoración por Sean Bean (aunque en esta película su papel es anecdótico), y cuando vi su nombre en los créditos me dije: "Venga, Laura, vamos a darle una oportunidad". Y después de pasarme la tarde trabajando, encendí el ordenador y debo decir que desde su inicio me provocó bastantes sonrisas y alguna risa (bajita, sí, pero risa al fin y al cabo). Al grano: me pareció una historia sumamente agradable de contemplar, nada larga ni pesada y, a pesar de las críticas, a mí sí que me hizo gracia. El príncipe palurdo, los enanos, la pija de la Roberts con sus absurdos tratamientos de belleza y el cameo final de Sean Bean lograron que se me pasara el tiempo volando.

Y sí que es cierto que la historia cambia respecto al cuento, pero a pesar de esos cambios se sigue dejando entrever la historia original, y eso se agradece. Con una "Maléfica" ya he tenido bastante.