La condición humana I: No hay amor más grande

Kobayashi fue un director humanista. Un director quien se enfrentó a una sociedad hermética. La primera parte de este filme: No hay amor más grande, muestra un historia cargada de gran humanidad. También nos muestra un personaje quien tiene grandes ideales al igual que el director. Kobayashi fue un director quién no tuvo miedo de meter el dedo en la llaga. Su cine cuestiona aptitudes de la sociedad japonesa. Tanto como amaba a su país también lo cuestionaba.
Esta primera parte del filme es de gran hermosura. Tienes escenas que conducen al espectador a la reflexión. Un filme de gran sensibilidad y un alegato contra la guerra. El ritmo está bien llevado a pesar de sus más de tres horas de metraje. Obra que destaca tanto a nivel estético como en contenido. El amor (como indica en el título) es un tema principal en el filme. El amor puede sacar los mejor de nosotros mismos y entregarlo a los demás. El amor, a pesar de las adversidades, nos transforma y nos ayuda a soportar las cargas que enfrentamos día a día. El amor en contraposición al odio.
La actuación de Tatsuya Nakadaigar es excelente. Este actor lograr cargar los ideales del personaje, así como su desolación ante las injusticias que él presencia.

Cae la nieve. Lo hace al comienzo de "No hay amor más grande", la primera película de la trilogía “La condición humana”. Símbolo de pureza, los copos se depositan de manera suave sobre Kaji y Michiko. Es de noche y ambos pasean por una calle solitaria. Japón ha entrado en la Segunda Guerra Mundial. Al igual que la nieve, un trágico destino parece precipitarse sobre el amor que la joven pareja trata de conservar entre sus dedos entrelazados.

"La condición humana" es un larguísimo largometraje dividido en seis partes, seis partes que poseen, cada una de ellas, la duración de un largometraje. La duración total de esta película es de unas nueve horas y media, más o menos. Filmaffinity ha dividido esta película en tres partes, de acuerdo con la edición en dvd que se ha comercializado en España, pero en realidad se trata de una sola película de nueve horas y media, producida por Shochiku, entre 1959 y 1961. Es curiosa la combinación de formato panorámico y fotografía en blanco y negro, un blanco y negro que, seguramente, sirve para hacer más soportable la crudeza de las escenas y situaciones más crudas de este film, basado en un "best seller". Destaca la interpretación de Tatsuya Nakadai, en el papel protagonista, Kaji.

(Continúo mi crítica en las fichas de las partes II y III de esta película)

Kaji, un hombre joven, para evadir el servicio militar, acepta la supervisión de un campo minero, en donde abunda el abuso de la fuerza física hacia los obreros. Pero Kaji, un adalid de los derechos humanos y quien cree que un verdadero hombre pugna por la libertad de todos, no consiente este trato y termina enfrentado a sus colegas y a los altos mandos. Kaji es un verdadero acierto en el retrato del hombre que cree fielmente en una justicia “justa”. Y es la historia del humanista la que mueve y mantiene en pie durante más de tres horas la primera entrega de tres de esta serie, que puede tornarse tediosa pero cuyo resultado justifica la espera.

Al estar dividida en tres películas (que a su vez se dividen en dos partes cada una, La condición humana puede ser considerada básicamente una película continuada dividida en seis capítulos. Pero bueno, apegándonos a cómo se estrenó, esta primera parte nos muestra a un protagonista japonés con el que resulta fácil empatizar: un humanista, con tendencias inclinadas a la izquierda, que quiere evitar luchar en la II Guerra Mundial… aunque, para hacerlo, tenga que gestionar un campo de prisioneros en el que éstos son cruelmente maltratados. El debate queda clarísimo, entonces: ¿hasta qué punto puede hacer él algo por mejorar la vida de los prisioneros? Es más, ¿de verdad puede hacer algo o está siendo cómplice de la crueldad que sufren por su propio egoísmo? Esta película funciona muy bien tanto por su interés político, mostrando una faceta no muy conocida de la II Guerra Mundial (porque películas sobre campos de prisioneros hay muchas, y unas cuantas muy conocidas y buenísimas; pero la mayoría, narrando la situación en Alemania, no en el frente oriental) como por su interés dramático y su ambiciosa intención de explorar un buen número de cosas distintas a lo largo de la vida del protagonista. No obstante, me parece la más floja de la trilogía; pero claro, no tiene sentido ver las otras dos sin haber visto ésta.