Generación X

Nos narra la vida cotidiana de las personas jóvenes que acaban de graduarse, en concreto, la de cuatro amigos.Amistad, líos amorosos, relación con los padres, aspiraciones laborales,i temas delicados como la homosexualidad o el SIDA, están muy bien enmascarados y tratados con un tono cómico.
También importante de destacar, son los diálogos que se dejan ver durante la película. Muy divertidos y graciosos.
El guión, muy previsible.No todo debe ser tan idílico . Un final muy poco imaginativo y original.
Todo transcurre como el espectador desea.

Sinceramente la película me parece un bodrio de los gordos; cualquier capítulo de "Sensación de vivir" tiene más enjundia que esto. El señor Ethan Hawke por lo general no me desagrada, pero el personaje que interpreta aquí es un pedante cretino tan infumable, que me han dado ganas de gastarme el poco dinero que tengo ahorrado en un billete de avión hasta dónde sea que viva y partirle la cara.

El día que el gran Ben Stiller decidió inclinarse por la comedia burra pura y dura debería ser declarado día festivo de la Humanidad (por supuesto que no pongo objeción a que el señor Rajoy lo meta en lunes y así evitar megapuentes); si el hombre hubiese seguido el horripilante camino iniciado aquí, en estos momentos sería sin duda considerado el Olaf Itenbach de las comedias románticas.

Ah, qué por qué le pongo un 8? Porque Winona se come la cámara; ella se lo merece todo: es una princesa de cuento en la torre de un castillo.

Aunque el castillo sea de mierda.

En cierta manera "Reality bites" es una película emblemática sin llegar a serlo del todo. O sí, pero circunscrita a un público muy concreto, como aquél que la vio en su momento, como un servidor hacia 1995. Es decir, como drama romántico con toques de comedia tampoco es que sea gran cosa a pesar de que cuenta con muchas posibilidades. Por ejemplo, introduce con mucha intención temas que podían ser angustiosos a mediados de los noventa como el Sida, la homosexualidad o el no tener rumbo en la vida pero lo hace de manera abrupta y sin darle recorrido. En un minuto pasamos a otra cosa. En realidad, la película va a trompicones y a medida que llegamos al final se hace más y más previsible. Añádase que la historia romántica no funciona, básicamente porque no me gusta.

Dicho esto, "Reality bites" tiene el gran mérito de retratar más o menos fielmente a una generación bautizada como X, unas personas que viven por primera vez y de forma más bien traumática, los cambios sociales-familiares de los años sesenta y setenta. Es decir, que se trata de los hijos de padres divorciados y radicales vueltos yupis, del feminismo, el ecologismo, la libertad sexual, la desideologización, la tecnología moderna, las drogas y sobre todo la indeterminación. Y esto es lo que hace Ben Stiller, sí el actor cómico metido también a director serio, echarlo todo en la batidora sin mucho concierto para ver qué sale. No es brillante pero se deja ver especialmente por su carácter nostálgico. Además cuenta con una Winona Ryder puede que más bella que nunca, que es ya decir.

"Love Bytes" narra el paso de la juventud a la adultez en tiempos de MTV, Grunge y Blockbuster.

Mientras Lelaina quiere seguridad en su vida, Troy quiere vivir el momento, y la vida los separa

"Love Bytes" no es una cinta que te cambiará la vida. Pero sin duda es un fiel reflejo de lo que era la vida en los 90', y la disconformidad adolescente con el mundo.

También tiene un soundtrack muy bien elegido con canciones como "Baby i Love You way" de Peter Frampton, Stay de Lisa Loeb y My Sharona de The Knack, entre otros.

Dicen que Reality Bites es un fiel reflejo de la Generación X, caracterizada por una rebeldía-conformista y un rechazo a lo tradicional, y no dudo que sea así, pero se supone que el cine tiene que ofrecerte algo que vaya más allá de la realidad, de lo cotidiano, o al menos una de esas realidades que superan a la ficción, pero esta película se convierte en algo vulgar porque acaba siendo la historia de un romance en un contexto generacional que nos resulta familiar pero poco emocionante.

En realidad la película me pareció un puñado de tópicos uno detrás de otro: veinteañeros que comparten piso, un gay al que le cuesta salir del armario, la amiga ‘menos guapa’ que la protagonista con una intensa vida sexual pero sin un amor real, el chico guapo y avezado sin estabilidad económica que vuelve loca a la protagonista principal –la cual lo rechaza inicialmente porque prefiere a un pijo con trabajo y apartamento–, etc, etc, etc (podría llenar toda una página de tópicos que aparecen en la película).

Todo esto hace que la cinta sea aburrida y salvajemente previsible, hasta el punto que sabes como va a acabar en su minuto 15.

Ni siquiera resultan interesantes algunas escenas, que deberían justificar el título de la película –Bocados de Realidad–, en las que Lelaina (Winona Ryder) coge su cámara de vídeo para grabar algunas situaciones cotidianas de la relación con sus compañeros.

Decir que la cara bonita de Winona es lo que más me ha gustado de la cinta no creo que diga mucho a su favor (y puede que a mi favor tampoco).

En definitiva, una película que da una buena idea de lo que es la Generación X, pero que aburre por lo vulgar de su guión. Quién sabe si dentro de 50 años se convertirá en una película de culto por enseñar a las generaciones venideras como eran los jóvenes occidentales de los años 90.