Legítimo rey

Inglaterra y Escocia, la edad media, reyes, linajes, tronos, clanes, honor, traición, barbarie, batallas épicas...
El rey proscrito vuelve a traer al cine la historia más increíble de Escocia, y aunque no tiene la magia, magnetismo y envergadura que tuvo en su día Braveheart, tiene otras virtudes que la convierten en un producto recomendable. La dirección de fotografía, escenografía y la ambientación sin duda son el gran acierto, pero también lo es el rodaje de las escenas de acción y la más que correcta interpretación de Pine, encarnando a un renovado e intrépido Robert the Bruce. Como factores menos destacables tenemos un guión a veces repetitivo y otras más flojo de intensidad, no sé si por el tono empleado en la narrativa o por la trama simplista en sí. De igual forma, la bso tampoco termina de abrazar del todo al espectador como sí hizo James Horner con Braveheart.
La siempre presente leyenda de William Wallace se convierte en otro atractivo, pero si bien es cierto, he encontrado que algunas partes de la historia difieren de lo que ya nos contó Mel Gibson hace ya más de dos décadas en una de las mejores películas (sino la mejor) medievales de la historia. En el caso de El Rey proscrito han sido algo conformistas, y creo que podían haber sacado más partido a la amplia producción que han manejado. Impacta en los momentos álgidos, pero falta cuerpo, profundidad y peso narrativo en la parte del desarrollo.

Esta película llega a ser lo más interesante que puede aspirar a ser dentro del género. Donde, si es que no es una obra basada en Shakespeare, la nobleza siempre es retratada como un conjunto de personajes sin empatía y conspiradores.

Lon personajes poseen personalidades simples, ambiciones y aspiraciones de una época donde faltaba educación, y en la cual no todo el mundo tenía lengua de plata. No hay monólogos inspiradores o frases impactantes. Solo son un grupo de nobles en busca de la independencia de su país. Hay malos y no tan malos, estando los ingleses que se aprovechan de los débiles, y los escoceses que matan como barbaros, pero por el pueblo.

Las batallas son de lo que mejor que he visto en una película con espadas y escudos. Cada herida sangra, cuando caen al lodo se ensucian, quedan manchados de la sangre de sus enemigos y las peleas son creíbles. No todo el mundo es un espadachín implacable y algunos mueren, pero los que sí lo son, se demuestra con unas batallas bien coreografiadas. Además, visualmente destaca mucho los increíbles paisajes de Escocia, donde se ven las verdes llanuras y los azulados ríos.

Personalmente, me alegro el desenlace y hace de una buena secuela “simbólica” de corazón valiente.

Recomendada .

Tras el anterior trabajo de Mackenzie, "Comanchería", el listón estaba muy alto y las expectativas ante su película para Netflix y cambiando drásticamente de registro estaban bastante altas. Y la verdad es que sin ser ninguna obra maestra, "El rey proscrito" es muy entretenida, relatando una historia que entronca con los últimos días de William Wallace, que tan bien retrató en la gran pantalla Mel Gibson en "Braveheart". Chris Pine vuelve a ser protagonista en un trabajo de Mackenzie, acompañado, entre otros, del siempre sólido Aaron Taylor-Johnson y en el que la épica no está reñida con la crudeza en las escenas de acción.

Define la RAE proscrito, sucintamente como "desterrado". Pues eso, destierren ustedes esta cinta, vacía de contenido, de su filmoteca particular.
No puede ser más insulso este relato de 120millones de dólares, que se dice pronto. Evidentemente, la ambientación, decorados, maquillaje, fotografía, efectos sonoros y visuales muy conseguidos y cuidados. En la coreografía de las batallas, la actuación, la banda sonora (tenue hasta que pierde uno el oído tratando de identificar "como poden per sas culpas") y sobre manera en el guión, falla estrepitosamente. No se puede hacer una arenga de 10 segundos y que parezca emotiva. Y posiblemente sea la frase más larga que Chris Pine suelta en toda la película.
Carece por completo de la épica del cine histórico. Quizás con algo más, no mucho más, de rigor histórico que Braveheart pero carente de las virtudes de aquel, aunque el montaje esté infinitamente mejor hecho. Muchas más sombras que luces en esta cinta David Mckenzie, que debió haberse esforzado algo más al relatarnos uno de los episodios más épicos, si no el más, de la historia de su tierra natal.

Lo que me ha gustado

Tiene un par de secuencias técnicas muy bien realizadas, el plano de secuencia inicial y la batalla de la secuencia final.

Es un filme simple, no quiere complicar su trama de poderes y usa la elipsis a veces de buena forma para hacer avanzar la historia.

Buena fotografía. Y muy buen diseño de producción.

Es un filme en su mayoría entretenido. Tiene buenos personajes, aunque ninguno particularmente mejor desarrollado que otro. Pine se esfuerza en su personaje y le da veracidad. Tal vez la falta un poco de convicción.

Pero a quienes nos gusta estos dramas de época el filme tiene sus buenos momentos

Lo que no me ha gustado

Argumentalmente arriesga muy poco y se muestra con un montaje que no permite que los personajes se desarrollen mucho. Son muchas las cosas que pasan en dos horas y se siente que la elipsis va muy rápido cortando la historia para avanzar.

La dirección y guion no son malos, pero son netamente poco inspirados, a excepción de las dos secuencias que mencioné anteriormente.

7.5

Opinión Final: De alguna manera una agradable sorpresa, no esperaba que la película me gustara de esta forma. Tiene sus buenos momentos, y es ideal para verla después de la película de Gibson, Corazón Valiente. Carece de inspiración, pero nunca aburre en su propuesta.