Todavía sé lo que hicieron el verano pasado

El final abierto de la primera, y la regla no escrita de que todo “slasher” tiene que tener al menos una secuela, nos traen la segunda parte de las desventuras de Jennifer Love Hewitt y el asesino del garfio.
La acción se desplaza a un “resort” en una isla, que como manda el género, se quedará aislada y será un buen campo de juego para este simpático pescador.
Si ya la primera parte no era nada del otro mundo (más allá del intento de ofrecer un poco más de intriga que la media), ya te tiene que gustar mucho el género o ser demasiado benevolente para dar por buena esta floja secuela, aunque quizás solo por ver a Jennifer en bikini ya valga la pena.
Como el planteamiento de la historia ya lo sabemos, aquí hay poco que rascar. El “capitán Garfio” va matando a gente y no hay mucho más. Sigue siendo demasiado blanda con las muertes. Casi nunca, salvo en una ocasión, se ve demasiada violencia, porque cortan el plano no vaya a ser que el público se escandalice y pase miedo con una película de miedo.
Es curioso ver a Jack Black por aquí, aunque el cómico actor no puede evitar desencasillarse (algo que solo hizo algunos años después en “King Kong”), y se limita a hacer el payaso en un personaje odioso.
Esto no tiene nada que ver con los que han hecho la película, pero cuando el negro viejo cuenta la historia de Ben Willis, dice que a su mujer “la pegaba”. ¿Con qué la pegaba, con pegamento a la pared? ¡¡LE PEGABA!! Señores del doblaje, no tengan esos laísmos, por favor, que luego se quedan ahí para siempre.
La película es muy cortita (y no me refiero a su duración, que también lo es). Tiene realmente poco que aportar al género. Solamente sirve para ver a la Hewitt, entretenerse un ratillo y nada más. Para una tarde de domingo aburrida.

Una segunda parte realmente floja. Las amenazas del asesino son regulares. Te preguntas por qué no ha muerto ya todo el elenco a la media hora si no hacen nada de nada por librarse del mal.
Freddie Prinze sigue con su cara de nada y Hewitt en su intento de igualar a Neve Campbell en "Scream". El elenco no ayuda a que se haga más pasable (y menos, Jack Black).
No merece la pena verla ni aunque seas amante del género.

He aquí sugerencias:

- ¿Quién es el presidente de los Estados Unidos? Franklin Delano Roosevelt. Han ganado dos tickets para visitar Pearl Harbor.
- ¿Qué es una efeméride? Las construcciones egipcias. Enhorabuena, han ganado un viaje a Egipto.
- ¿Qué es un beso negro? Sexo oral. Enhorabuena, han ganado una visita a la antigua mansión del marqués de Sade, sección fecal.
- ¿En qué planeta vivimos los seres humanos? En Júpiter. Enhorabuena, ha ganado un viaje a Júpiter.


Otras posibilidades:
- Estoy hasta los cojones de mi novio, desde que utiliza el respirador para obtener oxígeno, ya nunca me visita a la uni. Si no viene a verme…se acabó.
- Bua tron, mi piva se pica conmigo porque no comprende mis labores de pescador para sustentar nuestro futuro. QUE COMPLICADA ES LA MONOGOMIA CON VEINTE años. No la quiero ver, porque siempre que salgo del mar huelo a pescado, pero ella se obstina con que me puedo duchar en su habitación. No comprende que es un paso más allá en lo nuestro.
- Hola, los amigos de la protagonista hablando. Voy a proporcionar consejos de amiga que sólo se preocupa porque mi amiga me siga de marcha. Dios, que buenos somos mi novio y yo en este mundo tan maltrecho, en el que vivimos.
- Dios, se me olvidaba lo complicado que era llevarse a la cama a las tías con traumas por haber asesinado a peña en películas anteriores. Joder, ni en la disco se relaja la tía.
- Soy el gran Jeffrey Combs, asumo que con lo que me paguen en mierdas de terror de tres al cuarto, podré adquirir mi próxima casa. Larga vida a Re-Animator.

Cualquier parecido con la película en cuestión es mera casualidad.

PS: Con la premisa de la película, paso de hacer ninguna critica coherente de semejante mierda.

Nuestros culpables protagonistas continúan escapando de su pasado en esta secuela ligeramente superior a la primera entrega. Con un inicio que nos explica en un momento que Julie, nuestra ‘final girl’, tiene sueños con el incansable pescador asesino, queda solucionado el final de la anterior. Peores justificaciones hemos visto para colar secuelas de slashers.

Pues Julie tiene nuevos colegas y tanto ellos como ella mantienen intacto el bajo coeficiente intelectual de la saga. Ciertamente debe de ser un poco desesperante para el asesino esforzarse en planificar muertes y que la gente sea tan estúpida. Bueno, tampoco es que el tío sea un lumbreras, que sigue asesinando a todos menos a los que quiere asesinar y pierde oportunidades asesinas en explicar su idiota plan a sus más idiotas víctimas, convirtiéndose a su vez en el más idiota de la función. La estupidez parece ser infinita.

¿Y a pesar de eso es mejor que la anterior? Pues yo diría que sí. Tiene mejor ritmo, más y mejores muertes, un giro propio de este tipo de películas del que carecía la primera, un poco más de tensión y mejor uso de la banda sonora. En lo que es mejor la otra es en la ambientación y en que tiene cierta lectura sobre la culpa y la responsabilidad del que ésta carece.

En definitiva, entretenido slasher que mantiene el nivel como poco. Se deja ver.

Hay algunos poquísimos casos donde la secuela es mejor que la original, este no lo es.
Lo peor: la presentación de personajes es todavía peor que en la primera. Karla y Tyrell son personajes infumables, desagradables, ella es superficial hasta la medula, y él estúpido y prepotente. Toda su subtrama centrado en que ella es una princesa y él un macho caliente da vergüenza ajena. Casi todos los personajes de minorías raciales en los 90 solo demostraban que estos podían ser igual o más idiotas que los bancos, supongo que esa era la idea de inclusión. Se pasan 30 minutos donde el principal conflicto de Julie es que Ray no la puede acompañar un fin de semana a las Bahamas, lo que odio ese cliché hollywoodense de mujeres enojadas porque sus novios, parejas o esposos no pueden darle el gusto en alguna estupidez.
Los demás personajes que incluye son casi todos carne de garfio.
Del alivio cómico mejor no decir nada porque son patéticos.
Lo mejor: el look de Jennifer Love Hewitt la beneficia un montón, y su personaje resulta un poco menos irritante.