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Los violentos años veinte

Cine negro. Thriller Estados Unidos, Ley Seca, años 20. Relato sobre los diferentes caminos que siguen tres veteranos que se conocen durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918). Cuando regresan a América tras luchar por su país, tropiezan con el problema del desempleo y con grandes difícultades económicas. Uno de ellos (Lynn) seguirá con decisión el buen camino; otro (Cagney), amargado por la falta de futuro, no encuentra más salida que el contrabando ... [+]
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Críticas 52
Críticas ordenadas por utilidad
29 de marzo de 2013
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Excepcional película del maestro Raoul Walsh, manifiesto existencialista sobre la ascensión y caída del principal protagonista, un veterano de la Primera Guerra Mundial, empujado por las circunstancias a convertirse primero en un poderoso gánster, durante la ley seca, luego en víctima de un amor no correspondido y del crack de Wall Street, hasta llegar a la redención de una forma heroica, aunque a “Los violentos años 20”, siempre se le encasilla en el género del cine gansteril, comienza como cine bélico, luego pasamos al melodrama, para terminar efectivamente como cine de "gánsters".

En realidad es mucho más, es la crónica social de una época a la que da nombre a la película, inspirado en una historia del periodista y luego productor de “Forajidos” de Robert Siodmak, Mark Hellinger, quien estaba bien conectado con gente de los bajos fondos. Como curiosidad hay que decir que Walsh era uno de los pioneros de Hollywood, trabajó de ayudante de dirección de David W. Griffith, interpretó el papel de asesino de Lincoln en “El nacimiento de una nación”, de 1915. Por lo tanto vivió en la época que narra la película.


Hay en este film una rara armonización entre los dos fragmentos que la integran, tanto el ficticio como el documental, llegando por momentos a lograr una envidiable calidad técnica y de textura de los materiales de archivo, recurriendo a la voz en off de los noticiarios como hilo argumental del devenir de los tres protagonistas: Eddie Bartlett (genial, James Cagney), veterano de guerra sin trabajo; Gerorge Hally (Hunphrey Bogart), asesino sin escrúpulos y Lloyd Hart (Jeffrey Lynn), un estudiante de derecho que busca abrirse camino en el mundo de las leyes.

Todo ello en manos del vigoroso Walsh, lo resuelve con una puesta en escena sencilla, que no simple, pues encierra una complejidad y una forma de captar la vida. Dejando que el destino y el azar intervenga de forma directa sobre los personajes. Tampoco es menos letal la presentación de las féminas: Jean Sherman (fascinante, Priscilla Lane), la joven que escribió a Eddie cuando estaba en las trincheras y que quiere abrirse camino en el “music hall”, y Panama Smith (estupenda, Gladys George), una mujer en las antípodas de Jean y con contactos dentro del hampa, enamorada de Eddie, que al no ser correspondida le ofrece su lealtad y amistad.
Antonio Morales
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27 de marzo de 2011
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
En una película de bebedores me extraña no ver a Thomas Mitchell. El hombre que se bebió todo en La diligencia y Río de Plata. El mejor narrador del mundo narró la mejor película sobre la ley seca. Luego llegaría Elliot Ness pero eso es otra historia y no la descalza. Aquí están 27 años antes El bueno, el feo y el malo. El malo es muy malo, el feo no sé quién es y el bueno se lleva al quesito Priscilla Lane. A destacar desde los créditos al final no se puede hacer mejor. Igualarla sería impensable al 99%. De James Cagney y de Humphrey Bogart hablan mejor en google. Pero yo prefiero a Cagney al 100%.
RONNIE JAMES DIO (CUENTA BLOQUEADA)
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26 de mayo de 2015
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Inexplicablemente, salvo en el blog "Esculpiendo el Tiempo", no he visto nunca mencionada esta película en ningún libro o listado de las mejores películas de la historia, ni siquiera del cine norteamericano. Esto me parece increíble porque advierto que estamos ante una auténtica obra maestra. La dirección de Walsh es magistral: tiene un pulso narrativo de gran continuidad, con una precisa combinación de escenas de acción con números musicales, con secuencias semi-documentales de gran calado como las que presentan lo que fué la "Ley Seca" y la que detalla como fué la "Gran Depresión de 1929". En este rubro, considero que Walsh está casi a la altura de lo que lograría 33 años más tarde Coppola con "El Padrino". El guión es preciso, ocurrente y lleno de comentarios irónicos que permiten un lucimiento enorme de los grandes protagonistas que son esa dupla inolvidable que conformaron en pantalla Cagney y Bogart (el que coincida no se pierda "Angels with dirty faces" dirigida por Michael Curtiz). Habiendo hablado de los protagonistas es necesario destacar el rico desarrollo de los secundarios entre los que sobresalen primero Gladys George y luego Frank McHugh (Danny). El montaje es impecable. Los picados y contrapicados están introducidos casi con la misma maestría que lo hizo luego Welles en "El ciudadano". Los números musicales son tres o cuatro canciones muy pegadizas interpretadas de manera muy atractiva por una compradora Priscilla Lane. En fin, no tengo duda alguna que estamos ante una de las 15 mejores películas de gangsters de la historia.
HUSTON
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1 de junio de 2009
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una de esas películas que, si te gusta el género, siempre tienes presente, pues lo tiene todo.

Desde el punto de vista del guión, nos ofrece dos vertientes, una de carácter más documental referente a dos de los acontecimientos más importantes de esa década en EEUU, la Ley Seca y el Crack del 29 y, por otro lado, la vida de un personaje muy trabajado, muy bien representado y muy bien dirigido...

Una historia de ambiciones sin logros completos, de amor sin correspondencia, de amistad sin confianza, una historia de contradiciones...

La elección del actor no podía ser mejor para contar una historia a través de la interpretación, un James Cagney imponente (el que mejor sabe mantenerse, sin pasarla, en la sutil línea de la sobreactuación) en cada uno de los tan diferentes como complicados registros de un complejo personaje, acompañado por una fantástica Gladys llenan una historia perfectamente entrelazada, de enormes subidas y bajadas que requiere golpes de ritmos constantes para mantener una tensión necesaria para seguir el hilo de la historia.

Cuando un director y un actor se mueven en sus terrenos, se nota que disfrutan y son conscientes de que nos hacen disfrutar a todos

Si estas actuaciones están encuadradas en una de las mejores fotografías en B/N de la época, el resultado no puede ser otro que uno de los grandes clásicos del cine negro
Alonso Díaz
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24 de diciembre de 2014
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los violentos años veinte podría pasar por una obra maestra del. Lo que pasa es que Los violentos años veinte va más allá de una obra maetra del género. Y si encima tiene el mejor montaje que hayan visto mis ojos pues mucho mejor. Una obra maestra del cine negro, Una obra maestra en el montaje. James Cagney y su Eddie son los Juan Nadie de la Gran Depresión que tan admirablemente retrata Walsh en una obra que retrata a los humanos con una gran humanidad. Si dieran medallas por hacer gran cine Walsh las tendría de oro macizo y si fueran por los mejores finales dichas medallas serían de un oro mas macizo.
Lloyd
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