La profecía 2: Damien

Después del gran éxito que supuso 'La profecía' no era ninguna sorpresa que estuviesen interesados en continuar la historia, aprovechando también que el final de la original dejaba la puerta abierta a una nueva entrega. Dos años después llegaría sin Gregroy Peck ni Lee Remick (por obvios motivos), siendo sustituidos por William Holden y Lee Grant como sus tíos; Jerry Goldsmith repite en la banda sonora, otorgando de paso una partitura que no tiene mucho que envidiar a su trabajo en 'La profecía', si bien aquí usa aún más las voces de coro.

Esta segunda parte sí que tiene que envidiar a su hermano mayor, si bien puede mantenerse por sí mismo. Por un lado tenemos el estilo continuista con el niño (ahora adolescente) viviendo con otra familia y volviendo a sembrar el mal con la partitura de Goldsmith sonando cada vez que se acerca uno de esos momentos donde las fuerzas del mal hacen acto de presencia; por otro lado, el mismo estilo continuista perjudica también al filme puesto que no da mucho espacio a las sorpresas, salvo la introducción de los cuervos por los perros rabiosos de la película de Richard Donner.

William Holden y Lee Grant como buenos actores que son interpretan sus papeles convincentemente haciendo que en ningún momento haya que echar de menos a Peck y a Remick; eso sí, a quien echo de menos es a Harvey Stephens quien es sustituido por Jonathan Scott-Taylor a quien la sombra de Stephens le persigue. Entiendo que por motivos de guion no había cabida para Stephens (quien solo tenía ocho años en el momento de la continuación y el filme retrataba ya a un Damien adolescente), mas es inevitable no acordarse de él a pesar de los intentos de su sucesor para hacer el mejor trabajo posible.

Así mismo, el guion tiene fallas que podrían haberse solucionado fácilmente si hubieran prestado un poco de más atención especialmente en dos aspectos: uno es el conflicto interno de Damien que debería haberse aprovechado mucho más, dejando solo unos pocos momentos, haciendo así más atractivo el filme y otro es la, en parte, confusa escena final.

Esperado bajón respecto a la gran película de 1976, si bien se mantiene de forma sorprendente y su mayor honor será formar parte del grupo de "segundas partes también pueden ser buenas". La tercera entrega ya veremos si hay que mandarla al infierno o no.

Una buena secuela, aunque comienza mal, ya que si no mal recuerdo, el final de la primera, el niño se lo quedaba el presidente de los EE.UU., aquí es el hermano de la primera parte...

Quitando esto, como he dicho, está bien la secuela, aunque es un poco más de lo mismo, no mucho argumento, ya que repite bastante la tónica de la primera: cosas que pasas, investigación, darse cuenta de la situación.

No ofrece gran cosa más.

Interesante cinta con un elenco comandado con William Holden, acompañado de la atractiva Lee Grant, a quien conocimos como la guarra esposa de Christopher Lee en Aeropuerto 77; y de un joven Robert Foxworth. La cinta sigue la senda de la primera parte, donde Damien ahora vive con el hermano de su padre. Tiene momentos inquietantes, aunque no demasiado. Sin embargo, sobre el final, me sorprendió el giro que toman los acontecimientos (más en Spoiler). Lindas locaciones en la nieve y en general, la cinta nos mantiene expectantes.

El final abierto de "La profecía" era perfecto para una película de terror en la que el mal ganaba. Pero el éxito conlleva hacer secuelas, y lamentablemente, en la época en la que se hizo esta, era una regla no escrita que toda segunda parte era peor que la primera.
Por suerte, aunque es claramente inferior a la de Gregory Peck, sigue siendo lo suficientemente buena.
Hay un cambio de planteamiento con un Damien joven en una academia militar. No es consciente de su "satanidad", pero se siguen produciendo cosas chungas a su alrededor. Aparecen cuervos que no son precisamente como el de Brandon Lee. Pero este muchacho ya no da ni la mitad de miedo que cuando era niño y apenas hablaba.
Sigue siendo más de suspense que de terror, y la ambientación e investigación sobre la figura del anticristo es muy interesante, aunque ya digo que mucho menos que en la primera, en la que el guion de David Seltzer nos descubrió a muchos a este personaje del Apocalipsis encarnado en la era moderna. También es verdad que, aparte de todo esto, la primera me impactó porque la vi de niño, y esta la vi mucho después.
La música de Jerry Goldsmith baja también mucho puntos. Sigue siendo inquietante, pero muchísimo menos que ese inolvidable coro satánico en latín de los créditos iniciales de "La profecía". Ahora mezcla las voces con instrumentos modernos, y le queda una cosa bastante extraña, que me gusta pero que no es genial.
Es, en definitiva, una secuela al uso, que cambia cosas pero en el fondo sigue un esquema parecido a la original. Eso sí, todos los aspectos cinematográficos y de calidad están algunos escalones por debajo de la otra.

Sigue la misma dinámica que su primera parte pero en general se ve un poco más floja, sobre todo en su fotografías y su banda sonora. El guión es el mismo pero siete años después. Cada persona que sospeche de Damien o le quiera hacer daño morirá mediante un "accidente" al más puro estilo 'Destino final'. Algunas de estas muertes están más curradas que en la primera parte pero tampoco nada realmente impresionante a día de hoy. Lo más interesante es que van modelando poco a poco la personalidad de Damien dándole cada vez más protagonismo. Lo demás es más de lo mismo pero con la calidad ligeramente inferior.

Merece la pena como segunda parte de la saga, como película independiente no es gran cosa.