Sigue la misma dinámica que su primera parte pero en general se ve un poco más floja, sobre todo en su fotografías y su banda sonora. El guión es el mismo pero siete años después. Cada persona que sospeche de Damien o le quiera hacer daño morirá mediante un "accidente" al más puro estilo 'Destino final'. Algunas de estas muertes están más curradas que en la primera parte pero tampoco nada realmente impresionante a día de hoy. Lo más interesante es que van modelando poco a poco la personalidad de Damien dándole cada vez más protagonismo. Lo demás es más de lo mismo pero con la calidad ligeramente inferior.

Merece la pena como segunda parte de la saga, como película independiente no es gran cosa.