La cruda verdad

Una cadena de televisión. Una productora con unas audiencias bajas. y un ejecutivo que busca rendimiento en la figura de un capullo que tiene un programa telebasura sobre el sexo en una cadena local. Ahí están los ingredientes, ahora sólo falta combinarlos en los pasillos de la cadena, y ya tenemos el cocktail servido: amor, sexo, tópicos, happy end.

La historia es un refrito del género, de la comedia reciente estadounidense, en el que él hace de hombre troglodita que únicamente piensa en el sexo, y ella de mujer sensible que busca algo más allá de lo que hay entre las piernas. Estereotipos que se vendrán abajo cuando, poco a poco, entre ellos, vaya surgiendo el amor, un amor desmitificador, a la par que cursi. Tópica y floja. No aporta nada, a los diez segundos de finalizar ya ni te acuerdas de lo que acabas de ver.

Holywood nos va intercambiando actores en las comedias románticas, como si fuera una partida de poker, y es que no se puede sacar mucho más del género salvo alguna película excelente de cada 10, que si bien no son malas el resto, digamos nos hacen rier. De vez en cuando sienta bien llegar a una donde la sangre es nueva como ocurre en La cruda realidad con Heigl y Butler, dos actores en alza que cumplen con creces.

Por culpa de una buena amiga que desea torturarme la he visto desde una fila 2, y sí, me empieza a gustar Katherine Heigl, he podido apreciar desde las pestañas hasta cada leve gesto de su ojo, y ha tenido oportunidad porque su personaje es inquieto, divertido y muy expresivo. Como productora de un programa de televisión en busca de su hombre ideal se topa con un chocante Mike Chadway algo misógino que sin embargo le enseña la caja de pandora masculina; cómo conquistar a un hombre siguiendo sus instintos.

Me quedo con la escena de las bragas, donde lía a los presentadores, y el ascensor -Qué tontos nos ponemos los humanoides cuando del primer beso se trata-.

La verdad es que cuando entre a ver la película, me esperaba la típica comedia romántica, entretenida para pasar el rato, con sus puntos de risa y su final feliz; pero me encontré algo mucho mejor... Una comedia que desde que empieza hasta que termina, no paras de reir...

Katherine Heigl se está convirtiendo en una de las reinas de la comedia poco a poco, y Gerard Butler ha pasado de enseñarnos musculitos en 300 a ver que el tío tiene algo más para dar que solo físico, haciendo de tio super duro y salido al principio, para después mostrarnos que a pesar de todo tiene su corazoncito (oculto pero lo tiene...). También hay que mencionar al "doctor macizo" de la pelí.. que es igual de guapo que de tonto desgraciadamente, un buen relleno para el guión

Aunque como todas las comedias, antes de empezar ya sabes como termina, no decepciona en absoluto, el caracter "bipolar" de la prota que pasa de histerica controladora a loca lo que tarda en tomar aire para la siguiente frase..

A tod@s los locos de la comedia les gustará y a los que no también, su humor verde recuerdan a La cosa más dulce, siendo esta un poco más "light"; se echan en falta este tipo de comedias, donde de verdad cuando vas al cine pagas para pasar un buen rato, no para que lo mejor de la película sea el trailer como pasa en la mayoría de los casos...

Un saludo!

Que Robert Luketic quiera repetir el típico argumento con los simplones golpes de humor me parece bien. Pero que Katherine Heigl o incluso Gerar Butler acepten un papel como éste... quiero decir, Katherine maja, tú hace unos años actuabas en una serie tan magnífica que se llamaba Roswell, e incluso en Grey's Anatomy pareces un poco más interesante.

En fin, película totalmente predecible y muchas veces aburrida. ¿Que si tiene algunos golpes de humor? Pues sí, pero en tanto tiempo mirando a la pantalla es muy difícil que no te rías ni una sola vez (entonces la nota sería un 1).

¡Toda la ciudad llena de carteles para esto...! De verdad, qué fácil es hacer una "comedia romántica", por favor... yo criterio tengo poco, cierto es, pero esta película si que no la paso... Prometía muchas risas y tal, pero yo... ni forzando el gesto, oiga. Las bromas obscenas tan terriblemente previsibles y sencillas que tiene la película, ya no hacen ni pizca de gracia. Igualmente los decorados más falsos que Judas. Igualmente la repetición incansable del tipo duro que se ablanda, de la chica blanda que se vuelve dura. Me esperaba mucho más de este director.
Le doy una estrella, porque el tío es muy máquina y al final pondré en práctica sus trucos. Más le vale que funcionen o le bajaré la puntuación (aún más).