Mi gran boda griega 2

Lo mejor de todo es que el director conserva todo lo que funcionó en la primera película:

· El casting original: son los mismos actores, que por cierto se conservan de maravilla aunque algunos años mas viejos todos.

· El objetivo de la historia: no ha querido echar por tierra lo ocurrido en la primera parte, ni sorprendernos con giros inesperados, con lo que la ingenuidad de la primera parte se extiende a esta segunda, no se rompe. Los personajes son lo que son, con sus manias y sus tics sin que el tiempo les haya cambiado.

· El guion sin pretensiones: solo trata de hacer pasar un buen rato, una trama que solo busca divertir y entretener a toda la familia.

Es verdad que al ser un patrón de la primera no es tan divertida y tiene menos momentos cómicos pero creo que es un acierto para un publico que va a ver que pasó con la familia que le hizo reir hace 15 años. Y a diferencia de la película “la familia, bien gracias” que se cargaba la magia de las dos anteriores, esta continua con el buen rollo y la diversión, esta familia Portokalo sigue muy bien.

Mi gran boda griega, con un presupuesto muy pequeño, fue un éxito de taquilla allá por el verano de 2002 en cines de norteamérica. Fue tal el éxito que llegó a convertirse en una serie de televisión, conservando el mismo título. Nia Vardalos escribió el guión de la primera entrega, y la trama trataba de una chica llamada Toula Portokalos, cuya familia estaba preocupada porque a sus treinta años todavía no había encontrado un hombre en su vida ni se había casado. Cuando la chica menos se lo esperaba se le aparece en su vida un muchacho llamado Ian Miller con el rostro de John Corbett. Y bueno, el resto es historia. Catorce años después la misma actriz y guionista, Nia Vardalos, se ha encargado de escribir el guión de la secuela. Joel Zwick cede las riendas de la dirección a Kirk Jones, cuya filmografía empezó con el film Despertando a Ned (1998) junto a films como La niñera mágica (2006) o Qué esperar cuando estás esperando (2012).

En muchos aspectos se parece bastante al original, salvo que hay añadidos como que, esta vez, aparece la hija adolescente de la pareja protagonista que ya está preparada para ir a la universidad. La mayoría de los actores que formaban el reparto de esta gran familia repiten junto a nuevos rostros como los de la mujer de Tom Hanks, Rita Wilson, el recordado tío Jesse de Padres Forzosos, John Stamos y los jóvenes Elena Kampouris (interpretando a la hija de Toula e Ian) y Alex Wolff (actor y músico, hermano del también actor y músico Nat Wolff).

No pasará a la historia por ser una obra maestra de la comedia, pero es muy divertida, entretenida y consigue hacerte reír durante menos de cien minutos.
A quién se lo pasó en grande, o le gustó sin más, con Mi gran boda griega, tengo la sensación, el presentimiento, de que se lo pasará igual de bien con esta segunda entrega. Esta familia es de lo más disparatada y el padre es para darle de comer aparte. Mi nota final es de 8/10.

Cuando lo mejor de la película es que nos hace recordar que la primera parte fue buena, hay un problema de fondo. Intenta, sin lograrlo, prolongar la chispa, lo naturalmente espléndido de su primer guion, del frescor de sus diálogos de antaño, de la gracia de sus diálogos, de la innovación del tratamiento del tema estrella: el amor y la familia... pero ante el reto de mantener esas cualidades (añadiendo un posible nuevo valor innovador), nos quedamos en una sucesión de "sketchs" con sonrisas puntuales, sin gracia consistente y sin un punto final que alcanzar... no sabemos hacia donde nos lleva un guion frío, distante y deshilachado. A pesar de que la nostalgia nos invade al saber más de esta familia, de sus vicisitudes y arraigos, el material no llega ni a la suela del éxito alcanzado por la modesta primera parte (a lo mejor ahí radica el problema, la falta de modestia inicial del guion).

Lo malo cuando se juzga una secuela es pensar en la primera. Y se compara, claro. Y muchos caen en lo de "nunca segunda partes fueron buenas" (afirmación exagerada porque hay un montón de excepciones).
Pero si se mira esta comedia en sí misma, divierte, entretiene y pasa sin tropiezos en una historia sencilla, con personajes divertidos.
Luego está que da gusto ver a una familia compleja, un poco loca, pero en la que la gente se quiere. Y no está nada mal meter un poco de buenos sentimientos en el cine de hoy, lleno de monstruos, terror, vampiros, comedias exageradas, chistes del peor gusto y personajes olvidables.
No es lo que se dice una gran película, pero es buena, con algunos detalles que hacen reír y otros que emocionan.
Se pasa bien viéndola y esto el algo que no se puede decir de muchas otras,

De verdad que hay veces que no tengo ni idea de porqué acabo viendo una película, y ésta es una de esas veces. Mi Gran boda Griega supuso en su momento un auténtico pelotazo de público, una de esas películas que caen bien y no tienes muy claro el porqué. Y es que a mí no me gustó la primera entrega, llamadme raro.

Ahora, un número indeterminado de años después (no he tenido ni ganas de buscarlo) nos encontramos con la secuela, una película que nos lleva de vuelta a esa familia un tanto peculiar formada por griegos orgullosos de serlo y que se metía en todo lo que hacían los demás.

El argumento de la película es totalmente intrascendente, una simple excusa para reunir de nuevo a los personajes de la original y meterles otra vez en los problemas de ser una familia tan unida, pero en ésta ocasión teniendo en cuenta la cantidad de años que han pasado y los nuevos problemas a los que se enfrentan.

Es una película mala, así os lo digo, una de esas que te aburre desde el primer minuto y que viene bajo la etiqueta de comedia romántica. Pues bien, quizás tenga sus toques románticos, pero en la hora y media que dura no me he reído ni una sola vez, y sólo he esbozado una sola sonrisa (fácil de contar).

Es de esas películas que parecen hechas con aburrimiento, con unos actores que están para pagar el alquiler (lo de los niños es de ostia con la mano abierta) y un director que busca hacerle un favor a alguien.

Sosa, falta de ritmo, sin gracia y con unos actores a los que se la suda totalmente. Atractivo? Ninguno. Pura pérdida de tiempo.

Vale, no es una película de serie B, ni está mal hecha, es simplemente intrascendente y no te aporta nada, ni siquiera entretenimiento. Al menos es corta.

No sé si el problema es mío (que viendo las notas no lo parece) o que simplemente no conecto con éste tipo de humor (como demuestra que no me guste la primera entrega), pero el caso es que no la puedo recomendar a nadie, quizás si os encantó la primera podáis darle una oportunidad, aunque creo que os chafará el recuerdo más que otra cosa.