MacGyver (Serie de TV)

Me temo que mi devoción por el personaje más astuto de la historia de la televisión me hace pensar que me puedo estar transformando en la trilliza de las hermanas de Marge Simpson. Aunque lo mío no sea por considerar a Richard Dean Anderson un sex symbol, sino porque la voz del viejo Angus fue como la voz de mi conciencia.

Esa voz en off de Anderson es el mayor acierto de la serie. Usualmente estas benditas/malditas voces suelen ser consideradas una molestia, pero en el caso de MacGyver era lo que te hacía parte de la historia. Eras su cómplice y su alumno. Escucharla era un ejercicio de desestrés, de pasividad, tan amena e instructora, y al escucharlo sabías que al final MacGyver era capaz de inventar la pólvora con dos gramos de harina mientras que con la otra mano fabricaba un revólver casero con pedazos de metal sacados de una vieja olla.

A veces la trama era muy ingeniosa y a veces lamentablemente decaía. El mayor problema de esta serie era esa irregularidad en cuanto a guión. Había capítulos súper intrigantes donde MacGyver actuaba como espía, y otros en los que este caía en la situación por casualidad como estar comiendo en un restaurante y que alguien entre a robar. En estos últimos capítulos es donde se puede encontrar de todo, algunos eran buenos y otros una mierda, sobre todo si la curcilería se apoderaba de la premisa, porque no olvidemos que Mac era el hombre más bueno del mundo, él siempre velaba por la seguridad de los más débiles y los malos en esta serie eran la mierda más grande del planeta.

Pero lo importante es que pese a los tropiezos, la serie nos regaló muchos momentos geniales y a uno de los personajes más inolvidables de la TV ochentera. Por la razón que sea no te olvidarás del hombre que desactivaba bombas con un chicle. No por nada hoy hay un refrán que se dice cuando alguien pretende realizar una hazaña casera imposible: "hombre, ni que fueras MacGyver".

Lo mejor: los inventos caseros y la voz en off que con algo de ironía te iba diciendo lo que se iba a inventar.
Lo peor: los capítulos cursis donde MacGyver terminaba protegiendo a algunos pueblerinos amenazados por malos malísimos.

La serie ha envejecido mal, la verdad, y gran responsable de ello son los peinados y las camisetas sin mangas del protagonista. Sin embargo, es muy cierto que ciertos capítulos son muy ingeniosos, endiabladamente divertidos, y debe reconocerse el mérito de hacer una seri en los 80 cuya puntal es la inteligencia de un tipo que, por otra parte, se supone que era de algo parecido a la CIA pero en versión mimosin. Por tanto, esta muy por encima de la esencia fascista de El equipo A, el despropósito culinario de V o el tunning chusco de El coche fantástico.

Por cierto, esta serie será recordada más por la fijación psicopática de las hermanas de Marge Simpson que por la serie en sí.

Crítica 1:
-Cómo recuerdo esta serie de cuando era niño-
Es la mejor serie de los 80. Un héroe que nunca usa armas ni mata a nadie. Utiliza la astucia y sus conocimientos de física y química para resolver las situaciones. Siempre encuentra salida a todos los peligros. Sus aventuras le llevan a recorrer todo el mundo y cada episodio es totalmente distinto del anterior.
En las primeras temporadas hacía misiones de rescate para la fundación Fénix en el entorno de la guerra fría. El estilo bebía de James Bond, salvando las distancias. Pero todo se fue diversificando y podemos ver a MacGyver de entrenador de boxeo, en una ensoñación en la Edad Media, buscando el Santo Grial, educando a chicos conflictivos o salvando a especies en peligro de extinción. La variedad es una de sus características. Cada historia era un mundo.
Recuerdo muy bien esta serie. La llegada de cada nuevo episodio era un acontecimiento para mí, en una época donde solo teníamos los primeros vídeos VHS para poder repetir el capítulo una y otra vez. Disfrutaba muchísimo con sus aventuras, y aprendía muchos valores morales y humanos con su personalidad, siempre altruista y dispuesto a ayudar a los demás. Una delicia de serie que se pasaba volando y cuando por algún motivo me perdía la entrega de la semana, llegaba hasta a llorar. ¡Excelente!
Nota: 10

Crítica 2:
-Después de volver a ver la serie casi 30 años después-
Richard Dean Anderson es un actor muy malo que gracias al carisma del personaje que encarna consigue llevar medianamente bien el peso de esta serie hecha con muy pocos medios.
Los efectos especiales son desastrosos. Los decorados son de cartón piedra y se nota, sobre todo cuando a MacGyver le da el punto de emular a Indiana Jones. Los guiones son absolutamente previsibles. Por ejemplo, siempre que parece obvio quien es el malo, luego resulta que no lo es. Y el enemigo Murdoch nunca muere, no importa que caiga de un montaña.
Es totalmente absurda. Además muchos episodios copian argumentos de películas. Hay remakes de "Cuando ruge la marabunta", "El golpe", retazos de "Indiana Jones y la última cruzada" y "La amenaza de Andrómeda", y muchas ideas sacadas de cientos de títulos.
Lo peor de todo son algunos episodios donde se les va la olla y descolocan a MacGyver, poniéndolo contra una secta vudú o incluso en el lejano Oeste. ¡Ridículo!
Es muy distinta la visión de la serie en la actualidad con los ojos de adulto a cómo la recordaba cuando la vi de chico. El tiempo no perdona, nunca.
Nota:2

Así que la nota media sería un 6.

Es una serie donde no habia sangre, ni muertos un poco como en el equipo A. Macgyver con su chicle haciendo bombas caseras. Un poco fantasmada, pero muy entretenida. Para pasar el rato

Este sencillo, común y corriente héroe intelectual ha logrado muchas hazañas para sortear y resolver problemas, misiones y retos que se le atraviesen cuyo nombre verdadero era Angus McGiver proveniente de varias escuelas universitarias, en especial, la de Phoenix. Mediante sus simples herramientas: clips, encendedores, chicles, llantas de neumáticos y su favorita la navaja suiza todos alamacenados a su mochila. Su arma letal que más usa es su inteligencia y así salir avante de todos los peligros.
Tiene amigos, aliados y hasta enemigos con lo cual McGiver debe tener mucho cuidado a cada misión que afronta.
Serie sorprendente, sagaz y un toque impredecible para ponerle cuidado a cada diseño y construcción de planes y conllevar al éxito.
Para pasar un buen rato y aprender a ser muy ingenioso en todo. No siempre teniendo los materiales de alta gama funciona, mas sí es necesario, e incluso, al tener elementos simples sirven mucho. Ninguno como McGiver, la meta la pone él mismo y el límite también.