Haz click aquí para copiar la URL
Argentina Argentina · Hija no reconocida de Madonna
Críticas de Ketty Analfer D
Críticas 587
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
8
3 de enero de 2024
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Causa gracia y cierta suspicacia el "ardor" que ha generado esta película, supuestamente atribuido a su ambición comercial, mientras se alaba a los talentos creadores de los "Avengers", los "Star War", los "Toy Story" y homólogos (todos grandes vendedores de juguetes). Parece que las estrategias de marketing molestan de forma algo selectiva.

Es innegable la retroalimentación entre el arte y el capitalismo, en el caso de "Barbie" está claro que Mattel ha aprovechado una causa noble como el feminismo para levantar el precio de sus acciones, mientras que Gerwig se ha valido del capital de la empresa para financiar un proyecto que es mucho más personal de lo que aparenta. Sin el dinero de la marca esta película es impensada pero eso no quiere decir que el talento de la artista esté al servicio del marketing, al menos, no más de lo que el dinero está al servicio de la creatividad artística, similar a lo que ocurre con Marvel, Star Wars o Pixar.

El acierto del film radica en elegir deconstruir (perdón por usar esta palabra) a la muñeca, ella cree ser el origen del empoderamiento femenino pero en realidad representa todo lo opuesto: estigmatización e ideales de belleza inhumanos. Es por eso que los hombres no pintan nada en la película, porque los niños no juegan con muñecas y no se ven estigmatizados por las mismas, por eso son el decorado del film. Otro detalle que generó "ardor" desmedido e hipócrita, mientras las mujeres nos hemos fumado décadas de cine donde las señoritas funcionan de mero decorado, incluso en muchas películas consideradas obras maestras (véase cualquier western clásico) y en otras transformadas en clásicos del séptimo arte (toda la saga James Bond).

Es menester decir que el guion no es tan osado como parecería, la narración es clásica, sigue el arco narrativo del camino del héroe (heroína, en este caso) y termina por ser un blockbuster musical (nota para FA: agreguen el tag) tremendamente entretenido. Lo que mejor funciona es la autoparodia de la propia Mattel que "reconoce" sus errores (aunque esto sea una forma más de generar empatía por el producto, o sea, el CEO es Will Ferrell). Varios chistes como la presencia de publicidad obscena o el recuerdo de los muñecos discontinuados (por inapropiados o ridículos). La mirada generacional, la mamá millennial que reconoce su cariño hacia muñeca y la hija centennial consciente del estigma generado por el juguete. Hermosa la escena en que Barbie ve a una vieja sentada en el banco y se emociona.

Luego, hay comentarios sobre la sororidad, la lucha contra el patriarcado y otros detalles en los que no se ahonda, y por supuesto, la revolución de los Ken que es el giro de guion que necesita para que funcione la aventura y que nada tiene que ver con la guerra de los sexos.
Ketty Analfer D
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
6
2 de noviembre de 2023
Sé el primero en valorar esta crítica
Un film cuyo mayor logro es dar vuelta los roles tradicionales de género de las historias de hadas: ella es el príncipe azul inalcanzable y él la cenicienta afortunada. Más allá de eso no hay nada particularmente nuevo, tampoco es que esta rotación de roles provoque un debate filosófico ni mucho menos.

Los secundarios son los que sostienen la narración al ser, posiblemente, más carismáticos que las dos estrellas protagonistas, y tener historias personales mucho más interesantes que lamentablemente no son desarrolladas. Tampoco el guion se la juega por darle algo de pimienta al asunto haciendo que los protagonistas al menos tengan que enfrentar algún dilema emocional (* spóiler).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ketty Analfer D
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
4
20 de octubre de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si tengo que admitir un placer culpable en el cine, diré: "vampiras lesbianas". Un subgénero del terror «explotaition» muy popular en el cine europeo de los '70s, principalmente tras el éxito de la Hammer. Obviamente estas películas no eran feministas, ni mucho menos, sino que estaban destinadas principalmente a un público masculino heterosexual ávido de soft porn.

El siglo XXI tiene un nuevo «explotaition» llamado «young adult», películas hechas para chicos de entre 11 y 17 años con temáticas de «coming of age», algo que traducido sería: "pelis de adolescentes lidiando con su crecimiento". Cuando la cosa se hace más o menos bien tenemos sagas como "Harry Potter", y cuando no, engendrillos como "Crepúsculo".

Un día, en una telenovela mexicana (o turca, como está de moda ahora), se cruzaron Buffy la cazavampiros, Romeo y Julieta, le pidieron guita a Emma Roberts y Netflix, como siempre, le dio luz verde a cuanto engendro le presentaron. Las expectativas sobre "First kill" no eran altas, pero al menos esperaba una vuelta de tuerca feminista sobre el subgénero.

La serie desborda un progresismo barato, en esta ciudad de ricos (tendrían que ver las mansiones y los autos que manejan) ni lo racial ni lo homosexual escandaliza a nadie, el rechazo solo se manifiesta hacia "los monstruos", ah y los vampiros son una comunidad matriarcal (esto último es hasta interesante). No obstante, y pese a que el punto de partida parece atractivo, está realizada con una falta de imaginación tan grande que asusta, los personajes pasan de una escena a la siguiente, de una emoción a otra, sin despeinarse (es gracioso la cantidad de veces que las chicas desobedecen a sus padres y cero consecuencia). Hay voces en off chirriantes repitiendo frases cursis con menos poesía que una canción de barra brava. La tendencia «tiktokera» también se hace presente, te ponen un tema pop distinto cada 30 segundos, al final de la serie te escuchaste como 20 o 30 álbumes de Taylor Swift (y sus «copycats») y 10 u 12 álbumes de raperos negros (porque son inclusivos, of course). Todo lejos de la maestría estética y narrativa de directores como Jean Rollin o Jesús Franco, que pese al «explotaition» siempre ofrecían arte en sus imágenes.

Lo importante: el romance juvenil, pasa a un segundo plano, son muy pocas las escenas interesantes entre las protagonistas y mucho el tiempo invertido en subtramas y personajes secundarios (seguramente pensado para subsiguientes temporadas). De estos últimos, solo generan interés, la hermana "devoradora de chongos", y la madre (adoptiva [?]) del amigo negro que es una señora blanca sureña con sobredosis de bótox que realmente causa mucha gracia; Elizabeth Mitchell interpreta al mismo personaje que en "Lost" (2004): la buena en el grupo de los malos que intenta mantener el equilibrio; y el resto son muy olvidables.

Nada diré de las "nuevas reglas", donde los vampiros caminan bajo el sol sin prenderse fuego (por lo menos no le sale brillantina en la piel) y otras abominaciones. No es que sea purista pero despojar de caracterización a los monstruos solo los hace más superficiales, lo que tampoco ayuda a dar cuerpo a la narración.

Ya hace unos años aborrecimos otro engendro similar, también producido por una «millennial influencer»: "13 reasons why" de Selena Gómez. Éste era peor porque encima tenía ínfulas de seriedad. Siempre aplaudí la iniciativa de Netflix de arriesgarse con proyectos que no tendrían oportunidad en ninguna otra empresa de esa envergadura, porque así obtuvimos series como "Orange is the new black" (2013) o películas como "Roma" (Alfonso Cuarón, 2018); pero creo que va siendo tiempo de que pongan un orden porque se ha hecho muy difícil filtrar el contenido de la plataforma.
Ketty Analfer D
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
25 de septiembre de 2023
Sé el primero en valorar esta crítica
Esto es quizás lo más próximo a los hermanos Marx que llegó a estar Cantinflas y también el punto más álgido de su carrera, ya que luego de este éxito se dedicaría a repetir el mismo personaje, con menos gracia, hasta el agotamiento.

Lo que diferencia a la película de Bustillo Oro de las incontables colaboraciones con Delgado es que el guion no está escrito para el lucimiento exclusivo de Cantinflas sino que éste forma parte de un reparto coral de actores relativamente equilibrado. En sus sucesoras aventuras la premisa sería siempre la misma: Cantinflas es contratado para un trabajo precario para el cual no está capacitado, esto genera una serie de eventos desafortunados, y al final todos aprendemos alguna "valiosa" lección sobre la igualdad y el respeto. Pero en "Ahí está el detalle" no hay nada de eso, ni Cantinflas disimula su holgazanería, ni hay imposición de cándidas moralinas, ni ricos ávidos de cátedra moral; sólo una comedia de enredos, circunscripta, eso sí, en un contexto social de brecha de clases muy evidente.

Es casi redonda y con gran «timing» cómico, quizá la escena del juicio se alargue un poco y en términos generales le falte humor físico, aunque, de todos modos, Cantinflas siempre se lució más con su verborragia (hermanos Marx) que con el slapstick (Chaplin).
Ketty Analfer D
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
5
25 de septiembre de 2023
Sé el primero en valorar esta crítica
Desde que Don Siegel hiciera "La invasión de los ladrones de cuerpos" (1956) se han hecho varios remakes directos de «Body snatchers» y un sinfín de versiones alternativas al borde del plagio. Lo cierto es que el concepto de los alienígenas que se apoderan del cuerpo humano es muy rico y sugiere un interesante debate sobre la esencia humana: el alma, el cerebro, los sentidos, etc.

Lamentablemente Andrew Niccol (y supongo que la nefasta Meyer, aunque no leí la novela) toman este concepto y lo transforman en un «melodramón» adolescente digno de telenovela. Lejos de profundizar en el aspecto filosófico de la disputa entre la humana y su invasora alienígena, la película prefiere mostrarnos un triángulo amoroso solo apto para melosos. Las explicaciones de por qué se pretende exterminar a la raza humana son extremadamente superficiales y casi ni están abordadas. La protagonista parece una esquizofrénica, un cuerpo donde habitan dos personalidades, la chiquilina va hablando consigo misma, un día está enamorada de un pibe, al rato del otro, si la besa el equivocado se le saltan los tapones, etc.

"La huésped" no es malísima pero está plagada de malas decisiones. Los diálogos son vomitivos, un derroche de almíbar interminable que no aporta casi nada; los monólogos entre las dos personalidades carecen de gracia, no solo por la falta de profundidad en los conceptos metafísicos sino por la puesta en escena misma: Ronan, que es una demostrada gran actriz, está totalmente desaprovechada y mal dirigida, no hay casi matices que diferencien a la humana de la alien (ni en la voz, ni en la letra); tampoco se preocupa en desarrollar la pelea física por el dominio del cuerpo. Ni siquiera desde el plano visual hay mucho que destacar porque resulta un pastiche de escenarios ya vistos como el planeta distópico desértico y tecnológicamente antagónico tipo "Dune" o "Resident evil", incluso los lentes de contacto recuerdan a "Village of the damn" (a ambas, pero incluso más a la versión en color de John Carpenter).

Es una pena porque Niccol ha demostrado de sobra que es un gran argumentista capaz de las ideas más originales como "El show de Truman" (Peter Weir, 1998) o "Gattaca" (Andrew Niccol, 1997) pero le falta ingenio para despegar lo esbozado en el libreto, a veces incluso para transformar esos conceptos tan únicos en un buen guion.
Ketty Analfer D
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow