Mona Lisa

Una de las primeras películas del siempre interesante aunque también irregular Neil Jordan. Se trata de una interesante neo noir original bastante bien dirigido y mejor interpretado por un elenco en estado de gracia. Un Bob Hoskins espectacular y magistral, en uno de esos papeles de tipo pequeño pero con una mala leche que tira de espaldas pero con buen corazón. Este actor desgraciadamente desaparecido sabe inculcar a sus personajes ese mal carácter repleto de credibilidad que destila humanidad. El gran Michael Caine no le va a la zaga en este film.
En definitiva, un interesantísimo retrato de los bajos fondos londinenses, de esa suciedad, mezclado con una terrible historia de amor, donde en la que la decepción y la desilusión terminan reinando, lo que hace que el film gane en realismo y en verosimilitud. Imposible no empatizar con el personaje de Bob Hoskins, que se siente arrastrado por un sentimiento de lealtad y deber que viene derivado de un amor incondicional que siente por una femme fatale que se aprovecha de su honradez y de integridad. Muy recomendable.

Tercer trabajo de Neil Jordan como director, en una historia original que gozó del favor de la crítica y catapultó a la fama a su protagonista, un espléndido Bob Hoskins, que aquí interpreta a un rudo y violento ex-presidiario, que acepta un trabajo de chófer para una prostituta de lujo. Ella le pide a su vez que investigue el paradero de una compañera suya drogadicta.

Hoskins, que encaja perfectamente en el papel por su apariencia agresiva, demostró también ser capaz de reflejar sentimientos y acaba enamorándose de la puta a la que acepta ayudar. Investiga el paradero de la chica en los ambientes más sórdidos de Londres, conociendo a toda clase de turbios personajes, entre ellos un repugnante Michael Caine encarnando a un proxeneta, en un breve pero notable papel.

Fotografía de Roger Deakins, música de Michael Kamen, y el famoso tema que da título a la película de Nat King Cole sonando de fondo, además del maravilloso "In too deep" de Génesis, en una de las películas más interesantes de los ochenta.

No hay acción, no hay una gran trama detrás y Michael Caine apenas hace acto de presencia. La película se deja ver como tal, no aburre mucho, pero el personaje de Bob Hoskins (que por otro lado en mi opinión tiene actuaciones mucho más impresionantes y memorables) comete el tremendo error de amar a una persona...

No sé si calificarla como una gran película de amor o una gran película de detectives. En todo caso estamos ante una obra notable. Bob Hoskins interpreta exitosamente la frágil ternura de los humillados y ofendidos en una historia que gira alrededor del amor y del dinero, motivaciones supremas de los monos listos que somos, sobre todo en ese contexto donde se malvive de ellas o sus sucedáneos como es el del hampa. Sobre los bajos fondos londineneses se proyecta la misma mirada sucia que en la Nueva York de "French Connection", con un mundo del sexo venal que es el infierno cotidiano al que se desciende en busca de la Eurídice venial. No falta el toque posmoderno -dos amigos que se cuentan historias- que ironiza sobre cualquier trascendencia del relato, al fin y al cabo un texto más en la infinita narración que es la realidad. Pero considerarse en un plano de igualdad con el resto de relatos posibles es un fallido acto de humildad cuando son tantas las excelencias.

El Neil Jordan de los comienzos adora los bajos fondos y los outsiders. Aparte del fantástico, otras de sus constates, siempre ha tenido inclinación por seres marginados y amores imposibles o directamente tormentosos. "Mona Lisa" es la obra que lo lanzó a la órbita y posteriormente, ha reincidido en personajes situados en el lado malo de la ley o de la moral. Pasa en "Juego de lágrimas" o "Un buen ladrón".