Pablo Escobar, el patrón del mal (Serie de TV)

Las bionovelas para recrear a algún personaje ya sea nuestro o extranjero, es el mejor plan para arrasar audiencia,pero pocas veces para comprender quien fue tal personaje y el legado que dejó. Una de ellas es Pablo Escobar, el patrón del mal.
Aunque la bioserie fue un tremendo éxtio, pero también sobrevalorado, ha traspasado fronteras sobre el manejo impecable pero violenta en la que se hizo una investigación meticulosa -aunque quería saber con ansias cuál es el origen del narcotráfico y por qué aún sigue insertado en Colombia y las repercusiones mundiales que ha tenido sobre este eterno flagelo-, y lamentablemente no se ha contado a lo largo de la serie.
En las actuacíones me fascino la de Andrés Parra en la que encarnó bien el Pablo Escobar y Christhian Tappan el primo de Pablo Escobar, Gonzalo; ni que decir de Cecilia Nava, Vicky Hernández, Germán Quintero; Nicolás Montero, Angie Cepeda y demás que recorrieron de la bioserie.
Los escenarios estuvieron acorde con el espacio del tiempo manejado, sin embargo, las imágenes de archivo noticioso de los atentados opacaron bastante a la bioserie.
Por último, no es alentador el panorama sobre esta y otras narconovelas le rindan un tributo a los personajes nefastos y que nadie quiere acordarse por ningún motivo con el pretexto de mostrar la realidad colombiana, y para empeorar la situación, las exportan por lo que nuestros compatriotas son blanco de insultos y xenofobias por las odiosas costumbres en la que la mayoría nos la estigmatizan. Así que es importante conocer la historia como tal y como fue pero sin caer en la estigmatización de los nefastos sucesos y costumbres en la que somos víctimas.

Una experiencia no sutil de revivir una época, y es que 'El patrón del mal' nos ambienta minuciosa y deliciosamente en la difunta y no extrañada época de Colombia con el narcotraficante Pablo Emilio Escobar Gaviria y todo su círculo de sicarios y socios. Una época que abarca los años 70s, 80s y 90s, representada de forma espectacular y excitante para el espectador.
El protagonista en cuestión, Pablo Escobar, experimenta una magnánima interpretación por parte del buen actor Andrés Parra, encarnando al mencionado narcotraficante de manera extraordinaria, a punto tal que nos olvidamos por completo de que estamos viendo a un tipo haciéndole de otro tipo, y vemos a éste tipo en lugar del otro. Por parte de los intérpretes, observamos en su mayoría actuaciones más que aceptables. Sobresaliente para Cecilia Navia. Sobresaliente para Christian Tappan. Sobresaliente para Vicky Hernández, Angie Cepeda, Nicolás Montero y entre otros muchos más, que no sólo se quedan con la ventaja del parecido físico sino que dejan ver su pomposo talento actoral. Aunque en éste apartado, debo admitir que no todo me dejó un buen sabor de boca, pues experimenté una insoportable incomodidad al ver personajes como el presidente Virgilio Barco (nombre de la persona real, desconozco su nombre en la serie), actuado por Jorge Emilio Zuniga, que sí se conformó con el parecido físico y poco aportó en cuanto a una buena interpretación.
La banda sonora está... aceptable. Le doy un 6. Se torna repetitiva y en algunos casos empalagosa en un sentido agobiante. Pero tampoco es horrible o insoportable.
No obstante, me quedé con las ganas de conocer detalles más directos y acusadores a cerca del negocio del narcotráfico, una reseña de cómo se hacía, por qué, y qué consecuencias tiene. Sin embargo, la serie se centró en hablarnos de la vida de Escobar y su entorno, de su guerra contra el estado, de su creciente reinado y de su polifacética actitud; en fin, de Pablo Escobar.
Por qué serie y no 'telenovela'. Cabe recalcar que esto es una serie con todas las letras. Drama, crimen, sicariato, biografía, entre otros subgéneros; pero no es, DE NINGUNA MANERA, un melodrama. No nos muestra un drama acompañado de melosidad y cursilería. Esto, que quede claro.

Un 8 de 10, con sus cosas excelentemente buenas y sus otras no tanto, es, desde mi criterio, una calificación idónea.

Es una serie que se destaca por las actuaciones de sus protagonistas y personajes secundarios, muy bien filmada en cuanto a locaciones e imágenes, además del vestuario y el resto de la ambientación de espacio y tiempo. La historia es muy atrapante, y la forma en que esta narrada también. Esto es lo positivo, lo que la convierte en una serie para no perderse.
Por otra parte, carece de objetividad, ya que se preocupa por dejar muy bien parados a algunos de los que intervinieron en la realidad de la historia, principalmente a los EEUU, los políticos (salvo el insalvable de Santofimio, Santorini en la serie) y los empresarios. Además, no tiene reparos al momento de dejar muy mal parados a los enemigos de los que cuida, por ejemplo al gobierno Cubano o los políticos de izquierda. También carece de profundidad, ya que la serie podía presentar la oportunidad de, al ser narrada, profundizar en el porque de lo sucedido, siendo fundamental hacer una critica del sistema capitalista, sobre todo en su faz neoliberal de las ultimas décadas.
Puestos los pro y los contra en la balanza, pesan más los primeros, ya que al espectador atento e informado no le afectaran tanto los segundos.

Y a varios actores colombianos que desconocíamos en Uruguay. A través de los noticieros conocimos por estos lares las andanzas, los atentados, los asesinatos del infame Pablo Emilio Escobar Gaviria pero nunca tuvimos demasiada información de primera mano, como que las cosas eran fragmentadas.

Un par de décadas después nos topamos con esta dramatización de "La Parábola de Pablo" (la que tuve oportunidad de leer) y por aquí no dejamos de sorprendernos de la capacidad actoral de un inmenso Andrés Parra encarnando al capo y de la versatilidad de quienes lo secundan en esta superproducción. De más está decir que esta serie se ha convertido en un clásico de la televisión latinoamericana.

Doy por seguro que las bases de la serie son mucho más profundas y fidedignas que en otras análogas, No en vano es colombiana y de buen seguro que sus fuentes son de una pureza superior (y perdonen el desafortunado aunque no muy errado ejemplo)
Pero el estilo empleado es muy inferior a otras tipo "Narcos" por poner un ejemplo claro. No puede evitar meterse en los surcos de la telenovela. Se regodea en escenas banales y trivializa y dulcifica situaciones que por su origen y naturaleza fueron mucho más duras. Le falta crudeza. Les vemos amenazar, matar y sobornar y no nos dan miedo.
Su gran documentación no la perdona del fallo de columpiarse en dialogos rimbombantes.