Pablo Escobar, el patrón del mal (Serie de TV)

No tengo ningún genero de duda en admitir que es la mejor serie, película, telenovela o lo que exista de los últimos años y me atrevería a decir décadas.

Uno tiene la sensación cuando se enfrenta a ella y vive en la vieja europa que se va a encontrar con lo que aquí se denomina "culebrón", es decir, una telenovela en el sentido que todos conocemos. Nada más lejos de la realidad.

La serie narra simple y llanamente la vida de Pablo Escobar de una manera que intenta ser realista, con sus luces y sus sombras como individuo. No es un documental, es una película de ficción pero se intenta acercar de una manera seria a la vida del personaje.

El guión y el argumento es simple pero apasionante, la vida de Pablo escobar que es como decir la historia de Colombia de la última mitad del siglo XX, la historia de las guerrillas, del narcotráfico, del narcoterrorismmo, de Sudamérica y porque no decirlo del mundo entero.

Los actores de diez, no los había visto en otras ficciones pero las interpretaciones las bordan hasta el punto de no saber si es una película o un documental.
El vestuario, el maquillaje, la peluquería ya no de diez sino de más, los parecidos con los personajes reales son por así decirlo impresionanes, desde Pablo escobar, pasando por su madre, hasta los políticos como Galan o Gaviria....

La única pega de la serie es que es muy extensa por lo que se tarda en ver entera pero es algo que no se le puede criticar porque la historia en si mismo lo es. Aún así en ningún momento se pone pesada o se convierte en un tostón, la historia es rápida y ligera.

La recomiendo vivamente desde el primer capítulo hasta el último ya que si se ve por saltos es posible que se pierda el hilo.

Felicidades a los creadores y a todos los que han participado en la serie en mayor o menor medida porque se lo han currado y mucho.

Ya muchos conocíamos a Alonso Salazar como escritor gracias a su libro de crónicas “No nacimos pa’ semilla”, el cual era de obligada lectura en aquellos tiempos de la adolescencia y que nos adentraba en el mundo del sicariato en Medellín. Más bien, poco más sabía yo de quién es este señor. Pero valga la pena señalar, que Alonso Salazar además de escritor es periodista y político, para esta última faceta recuérdese como secretario de gobierno de Medellín y posteriormente como Alcalde de esta misma ciudad (2004-2006; 2007) muy cercano al gobierno nacional de ese momento. Y es Alonso Salazar, quien habría hecho una investigación que incluye a personas cercanas a Pablo Escobar para contar no solo la vida del capo, sino también la vida de Colombia durante su “imperio”. El resultado de dicha investigación es el libro “La parábola de Pablo”, y es el utilizado por Caracol TV Colombia para producir esta serie. Como directores y creadores se cuentan familiares directos de dos de las víctimas de Pablo Escobar: Juana Uribe (sobrina de Carlos Galán) y Camilo Cano (hijo menor de Guillermo Cano). De otro lado, se cuenta con la dirección de Carlos Moreno, conocido ya por “Perro come perro” (2008). Sin embargo, también hay que señalar el descontento de Sebastián Marroquín (nueva identidad del hijo de Pablo Escobar, residente en Argentina) con la serie, ya que a su juicio esta no incita a la reflexión de los jóvenes para no seguir el camino de su padre y por otro lado, no contempló los otros aspectos que hacían parte del “ser” Pablo Escobar, agrega, que a la familia nunca se le consultó nada ni se le pidió permiso para nada. Y es en medio de todas estas partes que se recrea en TV “Escobar el patrón del mal”, una serie más de narcos (?) que causó polémica en Colombia. ¿Qué tan libre será esta versión?, para que muchos se hayan quedado con el sin sabor de boca esperando ver otros nombres y situaciones comprometedoras, que se encuentran en el libro de Virginia Vallejo (Amando a Pablo, odiando a Escobar)...ahí sí nada que hacer, muchos no leímos el libro de Salazar y los productores se “salvan” dejando claro que es una versión libre de “La parábola de Pablo”.

La serie arranca con la niñez de Pablo Escobar; un Colombiano más, que nace en una familia típica colombiana y, casi típicamente, se desarrolla en esta cultura que tanto daño nos hace a los colombianos: “la cultura del vivo”, donde todo se vale, donde se pueden hacer las cosas desde que a uno no lo pillen, donde hecha la ley hecha la trampa, donde por “plata pa’ las que sea”, donde “este mundo es de vivos y no de pendejos”. Continua con sus inicios, sus “glorias” (?) y su muerte. Pienso yo, que esta no es una serie que solo dibuje a Pablo Escobar, considero que mostró (más o menos...) una radiografía de la sociedad colombiana, porque no fue solo Pablo Escobar el de las ideas y el que se benefició de su dinero, hay que ver, como muchos sectores de la sociedad colombiana (incluyendo la clase dirigente y los grupos armados) aprovecharon de sus favores, su poder y su riqueza. Hay que ver, como lo más corrupto de este país se unió en torno a Pablo Escobar para lograr sus fines. La serie, pese a alguna que otra imprecisión (¿ambigüedad?) histórica, logra que los colombianos hagamos memoria de todo aquello que sucedió en los 80’s hasta inicios de los 90’s. Muy preciso el collage que se hace entre las situaciones recreadas en la serie con las de archivo. Además, veo con satisfacción como se le pusieron rostros a las historias de vida de muchos colombianos de a pie que vivieron la demencia de este hombre; no solo se mostró las victimas “de nombre” en nuestro país como el caso de los políticos, los policías y los periodistas.

Para mí, “Escobar el patrón del mal” no es una serie más de narcos. Si bien, se muestra la excentricidad, la riqueza y el despilfarro, si bien se muestra que “ya no hay nada por comprar” (como lo diría su propio hijo en el documental “Los pecados de mi padre”), como escribía anteriormente, muestra el rostro del dolor de los colombianos de a pie, de la clase dirigente y de la propia familia de Pablo Escobar; no debe ser fácil ser la esposa del patrón, no deja de ser difícil crecer sin amigos, uno no nace para vivir con el miedo de que lo maten a todo momento, no debe ser fácil perder un oído por un atentado y no por accidente. Como le preguntaría algún personaje al final de la serie: ¿y todo esto valió la pena?
Salvo algunos descaches en edición, durante los 10 primeros capítulos, en lo técnico la producción es impecable. Y es que caracol TV “se mandó la mano al dril” gastando solo en el rodaje 300 millones de pesos por capitulo, la producción más costosa en la historia de esta productora. Y no los gastó mal, ni los estafaron, el producto lo justifica.

(por espacio continuo en el spoiler)

No puedo juzgar a “Escobar el patrón del mal” como adaptación del libro “la parábola de Pablo”, pues no lo he leído y como documento histórico el autor no me genera la suficiente credibilidad. Por otro lado, si se tiene en cuenta que en la realización están Juana Uribe (sobrina de Luis Carlos Galán) y Camilo Cano (hijo de Don Guillermo Cano), pues el asunto se deja ver mejor. A la luz de la historia oficial (en construcción y deconstrucción), Caracol TV decidió jugársela por la adaptación “libre” del documento ya citado, que no contiene la verdad absoluta ni toda la verdad. Pero parece que los colombianos no somos tan desmemoriados y aún podemos atar cabos. Recordar a Santofi… perdón Santorini y su papel en la política nacional, a Virginia… Regina Parejo entre otros. Nos quedo memoria para pensar y decir: “¿Escobar no estaba de suplente en la Cámara de Representantes?”
Esta serie tiene dos dimensiones: su trabajo técnico y actoral, y su propuesta histórica. La segunda es la que causa mayor controversia, pues si bien es cierto que es difícil condensar, representar, los hechos que envolvieron al país y a Escobar entre la década de 1970 y los primeros años de la década de 1990, nos dejo a algunos o a muchos con la sensación de que no se respeto la rigurosidad histórica, rigurosidad necesaria que no se debía enmarcar en eso de la “libre” adaptación. ¡Que se cambiaron los nombres de algunos personajes!... pues a la larga eso no fue tan grave. Uno si podía seguir al presidente de turno, al ex-presidente tal…al artista de la fiesta, uno que otro ministro que hacia su aparición…identificar a los políticos que recibieron platica de Escobar…Eso lo pudimos hacer los colombianos, atar esos cabos. Al ver la serie, me descubrí poniendo nombres no a los políticos, sino los alias de muchos mafiosos, recordé esa propaganda de “también caerán”, entonces “Peluche” era “Osito”, “Candonga” era “El Arete”… Si… La serie tiene sus imprecisiones, pero también nos hizo reflexionar, recordar y cada uno tiene con que completar esta historia. No sé a qué edad uno tiene conciencia de su entorno, yo puedo decir que a los cinco ya sabía de Escobar y sus bombas y que antes del noticiero de las 7 de la noche pasaban la dichosa propaganda de recompensa. La serie le falto ser más atrevida… si… pero aún con esa tibieza varios quedan embarrados, no están todos los que son ni son todos los que están. Esta serie fue un buen intento para empezar a hacer la reflexión nacional 19 años después de la muerte de Escobar y levantar algunas ampollas.
En cuanto a la producción, pues fue impecable. Los actores realmente eran actores y actrices (no modelos bonitos jugando a ser actores y actrices). Andrés Parra impecable brilla con luz propia, es como ver y oír a Escobar. Fue grato volver a ver a Vicky Hernández, Christian Tappan fue también muy bueno como el “primo Gonzalo” y Cecilia Navia me conmovió. La lista es realmente extensa, porque no hay nadie que haya estado fuera de lugar, todos los actores por más pequeño que fuera el papel lo interpretaron a la perfección.
En fin, el único pero que tuvo fue el final… claro murió Pablo Escobar, pero si la serie se había caracterizado por mezclar imágenes de archivo con las propias de producción, mostrar las reacciones del país ante los asesinatos, los bombazos, pues se quedo corta en mostrar al país en ese momento, por un sujeto que apasionó y apasiona al país, por un sujeto que tenía la capacidad enorme para amar a su familia, y al mismo tiempo la capacidad de una maldad infinita.

He de confesar mi interés por ese personaje que en tantas películas, anécdotas y noticias ha salido, aún a día de hoy, Aún así El Patrón del Mal ha sido para mi una sorpresa. La sorpresa se debe a dos motivos principalmente.

Primero que nada, me confieso un crítico aférrimo de todas esas telenovelas que tan populares son en todos nuestro países hermanos, pero esta serie nada tiene que ver con ellas. Por ello puedo decir con total seguridad, que si no te atreves a ver esta serie por tus prejuicios respecto a ese tipo de series que producen allá, te pierdes una joya televisiva.

Por otro lado, me ha sorprendido la gran documentación histórica de la serie, la perfecta selección del elenco de actores y sus parecidos con los personajes reales, los vestuarios, lugares, palabras, expresiones. Realmente esta serie me ha transportado a la Colombia de los años 70-80-90.
Considero esta serie una obra de arte para la memoria de Colombia.

Olvídate de las grandes producciones americanas, europeas. Si quieres algo auténtico, con sabor propio, realista, recomiendo plenamente esta serie. Grandes actuaciones de Andrés Parra y Anderson Ballesteros.

La serie de Pablo marca un antes y un después en mi conocimiento sobre series televisivas.

Las actuaciones de los personajes principales son impecables. Cada actor se involucra tanto con el personaje que se proyecta ante la pantalla la sensación de que cada uno está poseído por el personaje real.

La narrativa de la historia es desequilibrada, al igual que el personaje principal. La fotografía muy elaborada y la producción destacada.