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Mamá y papá

Comedia. Terror. Thriller Una misteriosa epidemia en forma de locura masiva provoca que los padres ataquen violentamente a sus hijos. Carly y Joshua tratarán de sobrevivir durante tan aciaga jornada, amenazados por unos progenitores que poseen los rasgos de Nicolas Cage y Selma Blair. (FILMAFFINITY)
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Críticas 53
Críticas ordenadas por utilidad
24 de abril de 2018
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Filme de corte claramente fantástico, que parte de una premisa interesante, bien desarrollada durante su primer tercio, para más tarde caer en lo visto mil y una vez, aunque los personajes protagonistas psycho killers sean diferentes a los que estamos acostumbrados en el cine. En este caso son los padres, lo que tiene su aquél.
La peli, en líneas generales entretiene, pues tiene la duración justa, menos de hora y media, por lo que no desbarra argumentalmente al no irse por los cerros de Úbeda, pero al final, ay, acaba decepcionando un poco.
Y es que hasta un punto, el parto en el hospital ( en esta larga escena la tensión por lo que piensas aterrado que ocurrirá está muy bien filmado), está bien. Está siendo muy entretenida, no se sabe el porqué del todo (al final tampoco se sabe, pero no es lo importante), pero el último tercio es el intento o mejor dicho los intentos de los padres,por dar matarile a sus vástagos. Y se le va la fuerza y chispa.
Y eso que tiene detalles de humor negro agradecidos, a cargo de, principalmente, Nicolas Cage, desfasado en todo momento, gesticuloso e histriónico, pero que indudablemente da el papel.
El final, como yo me estaba temiendo según pasaban los minutos, completamente desaprovechado y dejando todo como estaba practicamente.
En fin, que se puede ver, pero cae en saco roto pese a la ¿originalidad? de su propuesta.

https://filmsencajatonta.blogspot.com.es
Constancio
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25 de febrero de 2018
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Violenta, desmadrada y absurda, como tantas otras películas que tratan sobre zombies-epidemias, Mom and Dad hará las delicias de los amantes de este tipo de filmes. Con unos títulos de crédito a los años 70 que homenajean el 'cine explotation', una música que inquieta desde el primer momento -muy al estilo de las primeras películas de John Carpenter- y unos protagonistas desatados, Brian Taylor ofrece al espectador un producto tan rápido de consumir como de olvidar.

No se podía esperar más del director de Crank, veneno en la sangre. Con un Nicolas Cage que recuerda en ciertos momentos al Jack Nicholson de El resplandor y unos jóvenes interpretes -Winters y Arthur- muy acertados, la película se pasa volando no solo por su duración -83 minutos- sino porque los toques de humor, locura e ironía que contiene su guión y la agilidad del mismo hace que te evadas durante hora y media y cuando quieres volver a mirar el reloj, esta ya ha terminado.

Unas escenas de acción bien ejecutadas, unos cuantos flashbacks bien situados para explicar parte de la trama y un final que, no siendo sorprendente, si se podría calificar de paradójico y desconcertante, hacen de Mom and Dad un filme ideal para los amantes del terror mezclado con comedia así como para los fans de Nicolas Cage, que una vez más da muestras de estar todavía en plena forma para esto del cine.

Más sobre esta y otras películas en el blog: argoderse.blogspot.com.es y en la página de facebook: Argoderse
Daverunner
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4 de septiembre de 2018
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Admito que iba por las risas.
Sin más ánimo que ver a Nicolas Cage con cara de loco, absolutamente desatado, dando cera a sus retoños.
Únicamente para eso puede existir esta película de argumento tan peregrino, con él de protagonista, acerca de una señal radiofónica que provoca padres matando a sus hijos.

Pero mira por donde a 'Mamá y Papá' no le apetece ser "cómoda".
Quiero decir, podría contentarse con ser un episodio de Tom y Jerry más violento que de costumbre, aunque igual de espídico, y en cierta manera lo es.
Sin embargo, entre medias, Brent y Kendall dejan translucir la amargura de su edad, junto a la rabia callada que supone ver cómo tus propios hijos te dejan atrás: entonces es cuando, sin querer, piensas con ellos "estos cabrones no saben la suerte que tienen".

Las arrugas se marcan en las caras de Nicolas Cage y Selma Blair, el primero fantasea con las tetas de su novia adolescente y la segunda suda en clases de gimnasia para conservar un físico decente, ambos cada vez más desconectados entre lo que tienen y lo que desean, llevando una doble vida de cara a la galería.
Al principio, la pandemia por señal distorsionada no tiene ancla emocional, solo es un caos con tutores desde antes desconocidos que ahora resultan ser implacables asesinos, pero el director Bryan Taylor tiene el detalle de deslizar perlitas flashback de amor familiar a cada golpe violento, para que poco a poco vayamos entendiendo lo desagradecido que es ser madre o padre cuando tus hijos ya se han divertido contigo, y te van mandando lentamente al carajo.
Todo hasta que, finalmente, Nicolas explota, y no de la manera que todos esperábamos, sino lanzando una desesperación salvaje contra su pelo caído y los michelines adquiridos, que le han atrapado en el cuerpo de un viejo cuando aún se sentía joven.

La mezcla de matanza malrollera con la crisis de los cincuenta funciona, aunque todo pareciera en su contra, y si te secas las lágrimas de risa a tiempo serás capaz de ver a dos personas superadas, matarifes por accidente, a los que es difícil quitarles la razón.
Se han pasado toda la vida soñando con esa diversión que nunca venía, con el retrato de familia rodeado de mensajes amorosos... y se les pasó de largo todo lo bueno que les prometieron.

Aunque sea desde la más pura serie B, no hace mal asomarse a estas hipocresías de la vida perfecta, tiñéndola de sangre bien roja y con un diseño de sonido excepcional, semejante al de un reloj biológico escacharrado que en algún momento a todos atormenta.
Encima, está Nicolas Cage gritando por los pasillos, sierra "que lo corta todo" en mano y, por primera vez en mucho tiempo, con un puntito de sorprendente lucidez en su locura.

Puede que lo peor que te pase, bien blindado por el humor negro y los bajos instintos, sea pensar brevemente que tus hijos se merecerían una bronca más violenta de lo normal.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Charles
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11 de abril de 2019
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Justo cuando creía que la carrera de Nicolas Cage ya estaba perdida, de repente se vuelve a juntar con Brian Taylor (uno de los responsables de entregarnos esa salvajada llamada "Crank") y se sacan de "la manga" uno de esos proyectos cuya sola premisa es de por sí ya un salto al vacío y sin protecciones para todos los involucrados. Sin embargo y a pesar de temer lo peor, este par terminan obsequiándonos uno de los entretenimientos mas chiflados del año, pero tan divertido, entretenido y bien dosificado que hace palidecer a muchas otras cintas de género que se estrenaron el mismo año, literalmente a algunas "las pisotea".

Vamos, que tampoco es una "obra de arte" y probablemente nunca lo será, pero es de aplaudir la actitud tan desinhibida de toda la producción que se puso al hombro semejante propuesta que pudo escandalizar (a los "puritanos-mojigatos-hipócritas de siempre) si se trataba de forma errónea, pero es ahí donde vuelve a entrar el excelente trabajo de Tyler en un guión que si bien borda excesivas e inverosímiles situaciones, también sabe manejar la dosis justa de tolerancia y sobre todo nunca frena la crítica ácida hacia el llamado "Estilo de vida Americana", cuyas bases las deja bastante mal paradas y no conforme con esto se da tiempo para reírse de la tecnología, las relaciones familiares y la industria "Hollywoodense", en especial del llamado "cine de género" con una ironía mordaz.

Es cierto que aunque no crea nada nuevo, lo que hace lo lleva hasta las ultimas consecuencias (un virus hace que los padres quieran matar a sus hijos, y no precisamente "a besos") y se nota que no hubo mucho presupuesto, lo compensa ademas de lo mencionado en el párrafo anterior, con un dúo protagónico entregado a la causa, en personajes caricaturescos tal vez, pero estupendamente creíbles, empezando por un Nicolas Cage, más desquiciado aún que de costumbre pero no sobre actuado. Seguido de una sorprendente Selma Blair, que a pesar de su delicada situación de salud, está brillante, con esa vis cómica y adorable que caracterizó su carrera y por la que siempre voy a recordarla con mucho cariño.

Por ahí se dejan ver tambien Anne Winters, Zackary Arthur, Robert Cunningham y Lance Henriksen entre los más destacados, para formar parte de un sueño-pesadilla del que aquellos que ya son padres de familia al menos se les ha pasado por la cabeza hacer (alguna vez) en su vida, y que afortunadamente no pasa de un mal pensamiento.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
darkman
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1 de septiembre de 2018
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dejar en manos de Nicolas Cage un papel que consiste en comportarse como un perturbado sin control, y en el que sobreactuar es una exigencia más del guión, es lo mismo que regalarle a un mono una metralleta. Hacer que el propio director de 'Crank' y su secuela, o 'Ghost Rider: Espíritu de venganza', y Selma Blair -como pirada consorte- sean quienes azucen su temperamento ya es desafiar a la suerte, o más bien un acicate milagroso contra el aburrimiento y la depresión post-vacacional. Lo cierto es que no podrían haber elegido mejor fecha que la vuelta al cole para estrenar esta bomba de relojería sobre una plaga vírica que provoca en los padres el deseo irrefrenable de matar a sus hijos.
A Nic Cage se le odia o se le aborrece. Se le teme o te hace disfrutar como un cosaco. De la misma forma que él es capaz de transitar entre estados de ánimo radicalmente opuestos en cuestión de segundos. Y además está Selma, siempre Selma. Lo mejor de Selma Blair es que, cuando ella así lo decide, puede pegarle un vuelco a tus emociones sin que la veas venir, valiéndose sólo de su mirada para ocultarte si, tras sus inconfundibles ojeras, en ese instante, se oculta la criatura más dulce o la mayor hija de puta del universo. Es el reverso sereno, impredecible e idóneo para su marido en la ficción. Nic y Selma forman un matrimonio perfecto, y lo único que siento es que hayan tardado tanto en reunirse para un vehículo más estimulante de lo que es habitual en la cartelera veraniega, pero mucho menos destroyer y salvaje de lo que cabría esperar.
antonio lopez herraiz
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