BoJack Horseman (Serie de TV)

La serie a simple vista parece una típica serie para adultos del estilo de Padre de Familia o American Dad, pero ya en el primer episodio te das cuenta de que no es así. A diferencia de las antes mencionadas, el humor de Bojack Horseman es un humor limpio, de los que no te da vergüenza ajena escucharlo, un humor simple que juega con el factor de los animales antropomorfos ya sea en carteles, como en los propios animales (una vaca camarera sacándose leche en mitad de una cafetería para dársela al cliente).

Y es que Bojack Horseman te hace pasar de la risa al llanto en menos de un segundo, puedes estar riéndote del chiste más sin sentido de la historia y que, de pronto, te veas sumergido en lágrimas. Y es que los personajes de esta serie son reales, te cuentan sus miedos y sus intereses y te hacen una crítica perfecta de la sociedad actual sin caer en cuñadismos.

Entre los personajes encontramos a:
-Bojack, un caballo alcohólico, drogadicto y con depresión que no es capaz de pasar página y se cree el ombligo del mundo. Le amas y a la vez le odias, no eres capaz de ver sus cosas buenas sin ver las malas y viceversa. Es un personaje extremadamente humano, todo el mundo se siente identificado con él por lo menos una vez en la serie.
-Princess Carolyn, aunque es cierto que al principio puede parecer un personaje algo más secundario, en la cuarta temporada crece su protagonismo y se la ve como un personaje más redondo.
-Diane, es el personaje más importante al principio de la serie junto a Bojack para acabar en un plano más secundario (ya que acaba por no acompañar siempre a Bojack) pero importante igualmente. Diane es una mujer feminista disgustada con el mundo en el que vive ya que en ocasiones tiene que fallarle a sus principios por presión social y cuya vida se le tambalea en muchas ocasiones en la serie.
-Todd Chavez, un personaje del que se sabe más bien poco pero al que le coges mucho cariño en poco tiempo. Aunque el personaje parece infantil en casi su totalidad de la serie, tiene momentos brillantes en los que realmente le ves como un adulto.
-Mr. Peanutbutter, un labrador estrella de una antigua sitcom, querido y recordado por todos. Un personaje que, personalmente, al principio se le coge mucha manía pero se acaba queriendo.

Aunque es cierto que para la gente que ha vivido la depresión, el alcoholismo o la drogadicción puede ser una serie dura, se puede llevar de muy buena manera. Es una serie que te hace pensar a cada capítulo, sabes que cuando lleguen los créditos y comience a sonar Back in the 90's de Grouplove, vas a soltar el móvil (o portátil) y vas a estar pensando durante un buen rato sobre la vida, lo caprichosa que es y las vueltas que da.

Por último decir que la música es espectacular, perfectamente escogida y que, incluso escuchándola fuera de la serie, hace que te recorra un escalofrío por todo el cuerpo.

Recomiendo Bojack Horseman en un 200%, sin duda de las mejores series que he tenido la fortuna de ver. Una serie que te hace ponerte en la piel de los personajes, pensar como ellos y ver la vida como la ven. Una serie para adultos que no peca de humor rancio y en la que, por suerte o desgracia, te vas a ver reflejado en muchos sentidos.

Mi primera crítica será para la serie de animación que más marcado me ha dejado. La que después de cada capítulo me ha dejado pensando, llorando, riendo, o simplemente mirando a un punto fijo intentando procesar lo que acabo de ver.

Y es que Bojack Horseman no te impresiona con paradojas temporales como Rick y Morty, ni busca ser transgresora llamando la atención con lo grotesco como tantas otras series de animación. Bojack Horseman es la historia de un alma, un ser, un hombre. En este caso, un caballo. Un caballo cuya vida va quedando definida por trágicos sucesos que le ocurren involuntariamente, y trágicos sucesos que son culpa suya, echando la culpa de los segundos a los primeros. Y por supuesto, tienen repercusión en la gente a su alrededor: gente que le aprecia, gente que le odia, y gente que solo piensa en sí misma.

La dualidad egoísmo/empatía es la lucha principal de la serie. En qué proporción es sano luchar por ti o por otra persona. La historia te proporciona en todos los personajes una manera distinta de entender la vida: Bojack comienza siendo el egoísmo personificado. Princess Carolyn intenta ser egoísta para triunfar en su vida laboral después de ser traicionada. Todd se sale de los arquetipos y es el personaje más libre, preocupándose a su manera por infinidad de cosas. Diane se convence de su fuerza e independencia a pesar de que recae en su interdependencia. Y Mr. Peanutbutter vive una vida feliz intentando contentar a todo el mundo, a pesar de que realmente lo hace por sí mismo.

Ese es el marco inicial que va evolucionando a lo largo de la serie. Y es que esta es la historia de la evolución, del paso del tiempo inexorable en el que vas cometiendo más errores y vas arreglando otros. Y no puedes parar la vida. Hayas hecho lo que hayas hecho. Y hay cosas que no se arreglan. Y hay momentos de felicidad, porque los habrá. Tantos Ys son la vida. Claro que el final de los Ys, la muerte, también es parte de ella. Esta serie te habla de todos y cada uno de los Ys.

Lo mejor es dejar que veas la serie, la cual te recomiendo encarecidamente. De cada capítulo puedo escribir una reseña, sacando sus propias conclusiones. Así que esto que dejo aquí escrito será como un gran signo de exclamación diciendo: si buscas algo más que una serie de animación, algo que te llene el alma y la vacíe a su antojo, tienes que ver Bojack Horseman.

Comencé esta serie atraído por el cartel: me parecía cómico imaginar que los creadores hubiesen desarrollado una historia a raíz de esas cabezas plastificadas de caballo que tanto se comercializan.

Nunca sabré si eso les sirvió de inspiración, pero lo que tengo claro es que este proyecto va más alla del humor rápidamente masticable que nos ofrece la posmodernidad de las redes sociales. Va más allá del drama facilón de las peliculas oscarizables. Y eso que son dos temas que aparecen en la serie. No, ésta es una ficción que alejada de cualquier estándar de realidad, nos sumerge en los conflctos más puramente humanos. Y es que precisamente se sirve de ese reflejo tan lejano (animación, mundo antropomorfo, gente rica...) para contar sensaciones que tenemos aquí, en el mundo real, humano y pobre.

Pasar de la comicidad absurda a la más profunda tristeza con tanta naturalidad (algo que apenas se nos muestra en la ficción) es ni más ni menos el día a día que sufrimos los nihilistas, los cínicos, pero también la gente saludable. Vi que alguien usaba en una crítica a "El fin de la comedia" una frase de Chris Marker: "El humor es la cortesía de la desesperanza"; creo que también encaja a la perfección con el espíritu de esta serie.

A pesar de que considero al drama y a la comedia un todo, voy a desgranar las virtudes que tienen ambas "facetas" por separado:

Para empezar, me parecen brillantes los chistes de fondo propios de un comic de Ibáñez. Constantemente juegan con la idea de ese mundo antropomorfico, ya sea con carteles parodia (Parrotmount, Koalafornication, Manatee Fair...) o con comportamientos propios de esos animales (perros humanoides trajeados oliendose el culo, vaca humanoide camarera mirando mal a un cliente que pide una hamburguesa...).
Además usan esa idea en las propias tramas mezclándolo con personajes reales de Hollywood, muchas veces caracterizados como animales en coincidencia con su nombre y/o comportamiento.
Más allá de eso es habitual el humor absurdo que si bien muchas veces simplemente te saca una sonrisa, algunas otras pueden llegar al descojone (Salinger, Wallace Shawn...etc).

En el apartado dramático he de elogiar que resulta totalmente convincente. A pesar de que no sea facilón, a pesar de que puedas pensar que el comportamiento equivocado de determinados personajes sea gratuito, te llega a lo más profundo del alma. Porque ves que es real, porque ves que los personajes sufren de verdad. En los momentos más crudos no verás lágrimas y en los momentos más tranquilos (o incluso cómicos) verás una melancolía tácita, funcionando así como un todo armónico. No suelen usarse esos malditos acordes facilones que te imponen cuando debes estar triste (a los que estamos acostumbrados con el cine de Hollywood), pero algunas veces una canción final te dejará totalmente hundido.

Por temporadas, he de decir que la 1a es la que más me sorprendió, si bien empieza con un tono agradablemente convencional (con esa rara sensación de "aburrimiento" agradable que te pueden producir algunas series noventeras), con el avanzar de los capitulos sufrí un crescendo emocional que llegó a mantenerme totalmente adicto y sin parpadear, llegando al culmen en el episodio 11.
La 2a tuvo que luchar con haber puesto las cartas boca arriba, y si bien es cierto que es en la que noto más altibajos, me parece que es la que tiene las tramas más graciosas (y el final de temporada que más me ha gustado).
La 3a me parece la antítesis de la segunda. Aunque no tenga capítulos tan memorables como algunos de la anterior (exceptuando el 4º capítulo, quizá el mejor de toda la serie), me parece la más consistente, pues ningún capítulo me dio pereza como para aparcar de momento la serie. Aunque las tramas cómicas me parezcan las más flojas, tiene los chistes de fondo con los que más me he reido.

Esta es sólo una opinión. La mía. Por eso afirmo que con BoJack Horseman estamos ante una de las mejores series que se han hecho nunca.
Y me queda la duda del alcance que hubiera tenido si esta hubiera estado protagonizada por actores de carne y hueso. Ya que bien sabido es lo devaluadas que están las series de animación en general y ésta en particular, si lo comparamos por ejemplo con la celebérrima aunque para mi inferior Rick y Morty. Pero bueno esa es otra historia.
BoJack Horseman es una tragicomedia protagonizada por un caballo antropomorfo. Empieza como una comedia. Pero rápidamente te das cuenta de que el trasfondo de la historia que se nos quiere contar es más amargo. En el genial capítulo 11 de la 1º temporada para ser exactos. En este capítulo te das cuenta de que esta serie va sobre algo más. De que no es sólo una comedia absurda sobre un caballo narcisista, depresivo, incapaz de mantener relaciones sanas con sus allegados y que se odia a si mismo. No. Si no que indaga en todos estos aspectos de una manera profunda, con la intención de hacernos reflexionar. Para reflejar una realidad que muchas veces no queremos admitir o de la que no solemos hablar en nuestro día a día. Como son los sentimientos, emociones o algunas enfermedades mentales tales como la depresión, o la búsqueda de un propósito en la vida. Como llega a comentar uno de los personajes "el universo es un ente frío y cruel, por ello la clave de la felicidad no está en buscarle sentido a la vida, si no en mantenerse ocupado con pequeñas cosas hasta que te mueres." (No menciono conceptos filosóficos que la serie también maneja y desarrolla porque se me escapan. Pero ahí está por ejemplo el nihilismo más exacerbado de Bojack).
Porque admitámoslo, no es fácil hablar de sentimientos, de emociones, incluso el poder saber reconocerlos y afrontarlos de una manera adecuada. Y esta serie trata de hacerlo, trata de poner todos estos temas encima de la mesa, consiguiéndolo, creando situaciones que fácilmente pueden ser reconocidas en nuestro día a día. Ya sea en el contexto de BoJack o en el de los otros 4 coprotagonistas; Diane, Todd, Princess Carolyn o Mr. Peanutbutter. Cada uno de ellos tiene su propio arco, su propia evolución dentro de la serie. Y es tan rica en detalles que no podrás hacer más que deleitarte (o sufrir) con las idas y venidas de cada uno de ellos.
Por todo esto se puede decir que lo mejor de BoJack Horseman es su guión, su tratamiento de los personajes. También su capacidad para dejar destrozado a cualquiera con algunos capítulos que están o deberían estar en el olimpo de los mejores capítulos de la historia de la televisión.
Esto me lleva a comentar un poco el argumento de la serie. Sin spoilers. Que a diferencia de otras series de animación como Los Simpsons o Rick y Morty, no tiene una estructura compuesta por capítulos autoconclusivos. Si no que en cada capítulo vemos una evolución lógica de la historia. Como en muchas otras series con actores de carne y hueso.
En él vemos a un BoJack Horseman adicto al alcohol, a las drogas, narcisista y ególatra, que fue una estrella famosa de la televisión en su día. Pero que a día de hoy no sabe como afrontar el vacío que siente por dentro. Que no quiere compartir su vida con nadie pero que al mismo tiempo es incapaz de vivir sólo.
Se nos presenta un personaje despreciable y manipulador, con una falta de empatía brutal, pero también vulnerable y lleno de inseguridades, incapaz de salir de la espiral de autodestrucción en el que está inmerso. Siendo capaz de lo peor, como destrozar los sueños de sus "seres queridos" por las razones más egoístas capaces de imaginar. Lo que viene siendo un antihéroe de libro.
Cabe también señalar que la serie se molesta en dar profundidad a todos estos personajes que he mencionado anteriormente. Dedicándoles capítulos enteros, alejados de la historia principal, y que nos sirven para componer una imagen completa del personaje. Destacaría por ejemplo casi todos los relacionados con la familia disfuncional de BoJack de cuando éste era pequeño.
A destacar también algunas de las frases pronunciadas a lo largo de la serie capaz de dejar a cualquiera con el culo torcido debido a su contundencia. Valgan como ejemplos los siguientes:
"No sé como esperas que alguien pueda llegar a quererte cuando claramente te odias a ti mismo."
"- ¿Que ocurrió Bojack? (Después de una ruptura sentimental)
- Lo mismo de siempre. No me conocías y te enamoraste de mi. Y ahora me conoces."
"Es una crueldad dejar que alguien te quiera porque es prometerle que algún día le romperás el corazón."
"- La vida es una mierda y después te mueres.
- La vida es una mierda y después sigues con tu vida."
Pero también hay hueco para el humor. El humor más absurdo y con los chistes más ingeniosos que te puedas imaginar. Pero que para disfrutarlos en su plenitud vas a tener que verla en versión original y entender un mínimo de inglés. Ya que muchos de los chistes juegan con el lenguaje y son intraducibles además de metareferenciales.
En definitiva BoJack Horseman es una serie que te va a llegar al corazón por el tratamiento realista que hace de las relaciones interpersonales de sus protagonistas, por el carisma que desprenden, por la lógica evolución de su historia, por su humor y por tratar sin pudor en algunos capítulos de manera contundente temas como el feminismo, el aborto, o una crítica feroz al capitalismo más salvaje.
Amén de su perfecto final. Que explico un poco en zona spoiler.

Cuando entré a Bojack Horseman no sabía muy bien que esperar, había escuchado todo tipo de elogios, sí, pero siempre te queda ese recelo de que sea otra serie más de animación que intenta ir de irreverente y que acaba siendo la copia de algo muy trillado.
Desde luego no esperaba encontrarme con una obra tan compleja y revisionable.
Bojack Horseman demuestra que cuando da su máximo nivel es de lo mejor que se ha hecho en televisión, el problema es que no siempre mantiene esa excelencia, aunque tampoco baja demasiado, salvo por algún capítulo donde el exceso de humor disparatado ensombrece a la trama.
Dicho esto, he visto pocas obras que traten mejor y con más agudeza, temas como el me too, los medios de comunicación, las redes sociales y en general toda esta era del posmodernismo en la que vivimos.
Por otro lado, su animación es original y excelente, el juego que dan los animales antropomórficos es genial, genera aún más situaciones y conflictos sociales y raciales de los que ya de por sí tenemos en la vida real. Esto le viene como anillo al dedo a la serie, a modo de ejemplificación visual de su discurso general.

Bojack Horseman habla de los juguetes rotos, del mundillo de Hollywood, de lidiar con la fama, de la depresión, del alcoholismo, de los traumas del pasado y de innumerables problemas más. Pero tal como yo la entiendo, su esencia radica en unos personajes con un pasado difícil y una forma de ser que resulta de este, que les condena a una infelicidad patológica de la que pretenden escapar. Es el caso por supuesto de Bojack, pero también de Diane o de Princess Carolyn. Así, la personalidad de los personajes suele estar ligada a una infancia turbulenta, como ocurre con el protagonista , la cual le ha llevado a hacer daño a todos los que le rodean a lo largo de su vida. Es aquí donde entra el poder de perdonarse a uno mismo, estableciendo bien el limite entre la autocompasion y la fustigación.
Pero una vez que te consigues perdonar, ¿lo harán los demás? ¿Te mereces que lo hagan?
Y es que si de algo nos habla Bojack Horseman sin velos ni miramientos, es de la infelicidad y de la búsqueda por salir de ella, del querer mejorar como personas a pesar de la frustración de no poder cambiar. ¿Somos exclavos de nosotros mismos?, ¿está la felicidad en cada uno o depende mucho más de las circunstancias? Son preguntas que lanza la serie a través de sus personajes y que no siempre encuentran respuesta.

Pero Bojack Horseman aún es capaz de lanzar más interrogantes a sus personajes y porque no, al espectador.
Aquí entra la existencia o no del karma, y de si nuestras malas acciones nos vienen de vuelta, y de si es posible escapar de ellas.
En este sentido, el creador parece hacernos creer que sí, que hay un karma que nos hará pagar por nuestras malas acciones y que nos alcanzará tarde o temprano. Sinceramente ojalá fuera siempre así, porque a diferencia de Bojack, en esta vida hay más de uno que suele salir airoso.

Llegados a este punto cualquiera que esté leyendo esto podrá pensar que falta un poco de agua en este trago tan amargo, pero a decir verdad, la serie parte de un pesimismo cínico escudado en el humor, para acabar dejando ver algo de luz al final del tunel. Porque como digo en el título, supongo que Bojack Horseman nos enseña que no es tarde para casi nadie, o que al menos debemos de seguir intentándolo, por que no hay nada más primario, nada más intrínseco, que el deseo de ser felices, y porque no, de ser mejores personas.