Comencé esta serie atraído por el cartel: me parecía cómico imaginar que los creadores hubiesen desarrollado una historia a raíz de esas cabezas plastificadas de caballo que tanto se comercializan.

Nunca sabré si eso les sirvió de inspiración, pero lo que tengo claro es que este proyecto va más alla del humor rápidamente masticable que nos ofrece la posmodernidad de las redes sociales. Va más allá del drama facilón de las peliculas oscarizables. Y eso que son dos temas que aparecen en la serie. No, ésta es una ficción que alejada de cualquier estándar de realidad, nos sumerge en los conflctos más puramente humanos. Y es que precisamente se sirve de ese reflejo tan lejano (animación, mundo antropomorfo, gente rica...) para contar sensaciones que tenemos aquí, en el mundo real, humano y pobre.

Pasar de la comicidad absurda a la más profunda tristeza con tanta naturalidad (algo que apenas se nos muestra en la ficción) es ni más ni menos el día a día que sufrimos los nihilistas, los cínicos, pero también la gente saludable. Vi que alguien usaba en una crítica a "El fin de la comedia" una frase de Chris Marker: "El humor es la cortesía de la desesperanza"; creo que también encaja a la perfección con el espíritu de esta serie.

A pesar de que considero al drama y a la comedia un todo, voy a desgranar las virtudes que tienen ambas "facetas" por separado:

Para empezar, me parecen brillantes los chistes de fondo propios de un comic de Ibáñez. Constantemente juegan con la idea de ese mundo antropomorfico, ya sea con carteles parodia (Parrotmount, Koalafornication, Manatee Fair...) o con comportamientos propios de esos animales (perros humanoides trajeados oliendose el culo, vaca humanoide camarera mirando mal a un cliente que pide una hamburguesa...).
Además usan esa idea en las propias tramas mezclándolo con personajes reales de Hollywood, muchas veces caracterizados como animales en coincidencia con su nombre y/o comportamiento.
Más allá de eso es habitual el humor absurdo que si bien muchas veces simplemente te saca una sonrisa, algunas otras pueden llegar al descojone (Salinger, Wallace Shawn...etc).

En el apartado dramático he de elogiar que resulta totalmente convincente. A pesar de que no sea facilón, a pesar de que puedas pensar que el comportamiento equivocado de determinados personajes sea gratuito, te llega a lo más profundo del alma. Porque ves que es real, porque ves que los personajes sufren de verdad. En los momentos más crudos no verás lágrimas y en los momentos más tranquilos (o incluso cómicos) verás una melancolía tácita, funcionando así como un todo armónico. No suelen usarse esos malditos acordes facilones que te imponen cuando debes estar triste (a los que estamos acostumbrados con el cine de Hollywood), pero algunas veces una canción final te dejará totalmente hundido.

Por temporadas, he de decir que la 1a es la que más me sorprendió, si bien empieza con un tono agradablemente convencional (con esa rara sensación de "aburrimiento" agradable que te pueden producir algunas series noventeras), con el avanzar de los capitulos sufrí un crescendo emocional que llegó a mantenerme totalmente adicto y sin parpadear, llegando al culmen en el episodio 11.
La 2a tuvo que luchar con haber puesto las cartas boca arriba, y si bien es cierto que es en la que noto más altibajos, me parece que es la que tiene las tramas más graciosas (y el final de temporada que más me ha gustado).
La 3a me parece la antítesis de la segunda. Aunque no tenga capítulos tan memorables como algunos de la anterior (exceptuando el 4º capítulo, quizá el mejor de toda la serie), me parece la más consistente, pues ningún capítulo me dio pereza como para aparcar de momento la serie. Aunque las tramas cómicas me parezcan las más flojas, tiene los chistes de fondo con los que más me he reido.