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El esqueleto de la señora Morales

Comedia. Terror La vida conyugal de Gloria y Pablo Morales es un infierno. La mujer atormenta a su marido con sus celos, sus quejas y un puritanismo enfermizo. Como Gloria no quiere separarse, la situación es cada día peor. Un día, Pablo anuncia a sus conocidos que Gloria se ha ido a Guadalajara a visitar a una tía. Sin embargo, en su laboratorio de taxidermista, Pablo conserva un esqueleto al que trata como si fuese su mujer. (FILMAFFINITY)
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Críticas 21
Críticas ordenadas por utilidad
6 de agosto de 2014
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando veo este tipo de película lo que me sucede es que reivindico el hecho de que soy latinoamericana. Yo sé que el humor es algo universal pero hay detalles que son propios de la idiosincrasia y si bien México no es lo mismo que Argentina y hay muchas diferencias, hay mucho en común también, mucho más que lo que puedo tener en común con el humor español o el yankee -más allá de que por fuerza se me ha "pegado" por estar inundada con el mismo-. Y ser latino implica entender este humor negrísimo mexicano de una manera que estoy segura que a muchos le cuesta entender, y esto sucede porque no crecieron viendo a "El chavo del 8" que tiene mucho que ver con este film -en una versión más infantil, claro- y que tiene mucho que ver con Buñuel, y es ahí donde la genialidad se hace presente.

El film arranca generando mucha impotencia en el espectador, una impotencia culposa porque en realidad es muy horrible ese odio desmedido por una mujer cuyo "único defecto" es ser inválida, bastante histérica y tener un exceso de fe religiosa, lo cual a priori no es suficiente para que uno odie a una persona. Empero el guionista con pequeños detalles logra generar esta impotencia desmedida -más allá de que el director le dedica demasiado metraje a esta parte de la película- y unas ganas tremendas de que el protagonista actúe. Pero el marido se niega a actuar porque él es mucho más cuerdo que nosotros, de alguna manera, él va más acorde a la lógica que nosotros que ya estamos desesperados pidiendo que haga algo, que se materialice el esqueleto que el título promete.

Y es fascinante porque la comedia negra radica en eso. Siempre digo que la gracia de la comedia negra es que te haga reír de cosas que no son graciosas por naturaleza, como cuando nos reímos con los baños de sangre de Tarantino. Acá es igual pero es hasta más excesivo porque nos logra hacer reír de algo que es realmente cruel, de algo que llamativamente nos toca ver muy seguido en estos informativos amarillistas -rojistas-.

Es maravillosa porque no opta por ser reaccionaria, al contrario, hasta habla de la fe. El giro final (sin desvelarlo) es casi hitchcockiano, me refiero al plano de la botella de veneno. Y completa el círculo vicioso de que no hay crimen perfecto, pero no sólo eso, sino que de alguna manera la película nos está afirmando que efectivamente el odio culposo del principio es realmente un pecado, es realmente culposo, y lo peor, se paga.

El film es redondo, después hay detalles con el tempo narrativo y el tempo del montaje que hacen que decaiga un poco el ritmo. Pero insisto en que es una cinta que hay que ver porque es difícil encontrar cine clásico latinoamericano y más difícil aún que de entre eso que se encuentra haya algo realmente bueno, lo más conocido es Buñuel y ni siquiera es mexicano. Por eso apúntense esta peli.
Ketty Analfer D
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30 de agosto de 2015
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fue una grata sorpresa ver esta película.
A medida que la iba viendo, se me iba pareciendo más a la película de Fernando Fernán Gómez, "Siete mil días juntos" creo que este genial director vio esta película y muchos años después hizo un remake de la misma, si no juzguen ustedes cuando vean esta maravilla mexicana.
Está muy bien rodada y muy bien interpretada.
Amparo Rivelles una de las más bellas y buenas actrices españolas, como siempre está maravillosa.
Arturo de Córdova, no le conocía, también está estupendo como el pobre marido que todo lo aguanta, hasta que estalla.
Es una película negra, genial y adelantada para su época.
Inevitable comparar "El esqueleto de la señora Morales" con "Siete mil días juntos", aunque sea inevitable, es un error, ambas películas son obras maestras.
conserja
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4 de agosto de 2019
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
En ocasiones el crimen perfecto sí existe pero, además, puede ser increíblemente divertido, como lo es el caso de “El esqueleto de la señora Morales” (1960), del director Rogelio A. González, que contó con la esencial participación del gran guionista y habitual de Buñuel, Luis Alcoriza, adaptando con descaro y tono popular al escritor gótico Arthur Machen, y ofreciéndonos una historia tétrica sobre la que un inspiradísimo Rogelio González realiza una labor de cámara sobresaliente, adoptando una estética seria, un claroscuro expresionista de cine negro americano repleto de angulaciones y composiciones rebuscadas, con encuadres llenos de fuerza, travellings, contrastes lumínicos que enfatizan el escenario fúnebre, el lugar de convivencia entre vida y muerte en el que reside el matrimonio protagonista.

Divertidísima de principio a fin, repleta de afortunados “gags” y chistes recurrentes, acierta al parodiar y recoger ciertas constantes de la escuela melodramática típicamente mexicana que aquí se retuercen y encima no renuncia a funcionar como un “thriller” genuino, con momentos de tensión tan logrados como la resolución del crimen con guiño a Hitchcock. Rogelio A. González nos trae una película clásica mexicana de comedia negra cuyo único crimen es pecar de divertida y sombría, pues a pesar de que nos presenta una situación bastante turbia lo hace mediante situaciones y diálogos llenos de humor, ironía, crítica y, por qué no, hasta empatía, pues es un caso en el que el espectador no sólo se encariña con el “malo” de la historia, sino que termina por comprenderlo y hasta por justificar y aplaudir sus macabros actos.

Al éxito del invento colabora decisivamente la antológica galería de intérpretes, mención especial para la gran colección de secundarios, encabezados por un memorable Antonio Bravo como el muy poco piadoso “Padre Familiar”. Con un uso muy inteligente de la tipología física algo turbia de Arturo de Córdova, que además era un actor habitual de melodramas y personajes tortuosos, para dar vida a ese taxidermista afable y verdaderamente bueno resuelto a cometer el crimen perfecto y encima contarlo. Y todo porque está martirizado hasta más allá de lo soportable por uno de los personajes más odiosos de todos los tiempos, una auténtica hija de mala madre, una chantajista emocional, manipuladora, agarrada, mentirosa acomplejada por su cojera y arpía castradora a la que estás ansiando que defenestre desde que asoma y a la que personifica una descomunal Amparo Rivelles, sin palabras para su interpretación.

Uno de los títulos de oro del cine mexicano y que resulta ser una pieza sorprendentemente desconocida o más bien involuntariamente olvidada o pasada por alto, como si su categoría de comedia, su abierto carácter popular, fuera una pequeña cojera que la impidiese colocarse en el pelotón de cabeza, en el de las permanentemente mencionadas.
Juan Marey
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26 de octubre de 2021
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película muestra ya desde un principio los grandes celos que la protagonista tiene hacia su marido. Ella, que es esclava de una relación que carece de amor, hace creer a los de su al rededor que sufre un maltrato por parte de su marido. Como es apreciable, completamente falso. El hombre, desesperado ante esta situación y ya cansado de aguantar estas conductas, toma medidas. Al ver esta película, he sentido cierta frustración, que es más bien lo que creo que el director ha querido transmitir a la hora de rodarla. Ambos actores sienten resentimiento, y esto les lleva a vivir un amor de escándalo, que solo les traerá penurias. Gracias a la excelente interpretación de todos los actores, incluidos los secundarios, de los cuales destacaría al cura, el espectador conecta con la historia y puede verse reflejado en ella. Pero siempre con un tono irónico y surrealista, que es lo destacable de esta película y lo que la hace diferenciarse del resto.
maddi
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22 de junio de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Qué buen manejo del humor negro tenia Luis Alcoriza, también un gran sentido del ritmo y comprensión de cada personaje, hasta los más pequeños están bien identificado y tiene su momento para lucirse.
La dirección de Rogelio A. González entiende y acompaña muy bien el guión, las escenas son cortas, ágiles.
Destacar el trabajo de Amparo Rivelles, en un personaje atípico a los que interpretaba en esa época, siempre heroínas, acá es una mujer amargada, resentida, castrante, realmente insoportable, incluso la afean un poco, no cualquier actriz en esa época y con su estatus hubiera aceptado.
Arturo de Córdova también hace un buen trabajo, su personaje es intenso, de muchas facetas, la dualidad que le dan es muy interesante, además una de las pocas veces que le dan una veta graciosas, en general le daban roles de hombre atormentados, obsesivos, desagradables, acá si bien están algunos de esos elementos los da vuelta, es una especie de auto-parodia.
Manuel
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