Eiffel

*Eiffel como biopic del célebre ingeniero

Tal como se presentó el filme, todo apuntaba a que Eiffel iba a ser una película basada en la vida de Gustave Eiffel y en cómo se decidió a hacer el símbolo de París. Y en un principio, la película se centra únicamente en esta faceta de la vida del ingeniero.

Según avanzamos con la cinta, vemos que la trama gira más en torno al romance entre Gustave Eiffel y Adrienne Bourges, primer amor de Gustave. De hecho, cuando Eiffel regresa a París tras haber diseñado la estructura interna de la Estatua de la Libertad de Nueva York, la aristocracia francesa le presiona para que construya un monumento para la Exposición Universal de París. Él, en un principio, no está muy interesado. Aparentemente, todo esto cambia cuando se reencuentra con Adrienne. Es ahí cuando decide llevar a cabo el proyecto. Esto hace que ambos se acerquen de nuevo y revivan la llama de su amor.

*La fotografía como punto fuerte

Estamos ante una película que puede interesar mucho a los amantes del drama romántico, pero puede perder puntos con quienes buscaban saber más sobre la biografía de Gustave Eiffel. Lo que sí podría unir a todos los espectadores es el plano visual. Tiene una fotografía con unos tonos muy adecuados tanto para la época en la que está basada como para la historia que está contando.

Visualmente, la película habla. Si se está centrando más en el romance encontramos tonos más cálidos, pastel, rosáceos o beiges. Si se centra en la construcción, pasamos a tonos más grisáceos, algo más tenues, que encajan mejor con la construcción de un emblema como es la Torre Eiffel. Algo muy acertado que acompaña de manera sobresaliente a la película.

*Conclusión

En términos generales es una película interesante. Cuenta un hito en la historia de Francia y reconoce el valor de personajes que tuvieron influencia en Eiffel a la hora de aceptar el encargo de realizar la obra. También expone los problemas que tuvo en cuanto a financiación del proyecto y el empeño del protagonista de la historia para conseguir acabar su obra.

Pero también encontramos un punto disruptivo en la narrativa. El hecho de entremezclar el drama romántico con la intención de hacer un biopic puede hacer que el espectador pierda interés en el verdadero foco.

Escrito por Nieves Villalón Peralbo

Eiffel es un sencillo biopic sobre uno de los modernos héroes nacionales de Francia, Gustave Eiffel, y cómo se llevó a cabo el diseño y construcción de su homónima Torre. Por cierto, para quien no lo sepa, Eiffel contribuyó también a la construcción de la Estatua de la Libertad. Dos de los monumentos más reconocibles del mundo, ahí es nada.
Martin Bourboulon lleva el relato con agilidad, y saca lo mejor de Romain Duris como gran protagonista de una historia muy convencional, que no aporta nada novedoso, pero que se deja ver muy bien.
Correcta y bonita.

Eiffel (2021).
"Esta torre es de Francia, pero sobre todo es nuestra.” Una de las industrias más importantes del cine internacional aborda el biopic del famoso ingeniero sobre los años previos a la inauguración de la emblemática torre de metal de 300 metros, visitada ya por casi 300 millones de personas en la capital francesa.

“Un buen proyecto tiene que ser útil, democrático y que perdure.”
Romain Duris, actor francés que encarnó hace unos años al célebre Arsène Lupin, interpreta aquí a Gustave Eiffel, un hombre sencillo, pero con personalidad; decidido, pero humilde y participativo; orgulloso, pero perseverante. En la historia coguionizada por su director Martin Bourboulon, inspirada -que no basada- en hechos reales, se nos cuenta las dificultades que Eiffel afrontó para lograr construir su impresionante torre, que se inauguraría en marzo de 1889 en la Exposición Universal parisina, solo dos años y dos meses después del inicio de su edificación.

“Lo más prioritario de todo es la seguridad: no quiero ni un solo fallecido.”
A Duris le acompaña la preciosa actriz y modelo francesa Emma Mackey, en el papel de su musa y amante. La mujer que le inspiró, siempre según el guión, a levantar un monumento tan grandioso en pleno centro de París.

Aparte del drama amoroso de nuestro protagonista y, por supuesto, de la historia de la torre de hierro de la “Ciudad De La Luz”, en “Eiffel” destaca una magnífica ambientación, un excelente diseño de producción y sobre todo, unos increíbles efectos visuales sobre la evolución de la construcción de la Torre Eiffel y de las panorámicas de cómo sería la ciudad hace ya más de 130 años.

Raúl Cabral.
Puntuación personal: 6,5
https://www.filmaffinity.com/es/film139199.html

La película se sitúa cuando Gustave Eiffel (Romain Duris) ha diseñado y finalizado la armadura para el regalo de Francia a los EE. UU.: la Estatua de la Libertad. El célebre ingeniero está en lo más alto de su fama y el gobierno francés le presiona para que diseñe algo espectacular para la Exposición Universal de París de 1889.

Eiffel era por aquellos entonces un hombre modesto con hijos y según el filme, lo que definitivamente lo empuja y motiva a acometer la empresa de la torre fue una mujer, un amor perdido tiempo atrás con la que vuelve a encontrarse veinticinco años después.

De manera que se nos van desvelando los secretos de Adrienne Bourgès (Emma Mackey), mujer a la que amó, que desapareció de su vida veintiséis años antes en Burdeos y que ahora, en un reencuentro fortuito, es la esposa de un prestigioso columnista de prensa (Pierre Deladonchamps), también antiguo conocido, de cuyo apoyo precisa Eiffel para erigir su estructura férrea sobre el tranquilo paisaje de París junto al Sena.

En la historia, Eiffel no sólo tiene que concebir la torre, diseñarla, efectuar complejos cálculos de resistencias y bombas hidráulicas para los pilares del armazón. También tiene que lidiar con los vaivenes de su corazón que aún late por y para Adrienne, su musa.

En estos aconteceres hay un detalle, tal que Eiffel no entienda la verdadera razón por la que Adrienne lo dejó plantado; esta circunstancia se va aclarando en el filme en sucesivos y bien hilados flashbacks. Ahora la Madame está casada con un hombre influyente que puede hacer que la balanza del se incline a un lado u otro.

Todo esto hará que finalmente la Adrianne haga la opción de que Eiffel pueda completar su creación.

Película en tono clásico e impecable factura de Martin Bourboulon; guion con alguna laguna anecdótica para el caso de varios escritores/as.

Los “biopics” de creadores en la gran pantalla, motivan que el artista, deban tener un gran conflicto personal y un amor tormentoso, como para que su obra cobre cuerpo y gane en creatividad; y así ocurre en esta cinta.

Obra que habla del hombre que levantó la conocida torre de París hasta casi rozar el cielo; trescientos metros de altura y montada con hierro pudelado, que acabaría siendo al poco tiempo el icono de París y de la cultura francesa en general.

El reparto es ante todo y sobre todo un Romain Duris en plenas facultades y con gran repertorio; y Emma Mackey, que amén de bellísima, llevan a cabo un trabajo actoral sensacional. Acompañan actores y actrices franceses de primera como Pierre Deladonchamps (muy bien) o Armande Boulanger, entre otros.

Esta es la película francesa más cara del año pasado que da señales inequívocas de los veinte millones de euros de presupuesto.

De otro lado el filme es un melodrama en toda regla que, aprovechando la gran obra de ingeniería, intercala todo lo que puede sobre el romance del gran ingeniero, al punto de rozar una historia romántica tumultuosa que se extiende a lo largo del metraje.

Sólida destreza en el campo de la puesta en escena que recrea la época, vestuario, decorados o vehículos. Además, los efectos digitales representan de forma convincente y con sorprendente realismo, las etapas por las que pasó la denominada "escalera al infinito".

Pero lo importante de la película y en ello cumple su objetivo, es escenificar una carrera contrarreloj para subir al cielo y terminar a tiempo la enorme construcción para la Exposición Universal que conmemoraba el primer centenario de la Revolución Francesa.

La película intenta contar dos historias. Una historia de amor y la épica historia de la construcción de la torre Eiffel.
Y digo intenta, porque al final tanto una como la otra cojean.
Una historia de amor, contada en escena retrospectiva, y a cuenta gotas, que no va a satisfacer a los amantes del género.
La historia de la construcción de la torre, que también se queda sin que le saquen todo el jugo que podía tener.
En definitiva, como historia de amor nos deja fríos y como la historia de una torre metálica de 300 metros, no da la talla y nos deja con ganas de saber más.
Al menos a mí.