Extrañas coincidencias

Sinceramente, un hartón de reír... No me lo podéis negar, detractores de la peli!! Dejando de banda tanta filosofía, hay escenas que merecen un oscar por lo menos:

La gallega... INCREIBLE... eso de "Falabamos saltamointes y faciamos pan" aún me da la risa solo con recordarlo... Y el tio de al lado traduciendo... en serio, ¿¿como puede no gustaros??
Las hostias con los globos... tremendo.
La escena de sexo en el barro. Otra escena desternillante.

Toda la película está llena de detalles tan increiblemente graciosos... No hace ni falta ir fumao para reirse...

Y la filosofía tampoco está mal. No seais tan malvados, la película está muy bien.

Sin llegar a la genialidad, es una comedia más que acertada, inteligente y con buenos actores (genial Mark Wahlberg). Por supuesto que hace abandonar a la gente de las salas, porque es algo diferente (algo parecido pasó en la sala que fui a ver Sin City) y toca pensar, y en los grandes cines la gente quiere que se lo den todo mascadito, que nada se salga del guión (pensar=bodrio). Russell apuntaba ya con Tres Reyes, y con esta se confirma. Es una de las pocas esperanzas de Hollywood. Ojalá siga así.

La nueva película de David O. Rusell, director que ya confirmó sus muy buenas maneras con Tres Reyes, nos regala todo un esperpento que bien podría entrar en el estilo de esa pequeña escuela formal no declarada de cineastas como Spike Jonze, Charlie Kaufman o Michel Gondry, pero que sin embargo, no logra alcanzar el nivel de ninguno de ellos. El inicio resulta interesante: un joven que aboga por la ecología acude a unos detectives existenciales para que resuelvan una coincidencia que le obsesiona. Bajo el desarrollo de esta premisa, a medio camino entre la excentricidad y la reflexión más existencial, es inevitable preguntarse algo así como "¿de qué coño va esto?". Es normal, pues no es una película fácil de digerir, pero debajo de esas (sin duda demasiadas) capas de declarada extravagancia se esconde más de lo que aparenta. Es uno de esos films que hay que intentar ver con la mente muy abierta, pues no es para todos los paladares.