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Todos dicen te quiero

Comedia. Musical. Romance El matrimonio formado por Steffi y Bob es el paradigma de la familia burguesa de Nueva York: son ricos, liberales y socialmente comprometidos. Steffi estuvo casada con Joe, un tipo sin suerte con las mujeres, con quien tiene una hija algo inestable. Bob tiene un hijo conservador, una hija que ha puesto en peligro su boda al enamorarse de un delincuente y otras dos hijas adolescentes que se pelean por chicos multimillonarios. Todos ellos ... [+]
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Críticas 65
Críticas ordenadas por utilidad
10 de octubre de 2014
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
No sé si Woody Allen se atreve por primera vez con el musical pero si no, poco le falta. En este sentido el esfuerzo melódico se hace notar con un reparto no muy acostumbrado a batirse en estas lides, hasta el propio director-actor tiene que pasar por su autoaro de lanzar unos gorgoritos, con poca habilidad, todo hay que decirlo, si bien Goldie Hawn se salvó por tener una voz demasiado buena y Drew Barrymore por todo lo contrario. El resultado final en esta faceta, sin ser malo, por más que nos recuerde a los musicales clásicos de los años 30 de Fred Astaire y Ginger Rogers, o que haya algún guiño-homenaje a "Un americano en París" (1951), además de a Groucho Marx, queda un poco fuera de juego sobre todo cuando el resto es tan bueno, si tuviera un mejor desarrollo, no tanto por su originalidad como por lo acertado de algunos de sus planteamientos. Definitivamente la vía cómica-dramática es la mejor para Woody Allen.

En esta ocasión, las mujeres y la política forman el grueso de la película. Aunque lo dibuja con buen rollo, los deseos contradictorios, la inconsistencia y la volubilidad femeninos son puestos en la palestra de un modo casi ridículo. Después culparán al Joe Berlin (Woody Allen) de turno por jugar tan sucio pero nadie señalará que son las exageradas fantasías de las mujeres las que obligan a estas medidas tan poco sinceras. Sin embargo, si algo llama la atención en "Todos dicen I love you" es la acerada sátira sobre la clase alta progresista. En realidad, Woody Allen pertenece a este mundo pero no puede pasar por alto su frivolidad, hipocresía y contradicciones, pues lo que es bueno para otros no lo es para la hija consentida de papá. Ahora bien, en Estados Unidos nunca ha habido una derecha sino siempre un liberalismo, es decir una izquierda, que puede ser más social-progresista (los demócratas), ortodoxa (los republicanos) o populista (los dos).
Reaccionario
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9 de enero de 2021
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Woody Allen es el director que más y mejor ha influido en mi vida. También el más prolífico que conozco. Desde hace décadas, estrena una película al año sin descanso ni respiro. Su genio incontenible trabaja en sesión continua y nada ni nadie puede pararlo. Por eso es imposible para un creador (por muy dios que sea y, como éste, ninguno) que todo lo que facture anualmente sean obras maestras. “Todos dicen I love you” es una de sus obras menores, pero no deja de ser un homenaje bonito y emotivo al musical clásico con el que Allen se formó cinematográficamente en los cines de su niñez, trasladado a la época contemporánea y con forma de película coral.

A través de la voz en off de una de sus protagonistas (un recurso tan propio como reconocible en el cine del gran genio neoyorquino), Allen nos cuenta las historias e historietas de amor que vive una familia de clase alta en New York formada por un empresario de éxito (impagable Alan Alda) demócrata y muy liberal, su cónyuge dedicada a las causas nobles más insospechadas (simplemente correcta Goldie Hawn), un ex marido de ella absolutamente hilarante (el papel que Woody Allen se reserva para sí mismo, loco por el personaje de una funcional Julia Roberts), una hija habida de ese anterior matrimonio entre Allen y Hawn (la narradora de la historia) y un hijo ultraconservador y tendente al fascismo del primer matrimonio del padre, una hija que se va a casar con el hijo de una de las grandes fortunas de la ciudad (absolutamente impresionante Drew Barrymore, de lejos lo mejor de la cinta, enamorada de un jovencísimo Edward Norton hasta que aparece Tim Roth) y sus dos hermanas adolescentes (dicho sea de paso, una de ellas es Natalie Portman, reconocible por belleza y calidad desde el primer plano en el que aparece casi con la misma edad con la que me cambió la vida en “Beautiful Girls” de Ted Demme).

El periplo amatorio de sus personajes no es más que la excusa argumental (quizás demasiado liviana para tratarse de una cinta de Allen) para ir generando una serie de números musicales clásicos trasladados a la época contemporánea y bellísimamente fotografiados por Carlo Di Palma, imprescindible en el cine de los 90 de Woody Allen.

En esta película, quizás como anuncio subconsciente de su posterior periplo europeo, Allen saca su cine de New York para pasear a sus protagonistas también por Venecia y, sobre todo, por París, dejando la única escena que realmente trasciende de la cinta en la que él baila a la orilla del Sena con Goldie Hawn y la hace volar (literalmente), una escena de una belleza hipnótica que salva de por sí una intrascendente película en la que concurren, eso sí, todos los fantásticos lugares comunes del gran genio.
Sergio Berbel
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2 de enero de 2010
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Excelente musical con el típico y genial "toque Allen": enredos, filias y fobias, personajes extraños, carismáticos, amargados, originales... Con un elenco de actores excepcional y una gran dirección, ésta es una de las más genuinas (y aclamadas) películas de Woody Allen. Los números musicales están perfectamente entrelazados con la historia que tiene en una nochevieja parisina su punto culminante. Para no perdérsela.
jjserpe
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10 de mayo de 2013
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Hay cineastas que viven constantemente en la encrucijada de hacer películas mejores, películas que no les hagan perder su estatus. Son cineastas con un caché elevadísimo, o con ansias de alcanzar ese olimpo tan deseado, y suelen mover a legiones de fans de culto. Luego están los directores con personalidad, con tanto criterio que les da igual arriesgar, son capaces de cambiar de registro para homenajear a una figura, un género o para lo que les de la gana. Están en el Olimpo, o están cerca, pero no son influenciables, hacen lo que quieren, lo que les dicta su alma de artista. En esta categoría hay pocos, como por ejemplo: Tarantino, Woody Allen, Welles o Ingmar Bergman. Tipos a los que la industria ha engatusado porque la industria del cine es necesaria, y porque quieren ganar dinero, como todos, pero por poco más.

Me imagino a Woody Allen concibiendo Todos dicen I love You en su casa, planteándose hacer un homenaje al musical de siempre, al musical de Broadway enfrentando a las dos américas, la demócrata y la republicana, la burguesa y la vividora, organizando coreografías de las de toda la vida, y pensando para sus adentros “Voy a hacer un señor homenaje a los musicales. Voy a homenajear a Fred Astaire y Ginger Rogers y para ello voy a rodearme de un reparto de órdago”. Porque para colmo, el bueno de Woody se rodeó de un reparto que, como veréis a continuación, hacía difícil el fracaso.

Todos dicen I love You (Everyone says I love you, EEUU 1996) es una película escrita y dirigida por Woody Allen, con música de Dick Hyman y protagonizada por: Woody Allen, Goldie Hawn, Natalie Portman, Alan Alda, Drew Barrymore, Lukas Haas, Gaby Hoffmann, Natasha Lyonne, Edward Norton, Julia Roberts, Tim Roth, David Ogden Stiers.

La trama transcurre entre Nueva York, Venecia y París. Steffi y Bob son un matrimonio burgués de Nueva York: son ricos, liberales y socialmente comprometidos. Steffi estuvo casada con Joe, un tipo sin suerte con las mujeres, con quien tiene una hija que cambia de novio cada 8 horas. Bob tiene un hijo republicano que choca con sus padres, una hija que ha puesto en peligro su boda al enamorarse de un delincuente y otras dos hijas adolescentes que se pelean por chicos multimillonarios. Todos ellos pasean sus problemas por Nueva York, París y Venecia.

Como hemos dicho, la película es un musical, aunque no es el típico exponente del género en el que uno acaba harto de canciones. Los diálogos y las escenas son agudos e ingeniosos, y rozan tanto el absurdo que a veces uno no puede dejar de reírse. Genial el reparto de las damas, Goldie Hawn realiza un papel sensacional, Barrymore y la propia Julia Roberts, en un papel bastante difícil. Woody actúa en uno de sus papeles típicos, el típico fracasado paranoico que intenta triunfar, y lo hace magistralmente.

La película es una divertida comedia que va más allá de lo romántico, entra en el terreno de la confrontación generacional y de clases para crear, junto con la música, uno de los grandes amores de Allen, una historia deliciosa. Valoración: 7.4.
Crítica publicada en Los Mundos de Josete (http://www.losmundosdejosete.com/2013/05/todos-dicen-i-love-you-un-homenaje-de.html)
josete
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1 de agosto de 2017
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El guión de esta película es tan inverosímil que solo puede ser aceptable aderezado en forma de musical. Así lo confiesa la narradora -voz en off- en la escena final, delatando cómo debió darse cuenta también Woody Allen y por eso convirtió su comedia romántica en una sucesión de canciones por primera vez -¿y última?- en su extensa filmografía.

Pero no solo contiene el film canciones, bellas melodías ejecutadas por los propios actores -un lujo de reparto que solo se podía permitir Allen y pocos más- sino numerosas y brillantes coreografías entre la que destaca el original baile de Woody y Goldie Hawn, de noche, junto al Sena.
Capítulo especial merece la fotografía, con mucho amor para sus ciudades, sea Nueva York -primavera, otoño e invierno- sea Venecia retratada, curiosamente, con sus calles desiertas o París con sus escenas de postal. Y como siempre, sin descuidar los magníficos vestuarios y los ambientes elegantes.

Al final, sin embargo, más allá de su magnífico continente me pregunto si la película ofrece algo más allá de una improbable historia de gente rica y ociosa, con situaciones chirriantes. Por ejemplo ¿cómo pretende Allen con su personaje de siempre -no puede hacer otro- convencernos de que ha seducido a Julia Roberts?. Una pregunta estúpida por innecesaria, que me hago ahora cuando veo la película más de veinte años después de haberla disfrutado por primera vez, incapaz de sentir la magia de entonces. La película sigue ahí igual, pero yo no. Este es el problema.
Joan Quel
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