Haz click aquí para copiar la URL

El camino a Bresson

6,5
168
Documental Dos jóvenes admiradores del director de cine Robert Bresson consiguieron entrevistarlo en Cannes, donde se presentaba su film 'L’argent' (1983). El documental analiza la concepción del cine y el estilo de Bresson. Contiene también entrevistas con personalidades como Andrei Tarkovski, Louis Malle, Paul Schrader o Dominique Sanda (actriz del film 'Un femme douce'). Como colofón, el encuentro con Bresson, en su habitación de hotel. (FILMAFFINITY) [+]
1 2 >>
Críticas 6
Críticas ordenadas por utilidad
22 de octubre de 2013
20 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
David Lynch parece un personaje de una película de David Lynch. Tarantino parece un personaje de una película de Tarantino. Tim Burton parece un personaje de una película de Tim Burton. Bresson no parece un personaje de una película de Bresson.

Para empezar, el aspecto físico. Lejos de la discreción de sus criaturas, poco dadas a la ostentación y más preocupadas por los atuendos del alma, Bresson se manifiesta como un hombre fundamentalmente coqueto, con su pelo inmaculadamente blanco trabajado con barrocos rizos, y sus trajes dandis. Y después, movimiento y sonido: Bresson habla como la gente normal, sin la entonación monocorde y robótica de sus “modelos”; mueve los brazos y permite también que las facciones del rostro delaten claramente emociones como su incomodidad ante ciertas preguntas o las ganas de marcharse.

“El camino a Bresson” tiene un interés bastante relativo, circunscrito básicamente a imágenes de archivo del festival de Cannes donde fue premiado junto a Tarkovsky, y a declaraciones de gente como Shrader, Dominique Sanda, Malle o el propio Tarkovsky… El punto culminante debería haber sido la entrevista que los autores del documental, tras muchos esfuerzos, consiguen entablar con Bresson, pero que finalmente se revela corta y sumamente frustrante.

La edición española en DVD de “El dinero” contiene sin embargo en sus extras una bastante más jugosa entrevista concedida a la televisión francesa. Lo más llamativo —extraordinariamente llamativo, diría yo— es que al inicio un presentador advierte a los espectadores que Bresson exigió “dirigir” la entrevista, resuelta por ello en planos fijos, y al término vuelve a aparecer para recordar tal circunstancia, casi disculpándose por las molestias que haya podido ocasionar dicha planificación. Todos conocemos muchos casos de entrevistados que ponen condiciones, como no mencionar ciertos temas, etc., pero la verdad es que hasta ahora no había visto a ninguno que exigiera asumir la dirección, en este sentido cinematográfico de “puesta en escena”.

En cuanto al contenido, lo que más me llama la atención es el énfasis reiterado por parte de Bresson en la importancia que dice conceder a elementos como el azar, la espontaneidad, la ausencia de premeditación y hasta la improvisación. Si nunca he podido llegar a considerarme un bressoniano de pro (por mucha admiración que le profese y por mucho que adore hasta la extenuación algunas de sus obras, como “Pickpocket”) es porqué en ocasiones percibo plano a plano demasiado claramente la rígida mano del gran demiurgo interventor en todos y cada uno de los detalles, y que parece cerrar muy conscientemente el paso a todo aquello que pueda escapar a su férreo control, a imperfectos alientos de pasión pura colándose por entre las rendijas de los fotogramas. De ahí que me resulte harto curioso que lo que el propio artista opina que caracteriza su proceder, sea precisamente lo mismo que como espectador a veces echo en falta.

De todos modos, muy por encima de cualquier documental y de mis propias palabras, a quienes quieran de veras profundizar en las claves artísticas de Bresson —y también de Lynch, a quien he citado al inicio—, solo puedo invitarles a leer las críticas aquí vertidas por uno de los máximos devotos mundiales de ambos autores. Y si algún incrédulo ha podido pensar que el título de esta reseña era una “boutade”, aquí encontrará la prueba del delito:

http://youtu.be/z2bCrT9KeOk
Quim Casals
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 de enero de 2011
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hermético, rígido, huidizo, parco en palabras, austero en cuanto a la expresividad emocional. Así era el genio del cine europeo, y con ello tienen que lidiar los dos valientes estudiantes holandeses de cine, Leo De Boer y Jurriën Rood, para lograr este documental.

Trece obras en cuarenta años, obras que encontraban a la mayoría de su público entre la gente de los círculos cinematográficos, obras, algunas, que lograron que quebraran productoras. Ese podría ser el balance de la carrera Robert Bresson, y, sin duda, lo será para muchos, pero ahí mismo también, por el contrario, encontrarán otros un verdadero alegato en favor del cine como arte. Un alegato que Bresson no se ha encargado de dictar ni de promocionar públicamente más que con la realización de sus propias obras. De ahí la importancia de este documental, así como de los pocos libros que entorno a su figura y obra se han escrito, para llegar a aproximarse a este genio del cine.

El arte cinematográfico, obviamente, se construye a través del lenguaje cinematográfico, y éste tiene sus propias reglas, códigos, normas... y lo mejor de todo, es que los espectadores estamos en pleno proceso de aprendizaje, así como los creadores en pleno proceso de enseñanza, aunque ninguno de los dos lo sepamos.

El teatro filmado, a pesar del tiempo que ha pasado desde que D.W.Griffith sentara las bases del lenguaje cinematográfico, sigue copando pantallas de cine, de televisor y ancho de banda de redes ADSL. Bresson, a su estilo, tal como otros grandes directores que ha dado la historia del cine, aboga por alejase de lo antes mencionado, apuesta por escribir, indagar, manipular e idear todo lo que sea posible a través de ese lenguaje, para crear experiencias propiamente cinematográficas, donde la combinación del vídeo y del sonido ahorre cualquier necesidad de diálogo y de sobreactuación.

IMPRESCINDIBLE, para cualquiera que se haya emocionado con alguna película de Bresson, y que quiera aproximarse a un intento, a su vez, de aproximación al autor.
DavidHitch
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
6 de septiembre de 2013
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta es la historia de un pequeño fracaso al cual se le ha dado un apañado rendimiento: dos jovencitos holandeses se proponen hacer una película a base de entrevistar a Bresson, aprovechando que éste presenta en Cannes su último film (y lo fue, el último de verdad: 'El dinero', 1983). Ya fue una rareza que Bresson se presentara en Cannes con su nueva película, si bien una vez allí fue extraordinariamente parco cuando le tocó hablar: en la rueda de prensa, contestando con breves paradojas, casi devolviendo las preguntas; en la recepción del premio, apenas saludando con la mano y ahorrándose cualquier discurso (Tarkovski, siempre tan locuaz, ahí no tuvo remedio que imitar al maestro, al que admiraba, y limitarse a dar las gracias). Los dos directores holandeses aparecen en pantalla, llamando a Bresson en el hotel: le recuerdan haber hablado antes por teléfono, habiéndose comprometido él a concederles una entrevista. Seguramente entonces ya cedió ante la juventud de los solicitantes. Pero ahora les advierte por teléfono que solo contestará a una pregunta. Luego, en la habitación del hotel, les llega a permitir un muy breve diálogo. Sus palabras son parcas, directas, sentenciosas (parecen sacadas de una película suya, o de su único libro, que aparece citado en varios pasajes, a lo largo del film). No dice nada nuevo, lo cual no era de esperar del viejo maestro. Muy pronto se levanta, se acabó lo prometido, pero los jovencitos todavía aciertan a hacerle una pregunta que no puede dejar de responder (aunque sea un a bagatela), y él se vuelve a sentar, la contesta. Nuevo intento de pregunta, pero Bresson se vuelve a levantar, y ya no hay nada más que hacer. No está mal, pensarían los chicos, tenemos tres minutos de entrevista a Bresson. ¿Pero qué hacemos con eso? Un gran relleno de trozos de películas, con imágenes de aquel festival de Cannes, buscando el contraste del supuesto glamour de las estrellas con la austeridad de Bresson, y punto. Cuatro entrevistas con bustos parlantes (pero qué bustos: el entonces joven Paul Schrader, Louis Malle...). Todo poca cosa, pero ya es algo. Y unas imágenes de la entrega de premios: Orson Welles en persona, entregando los trofeos de su propia mano a las de Bresson y Tarkovski, los tres en un mismo plano. Y haber podido ver y escuchar a Bresson hablando, por poco que fuera. Y los cuatro trozos de películas suyas valen por cualquier película entera de ahora. En fin, cuando poco ya es bastante...
Amin Adabaman
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
9 de noviembre de 2011
Sé el primero en valorar esta crítica
Esa imagen de Bresson, Tarkovsky y Welles juntos es antológica, una lástima que no posaran los tres juntos. No conocía ese 'carácter' de Bresson, entiendo que quisiera mantener férrea esa línea entre su privacidad y la opinión pública, pero realmente me ha sorprendido mucho su persona.

En mi opinión, un aspecto negativo del documental es que es muy corto, y más de la mitad se centra en 'rememorar' escenas de sus películas y aspectos de su estilo, cosa necesaria pero excesiva ya que todas estas secuencias ocupan más de la mitad del documental, y todo esto ya viene escrito en varios libros publicados sobre el estilo de Bresson, por lo que veo totalmente prescindible abusar de todos esos elementos.

Me ha decepcionado un poco ya que esperaba encontrar más imágenes del Festival de Cannes de 1983 cuando Bresson presentó su último film "L'argent", y como aparece al principio del film, Bresson junto con los protagonistas respondiendo a un par de preguntas de una rueda de prensa, esperaba ver más de esas imágenes.

Lo que si consigue el documental de este par de estudiantes holandeses de cine, es mostrarte en primera persona, cómo es posible lograr algo que parecía imposible. Aunque Robert Bresson solo les recibiera para condecer una brevísima entrevista de una sóla pregunta corta pero extensa, es ya un mérito muy grande, pues por todos es conocido que las entrevistas y apariciones públicas que dio Bresson se pueden contar con los dedos de una mano, quizás dos.

Me hubiera gustado que en el documental se hubieran incluído más imágenes de Bresson en Cannes (como la rueda de prensa entera, y al menos más minutos), o el momento en el que Leo de Boer y Jurriën Rood conocen a Bresson en persona y planifican esa mini-entrevista, aunque fuera 'a modo de relleno', y así podría haber sido más largo e interesante si cabe.

De todas formas, se agradece ver a Bresson en una de sus últimas intervenciones públicas, si no la última.
Koyaanisqatsi
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
4 de enero de 2014
Sé el primero en valorar esta crítica
Corto pero útil documental para iniciados con una de las entrevistas más torpes que he visto, con una valentía de parte de los muchachos realizadores de atreverse a quedar mal parados en pos de obtener unas respuestas sencillas pero gratificantes de parte del realizador Bresson.
Recomendaría verla después de un repaso por su filmografía y sobre todo de su última película El dinero.
No hay que confundir pesimismo con lucidez nos dice Bresson. Cuando tienes a un director con tanto que poder contar sobre sus ideas es evidente que no puede salir tan mal. Encuentro que este material es torpe y por lo mismo me parece notable y curioso. Bastante imperfecto pero que tiene elementos valiosos si lo ves como lo que es y no lo que podría ser. Un par de muchachos muy jóvenes un tanto perdidos pero con cierto instinto y una total admiración.
Te deja con ganas de leer sus libros y profundizar más en su cine.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Andrea Bravo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 2 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow