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The Goldman Case

Drama En 1969, Pierre Goldman, un intelectual de izquierdas francés, es detenido por tres atracos cometidos en París. De rebote, se le acusa de otro robo, a una farmacia, que acabó con la vida de dos mujeres. Goldman reconoce los tres primeros golpes, pero no su participación en el sangriento atraco de la farmacia. Apoyado por amplios sectores de la izquierda francesa, el juicio de Pierre Goldman desata amplias pasiones y un enorme interés mediático. [+]
Críticas 5
Críticas ordenadas por utilidad
14 de marzo de 2024
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Basado en un mediático caso real, el director "Cédric Kahn" nos abre las puertas de una sala de juicios francesa en la segunda mitad de los años setenta. Desde allí, asistimos a un trasiego de acusaciones sin pruebas determinantes, testigos que se contradicen y a una defensa desesperada por controlar el carácter de su cliente.

Como espectadores, todo aquello que se sabe (o que se está por conocer) es lo que ocurre en la sala judicial. Nada se nos cuenta de la vida del acusado si no tiene que ver con el caso y, tampoco, se permite averiguar nada de la mente de "Goldman". En este film, la audiencia participa como el jurado (a excepción de algunas escenas fuera de la Corte) y, al igual que este, su veredicto puede verse modificado a lo largo del metraje.

Acusación y defensa se embarcan en un desfile de testigos y en un cruce de testimonios, con pocas o ninguna prueba física. De esta forma el proceso enfrenta ideologías, señala posibles corrupciones y denuncia racismos y abuso de autoridad. Sin embargo, nada es concluyente.

"El caso Goldman" mide su ritmo con precisión para que no decaiga la atención. En esta línea, se plantea el guion como una obra de teatro y se valora la tensión dramática como si fuera una escena de acción. La personalidad del acusado, el hundimiento de los a priori más fuertes y el desvanecimiento de cualquier supuesto firme acaban por conformar una historia que delata la discriminación y denuncia un sistema judicial poco honesto.
Revista Contraste
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17 de marzo de 2024
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pierre Goldman, un intelectual de izquierdas francés acusado de varios atracos en París en 1969. Aunque reconoce su participación en algunos de los delitos, niega su implicación en un robo que resultó en la muerte de dos mujeres en una farmacia. El juicio de Goldman desata pasiones y un gran interés mediático, con amplios sectores de la izquierda francesa apoyándolo.

La dirección de Cédric Kahn es sutil pero efectiva. Kahn logra capturar la complejidad del caso y sus implicaciones sociales sin recurrir a florituras innecesarias. La narrativa es directa y mantiene al espectador comprometido con la trama desde el principio hasta el final.

Las actuaciones de Arieh Worthaler y Arthur Harari, quienes interpretan a Pierre Goldman y al abogado defensor, son brillantes. Ambos actores logran transmitir la intensidad emocional y la complejidad de los personajes, lo que contribuye significativamente al impacto de la película.

El aspecto técnico de la película es simple pero efectivo, en línea con el tono y la atmósfera de la historia. La cinematografía y la dirección artística se centran en resaltar la historia y los personajes, sin distracciones innecesarias.

Ofrece una mirada cautivadora a un drama judicial real. Con una dirección sutil pero efectiva, actuaciones brillantes y un enfoque directo en la trama, la película logra mantener al espectador inmerso en la historia y sus implicaciones sociales.
Pablo Veiga
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15 de marzo de 2024
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Soy inocente porque soy inocente

Pierre Goldman reconoció todos sus delitos referentes a atracos, pero jamás afirmó haber asesinado a nadie. Del mismo modo que ocurrió con el caso O.J. Simpson, que fue igualmente mediático y desató amplias pasiones, el juicio al activista francés se vio claramente politizado. En este sentido, Cédric Kahn obvia el alcance del acontecimiento y aboga por una historia más humana, dispuesta principalmente ante un jurado y donde las sesiones se exponen casi a tiempo real. Sin filtros y en busca de la verdad.

Empeñado en desnudar al desafiante protagonista, recorreremos mediante diálogos sus vivencias durante la juventud y la realidad que le rodea en su vida adulta, marcada por robos, episodios depresivos y terapias de electrochoque. Todo ello sin dejar de lado el cisma ideológico y sociológico del suceso que le lleva incluso a vivir una confrontación casi antagónica con su abogado (Arthur Harari).

*El caso Goldman y las expectativas ante un film distinto

¡Cuántas alegrías nos ha dado el drama judicial! Un subgénero cinematográfico repleto de joyas que vivió especialmente su época de esplendor en la década de los 90. Y claro, como todos sabemos, las tendencias siempre vuelven y pisan aún más fuerte (aunque nadie lo haya pedido). Este año, por ejemplo, es imposible dejar a un lado la aclamada Anatomía de una caída, que comparte país de origen y ciertas características con la cinta que nos ocupa. Por ello, ante la nueva proliferación de títulos, es lógico que, a la hora de sentarse en la butaca, el espectador reclame algo más allá de su naturaleza procesal. ¿Encontramos entonces algún tipo de riesgo en El caso Goldman que la diferencie?

Planteada de manera muy teatral y rodada en un asfixiante 4:3, el director quiere en todo momento que formemos parte del proceso, consiguiendo trasladarnos durante casi dos horas frente al tribunal. Y esto no lo consigue únicamente mediante la excelente fotografía de Patrick Ghiringhelli, donde la cámara se cuela entre los presentes y continuamente se muestra cercana y a su altura, también se debe a la acertada puesta de escena en la que sólo advertimos interiores. Celdas metafóricas que sirven como herramienta narrativa para empatizar con el protagonista y su opresión.

*Un drama judicial puro perfectamente estructurado

A estas acertadas decisiones conviene añadir la gran capacidad de la cinta para contextualizar los hechos. Un mérito que, sin duda, pertenece a un texto de lo más medido y, en ocasiones, hasta extremo. Desde la presentación de Pierre Goldman, magníficamente interpretado por el galardonado con el premio César, Arieh Worthalter, cualquier persona ajena a los eventos acontecidos logra comprender todo su espectro y las denuncias subrayadas a pesar de la cascada de información que acompaña cada escena.

Si bien es cierto que por El caso Goldman transitan diversos personajes y topics que abarcan desde la discriminación en Francia o la violencia policial hasta las convicciones morales del acusado, el magnífico esqueleto del guión, que separa el visionado en bloques notoriamente diferenciados, permite que exista una coherencia a lo largo del discurso. Mientras que la primera parte ahonda especialmente en el background del procesado; la segunda, un poco menos estimulante, reúne numerosas acusaciones cruzadas que, no obstante, no enturbian el interés logrado.

*Conclusión

A sabiendas de que El caso Goldman puede contar con momentos de flaqueza y no aporta nada nuevo al género, el veredicto final de quien suscribe estas líneas es que estamos ante una gran obra. La provocadora mirada de Worthalter cuando acaricia el objetivo en los momentos de mayor tensión y apela directamente a nosotros, su exquisita fotografía, su amplitud temática, cada preciso diálogo orquestado bajo un ritmo envidiable y un montaje calculado al milímetro… Incluso una inexistente banda sonora brilla en este film soberbiamente ejecutado. ¡Y es inapelable!

Escrito por Antonio Fuentes Belando
Cinemagavia
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16 de marzo de 2024
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
París, años 70. Juicio. Apasionados letrados, acusado muy vehemente y buenas interpretaciones.

El director no sitúa suficientemente al espectador en los hechos reales juzgados (apenas un par de párrafos explicativos al principio). El caso juzgado es muy complejo, con muchas derivaciones y aristas, varios delitos juzgados en distintos momentos y con muchísimos testigos.

Hubiera convenido construir mejor los personajes, preparar al espectador para mejor comprensión. El espectador medio permanece atento por la interpretación, entusiasta, vehemente y adictiva pero sin comprender perfectamente la trama.
Xavier
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24 de marzo de 2024
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Buena película francesa, que recoge el juicio a Pierre Goldman, judío perteneciente a la izquierda francesa y cuyo padre fue un partisano, héroe de la II Guerra Mundial.

Cédric Kahn ofrece un trabajo detallista al máximo, recogiendo prácticamente todos los puntos de vista, aunque bien es cierto que, creo, "se le ve el plumero" en alguna ocasión. Con ello pretendo dar a entender que tiene claro desde el comienzo su punto de vista, pues es conocedor de la historia verdadera.

En conjunto es un film esforzado, trabajado al máximo en cuanto al guion y posee una funcional y muy eficaz puesta en escena, con una realista dirección artística que hace que el espectador se involucre totalmente puesto que se le encierra en la sala de juicios, como a los personajes.

Soberbia interpretación de todos y cada uno de los intérpretes, destacando al protagonista, Arieh Worthalter, ganador del César al mejor actor protagonista en el año 2023.

De todas formas, es cierto que a las personas claustrofóbicas les pudiera parecer algo cargante, pues todo la cinta se desarrolla en un interior, pero es un film muy interesante y si te metes desde el principio en ella, en ocasiones llega a ser casi apasionante.

Recomendable.

https://filmsencajatonta.blogspot.com/
Baraka1958
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