The Conspiracy

The Conspirancy es un falso documental bastante recomendable que nos explica cómo estamos siendo controlados por un gobierno en la sombra organizado por macro-empresas y grandes familias que por supuesto nunca hemos votado. Lo terrorífico de la situación es que, en mi opinión, si bien lo que cuenta la trama sí que es ficción la base de la historia es completamente real y perturbadora.

Aaron y Jim son dos periodistas que deciden hacer un documental sobre la vida de un hombre que se dedica a ir por la calle con un megáfono predicando a todo el que pasa, les anuncia que están siendo controlados y que solo valen para consumir y procrear. Poco a poco y tras la desaparición de esta persona, Aaron y Jim se verán amenazados por una sociedad secreta que les vigila.

El film se pasa en un suspiro, tanto por su escasa duración como por lo absorbente de su historia, incluso en escenas que no aportan nada a la trama principal valen para comprobar hasta qué punto esta situación desquicia a unos personajes, a los que la situación les viene grande. Si bien queda claro que todo se trata de una ficción, tanto la química de sus protagonistas, como las situaciones que les ocurren podrían pasar como completamente ciertas. Y eso es terrorífico.

Aaron Poole y James Gilbert, que utilizan sus mismos nombres en la película, quizá para dar más sensación de realidad, cumplen sin problemas con sus interpretaciones, por los acontecimientos de la trama Aaron tiene el papel más dramático de los dos y James el del hombre cabal con una familia que mantener.

Debut en la gran pantalla de Christopher MacBride, las técnicas que usa son las propias de los documentales, por lo tanto no se pueden aplicar las mismas reglas de las películas tradicionales. Esta toda la película cargando tensión en la trama y los personajes para llegar a una última media hora de lo mas incomoda, terrorífica y deliciosa. Si bien la conclusión final del film es un tanto tramposo si es verdad que encaja y es bastante ingenioso.

The Conspirancy es una recomendable película, disfrazada de documental, con una trama absorbente y perturbadora, a muchos les abrirá los ojos con una base de argumento que tiene poco de ficción y a los que, como yo, les interesan estos temas les dará un montón de nueva información y datos de lo más interesantes.

http://www.terrorweekend.com/2014/05/the-conspirancy-review.html

Cuando pensabas que el metraje encontrado no da para más vuelve para abofetearte pero bien de fuerte. Acaba de pasar a mi lista de favoritas de metraje encontrado de terror y a una de mis películas favoritas en general. Creo que lo que está más bien ya muy «acabado» es el metraje encontrado de fantasmas que a pesar de que es lo que más miedo me da personalmente creo que se pueden hacer muchas historias de este tipo con la misma intensidad.

Desde el principio se crea esa atmósfera de suspense que tanto me gusta y a medida que avanza no va a menos ni se estanca sino que va subiendo en intensidad. El momento bicicleta es de lo mejor de la película. A mí en algunas secuencias la carne se me puso de gallina.

Quizás el padre de familia a veces me parece que no actúa muy bien pero todos en general están bastante bien interpretados. Y ese final es de órdago.

"¡No tenemos miedo! ¡Somos libres porque sabemos lo que está pasando!"
Así empieza este documental, con un aparente loco gritando a las cúpulas del poder, que responden con imponente silencio, reflejando el de aquellos a quienes se están dirigiendo.
¿Pero a quiénes se dirigen esos gritos?

La propuesta de 'The Conspiracy', pese a sobada, no deja de tener cierta efectividad: hay una estirpe de poder e influencias rigiendo las derivas del mundo, generalmente a costa de una mayoría que ignora su existencia.
Dos documentalistas se topan con el vociferante profeta del principio, y empiezan a investigar una posible verdad que en principio no es más que curiosidad de internet, otra teoría de la conspiración que resiste poco ojo crítico y requiere mucha suspensión de incredulidad.
Durante la entrevista se va desgranando la idea de que, si existiera esa asociación de líderes mundiales, les convendría que creyeramos que solo son mito... pero es solo una idea, apartada de cuajo por las locas declaraciones de ese alarmista conspiranoico.

Pero entonces surge la pregunta: "asumimos que lo que dice es mentira, pero por algo tiene esas ideas, y si pensamos que es verdad... si fuera verdad..." la frase es demasiado temible como para terminarla.
La investigación resultante es un descenso a la madriguera del conejo, hacia un vacío informativo lleno de hipótesis interrelacionadas, con iconos nacionales, símbolos religiosos y tradiciones que se han perpetuado en el tiempo como simples ladrillos de un edificio mayor, que hunde sus raíces en el destino mundial.
El alcance es tan grande que pronto empiezan a aparecer las voces distorsionadas y las caras difuminadas, quizá porque es mejor jugar a la incógnita que atreverse a despejarla.

El mejor momento tiene que ver con esas caras que no están, en una pagana celebración plagada de ellas, pertenecientes a maduros hombres blancos conscientes de su poder, que hablan en palabras con significado reservado y terrible.
Pero pese a lo efectivo de ciertas ideas, la historia se agota pronto porque ha de dirigirlas a una trama "manejable": lo que podría haber sido una interesante recopilación de hechos pasa a ser una persecución porque sí, porque ya toca poner acción, y aunque tiene sus momentos perturbadores pierde foco en la interesante posibilidad que estaba desarrollando.

Al final, queda la vaga sensación de que se ha intentado convertir en entretenimiento "terrorífico" algo que merecía un tono más reposado e introspectivo.
Aunque... habla uno de esos maduros hombres blancos, acerca del conveniente hueco informativo que hay en los medios, y lo tacha de paranoia alarmista, porque sí, los líderes internacionales se reúnen, pero porque buscan guiar a sus pueblos de la mejor manera posible.
Es entonces cuando salta la posibilidad de que este falso documental, esta pieza de entretenimiento, solo pretenda jugar con ideas que apenas están presentes en otros medios... cubriendo un hueco presente con algo ligero.

Se empieza diciendo somos libres... y se termina afirmando que lo somos, no hay nada que temer.
Pero son los pequeños huecos entre creer lo que se permite y creer lo que no se puede ver donde está el terrorífico desconcierto.

Si eres de esos que siempre tienen tiempo para escuchar una buena teoría conspiranoica la película te va a encantar. Sociedades secretas que gobiernan el mundo desde las sombras, eventos de importancia mundial que cambian la historia, de alguna forma conectados entre sí, cultos demoníacos en la élite, una sociedad basada en la mentira, incluso la verdad bajo la mentira es otra mentira, desapariciones misteriosas, extraños personajes que aparecen de forma no tan casual, otros que aparentan saber demasiadas cosas… Lo tiene todo, prometido.

La película resulta agobiante. Creo que el formato del falso documental, por una vez, es el perfecto. Entre entrevistas, recortes de periódico y una interpretación protagonista paranoica acabas cayendo en el nerviosismo. Sientes los ojos observando en cada rincón, y te lo venden todo con una credibilidad terrorífica. El ritmo es endiablado y el clímax final todo lo que podrías esperar. Perturbador.

Además tiene detalles como el difuminado de las caras que le da un toque casi surrealista, sin perder, paradójicamente, el realismo. El anonimato de los que gobiernan desde la oscuridad. Y tiene un mensaje sobre esconderse a plena vista que podría incluso cambiar la percepción de la película, pues podría ser parte misma de la conspiración el vender un documental real como falso. Nadie va a creer ya nada de esto. Excepto el conspiranoico. El loco a ojos ajenos que se destapa como el único cuerdo. Da miedo.

¿Y tú, qué crees?

A mayor sensación de realidad, más miedo. Las premisas, sin embargo, no tienen por qué ser realistas: lo paranormal/sobrenatural y un desarrollo creíble e inmersivo son perfectamente compatibles (El resplandor, La semilla del diablo). En este caso son teorías conspirativas, tan indemostrables como un fantasma, y aún así cuesta no sospechar que tienen mucho de ciertas.

Mientras la película es el falso documental que acompaña la investigación paranoide, es escalofriante. Vivimos en el mundo de '1984' y no lo sabemos. Cuando pasa a la cámara-en-mano y ataca lo concreto, cuando quiere desvelarnos toda la verdad y meternos más miedo, es precisamente cuando más ridícula y pobre resulta.

Yo estoy más con aquel personaje de Cube que decía "(...) there is no conspiracy. Nobody is in charge. It's a headless blunder operating under the illusion of a master plan. Can you grasp that? Big Brother is not watching you.", pero los conspiranoicos son siempre interesantes.