¡Por mis... pistolas!

Imprescindible comedia del mejor Cantinflas. Divertidísima. Quizá una de sus 7 mejores películas y desde luego, más conocidas, ya que Don Mario fue un prolífico actor. No podría decir que es mi preferida pero para mí, su visionado es tremendamente entretenido.
Os la recomiendo!

Todos los grandes cómicos del cine se han dado alguna vuelta por el western con mayor o con menor éxito.
Mario Moreno tampoco ha sido una excepción. Ahí está “Por mis pistolas”, en la que marcha a Arizona en busca de una mina de plata de sus antepasados para explotarla. El problema es que el yacimiento está en Hot Dog Springs y allí manda el malvado Patt O’Connor con sus pérfidos pistoleros.
Lo que menos podíamos imaginar al ver esta cinta era que Fidencio Barrenillo (Cantinflas) ejerciera la profesión de farmacéutico en una oficina muy bien surtida en Bacanuchi en el estado de Sonora (México).
La primera escena es un calco de “La diligencia” (Ford, 1939), solo que aquí cambia la mujer embarazada por una madre lactante que teme se cuaje la leche del niño por el terror que le infunde la conversación de asaltos y robos a las diligencias.
Llegan a Bacanuchi y la primera visita es a la botica de D. Fidencio, que los recibe con su bata blanca detrás de un mostrador con grandes frascos de líquidos de colores, estanterías repletas de albarelos y cajas, en la pared un cuadro de la Virgen de Guadalupe y junto a la puerta un tétrico esqueleto humano.
Por fin marcha nuestro boticario a por su mina de plata en Arizona, con lances en el poblado apache curando el dolor de muelas del gran jefe Caballo Recostado y sobre todo en Hot Dog Springs donde los malones sufren los efectos de su Ponche de ruibarbo, una fórmula secreta que produce diarreas fulminantes.
Se trata por tanto de un western cómico que deja espacio también al género musical con media docena de canciones y bailables agradables. A destacar los bailes de las gogos en el escenario del salón. Mucho “dancing”.
Pero por encima de todo es una cinta de Cantinflas, con sus golpes tradicionales (un tanto reiterativos a veces), con el ingenio de sus frases entrecortadas o inacabadas, en este caso repletas de neologismos estilo que podríamos llamar “mexinglish” o “mexindios”. A menudo ininteligibles.
Hay también escenas bastante cutres sobre todo en el poblado apache, pero otras se salvan como el duelo final con el peligroso pistolero donde nuestro personaje se pone “De canto para que no hagas blanco”.
Sin ser una gran película, nos permite conocer la faceta farmacéutica y pistoleril de uno de los grandes cómicos del celuloide.
Solo por esto recomendamos darle un vistazo. Y luego está el personaje de Cantinflas que sigue teniendo gancho para muchos.

Pues sí, cuando acaba esta película ese es el rótulo que encontramos. Y es el mejor chiste de la película, porque justo en esa época en España se hacían los spaguetti western europeos en Almería, con cuatro pesetas y la misma ambientación que este film de Cantinflas... y se autodenominaban como lo que eran: serie B, casi C.
Poco hay de superproducción en este invento, por no decir nada. Escenarios mínimos, vestuario... por llamarlo de alguna manera, actores bastante lamentables y, sobre todo, un Cantinflas en unas horas no ya bajas, sino bajísimas.
Cierto es que el mejor Cantinflas sigue siendo el de los años cincuenta, ya pulido su personaje tras los inicios de los cuarenta y aún no dejado a la deriva de la estrella alcanzada, pero también hay que ser justos y reconocer que Don Mario Moreno se valia por sí solo para hacer divertida una película.... por desgracia se limitó a trabajar bajo el dúctil Miguel M. Delgado, que dirigió para él casi toda su producción, y con ello limitó la capacidad de sus películas. No le echemos la bronca a Delgado, puesto que era un mero pelele a las órdenes de la gran "estrella exclusiva" de Posa Films.
En cualquier caso, este film aburre, que es lo peor que se puede decir de una película cómica, y lo hace en 110 de sus 120 minutos, puesto que el principio, sin ser brillante nos permite pensar que el film irá por otros derroteros..

...en fin, Cantinflas cumple con esta película una de las citas básicas de casi todo cómico: una película en el Oeste, como tuvieron Bob Hope, Los Hermanos Marx, Buster Keaton y hasta Doris Day.

No se esmeró el famoso duo de Miguel Delgado y el mítico Cantinflas en esta sátira de la películas del oeste.
La verdad que me costo verla entera esta película que no veía hace décadas y en mi revisitación me defraudó totalmente.
La película es de las peores del entrañable humorista, aunque hay que disculparle porque todos los grandes cineastas de la historia tuvieron grandes bodrios...
En fin para que la vean los niños, no esta mal, pero la verdad es que el genio Cantinflas tiene "largos" mucho mejores, para reír a mandíbula batiente en estos tiempos apocalípticos.

Lamentable vehículo de un pretendido lucimiento de un personaje magnífico que aquí queda fuera de lugar. Un auténtico horror.